Shakespeare, Errejón y las 'tres brujas' de Sumar
El feminismo más comehombres, que Errejón contribuyó a radicalizar, reclama ahora su cabeza.
Como recordarán, las tres brujas de Shakespeare son profetisas que predicen el ascenso al trono de Macbeth, pero que también anuncian su caída posteriormente.
Mónica García, Rita Maestre y Manuela Bergerot comparecieron en la rueda de prensa del pasado lunes 28 de octubre en Madrid para dar explicaciones tras la detonación del caso Errejón y hacer frente a quienes ponían en duda si habían tenido constancia con anterioridad de sus presuntas agresiones sexuales.
La gravedad con la que se presentaron ante la prensa tenía tintes de drama fatídico. Y el hecho de que fueran tres, reminiscencias literarias de un corte muy poco feliz.
Esto es el colmo del cinismo y de la hipocresía.
— Joe Hunter (@Caza_Hunters) October 29, 2024
Resulta que Rita Maestre, portavoz de Más Madrid y ex-pareja de Iñigo Errejón, dice que: "las feministas se pelean para echar a los machistas en cuanto saben de la primera agresión".
Unas diciendo que lo sabían todo y otras que… pic.twitter.com/5ygy2319tO
Es cosa sabida que las brujas siempre van de tres en tres. "Tres eran, tres, las hijas de Elena; tres eran, tres, y ninguna era buena". Alguien les debería haber dicho que salieran al estrado en número par. Dos o cuatro, por ejemplo.
Y si tenía que ser impar por algún motivo, cinco.
Con ese aire de denuncia maoísta que transmitían, incluso a mí, que tengo una modesta formación literaria y artística, la imagen de las tres brujas de Macbeth me resultaba irresistible.
Allí estaban ellas, que tan a menudo le habrían vaticinado éxitos sin fin a su excompañero (¡incluso de lecho!), anunciando su desgracia y enviándolo sin reparos al mismo infierno.
Pónganse en situación y reciten ominosamente fair is foul, and foul is fair Hover through the fog and filthy air. ¿No tiemblan? La Wikipedia dice que "las brujas, con su aspecto inmundo y su aparente regodeo ante las tragedias humanas, contribuyen a establecer el tono siniestro de la obra".
Exactamente.
En estos días, cuando flota la atmósfera tenebrosa de Halloween, verán con poco esfuerzo a las tres de Sumar con rancios tocados, arañas y unos estragos de vejez que no son producto del tiempo sino de la maldad.
Yo veo así a Rita Maestre, exnovia de Errejón, cuando proclama admonitoria ante el micro: "El feminismo nos ha enseñado hace mucho tiempo que los agresores que se suelen presentar como seres monstruosos excepcionales son un padre, un hermano, un compañero de trabajo o tu expareja".
Palabras muy duras para unos supuestos delitos que no incluyen, según las "víctimas", ningún forzamiento.
La acusación contra Dominique Pélicot, sin ir más lejos, no empleó un lenguaje más severo. Y eso que se trataba de un marido que facilitó a varias decenas de hombres la violación durante años de su mujer drogada. Pero en el mundo de los horrores de Sumar y de Podemos, las categorías y los grados se disuelven: todo es política.
A este paso nos va a caer bien Errejón. Y ahora que todo el mundo se pregunta dónde está, incluso a mí me intriga su brusca desaparición y su paradero. Fue visto saliendo de su domicilio en pleno centro de Madrid y subirse a un vehículo que abandonó el lugar rápidamente.
Quedó un mensaje a los suyos: "Ha sido un placer trabajar con todos vosotros, compañeros. Siento el perjuicio".
Entre especulaciones y teorías sobre su estado emocional y salud mental, unos dicen que si podría haber salido de España para alejarse de la presión mediática. Otros dicen que sigue en nuestro país, tratando de recobrar fuerzas y estabilidad emocional, incluso con un ingreso en un centro de rehabilitación.
Pero no hay duda de que, de la vuelta de tuerca de esta historia, él ha sido arte y parte. El feminismo más comehombres, que él contribuyó a radicalizar, reclama ahora su cabeza. Normal.
Si quieren más historias de las tres brujas, hay una obra de Johann Heinrich Füssli, Macbeth and the Armed Head, que el pintor describe con una pregunta: "¿Qué sería un objeto de mayor terror para ti si, una noche al ir a casa, te encontraras sentado en tu propia mesa? ¿No causaría esto una poderosa impresión en tu mente?".
Efectivamente. Errejón se ha visto sentado en su propia mesa y se le han fundido los plomos. ¿Y a quién no le ocurriría?
*** Teresa Giménez Barbat es escritora, antropóloga y exeurodiputada.