PSOE, Adelante Andalucía -la marca regional de Podemos- y un gran número de asociaciones feministas y de izquierdas tienen previsto manifestarse hoy y mañana frente al Parlamento andaluz contra lo que consideran el "gobierno de las derechas". Y lo harán mientras se produce el debate de investidura de Juan Manuel Moreno Bonilla como presidente.
En una carta abierta a la militancia socialista, la todavía presidenta en funciones de la Junta, Susana Díaz, ha declarado que, si bien "acepta la lógica alternancia en democracia", no lo va a hacer "a cualquier precio". Lo dice cuando el nuevo gobierno que la sustituye ni siquiera ha echado a andar. Hoy, en todo caso, su papel debería de ser el de contribuir a un traspaso de poderes tranquilo en Andalucía.
Agitar las calles
Todo el mundo tiene derecho a manifestarse, faltaría más. Así lo establece la Constitución en su artículo 21. Ahora bien, que desde los partidos políticos se azucen protestas masivas contra el resultado votado por los ciudadanos, y que se haga precisamente el mismo día en que comienza el proceso de investidura, con los diputados reunidos en el Parlamento, no parece lo más responsable para garantizar la convivencia y el respeto a la instituciones.
La izquierda ha decidido que ni siquiera va a respetar los 100 días de gracia que se le presupone a todo nuevo gobierno. Recuérdese que nada más conocerse los resultados de las elecciones del 2-D, Pablo Iglesias convocó una "alerta antifascista" que se tradujo en tumultos en las principales capitales de Andalucía.
Polarización
Las urnas han hablado en Andalucía, y PP y Ciudadanos han pactado un acuerdo de gobierno que no presenta ninguna medida extrema ni susceptible de crear alarma social. Someter el resultado electoral a un escrache no es de recibo.
Ya hemos visto en Cataluña el peligro que entraña contraponer la algarada callejera a las leyes y a las instituciones. Por ello, la llamada a las protestas ante el Parlamento andaluz son una grave irresponsabilidad. Actitudes como éstas son las que acaban por erosionar el propio sistema democrático y sólo contribuyen a polarizar aún más a la sociedad.