Iñaki Anasagasti Olabeaga es nacionalista desde que tiene uso de razón. Lo lleva en la sangre. Su padre José Luis fue comandante de batallón en el ejército vasco de la República. En 1939, tras la Guerra Civil, tuvo que exiliarse a Venezuela. Allí nació Iñaki en 1947.
Su vida ha transcurrido a caballo entre Venezuela, Madrid y Bilbao, pero siempre vinculada al PNV. En Caracas fue presidente de la organización juvenil del partido en el exilio. En el País Vasco, durante los años del tardofranquismo, se hizo cargo junto a Joseba Goikoetxea -asesinado por ETA años más tarde-, del aparato de propaganda de los jeltzales. Serían los preámbulos de una larga carrera política.
Anasagasti fue diputado en el Palamento Vasco (1980-86), diputado en el Congreso (1986-2004), senador (2004-2008) y Secretario primero de la Mesa del Senado, además de portavoz del PNV durante casi veinte años. Y algo queda. Jamás ha hecho ascos a una entrevista y atiende gustoso a toda cuestión relativa al rey emérito. Se jacta de haber tirado "la primera piedra en el estanque" respecto a las andanzas de Juan Carlos I. En ese sentido, las informaciones sobre sus supuestas corruptelas no le han sorprendido "en absoluto".
Sigue siendo un hombre de partido. No en vano, cuando habla del PNV, lo hace en primera persona del plural. Al repasar la actualidad vasca tras las elecciones autonómicas del 12-J, se muestra preocupado por el auge de Bildu, cuyo objetivo es -dice- "extremar todo hasta las últimas consecuencias". Pese a que el PNV comparte objetivo con los abertzales -la independencia-, asegura que sus proyectos son antagónicos: "Si para lograr la independencia tengo que poner todo en cuestión y enfrentar a la gente, ver cómo se matan unos y otros, eso no lo quiero yo ni loco".
No ha renunciado a sus pretensiones nacionalistas. De hecho, se refiere a lo largo de la entrevista al País Vasco como simplemente "el país". No obstante, admite tener "los pies en suelo" y haberse adaptado a los nuevos tiempos: "Yo no confundo los deseos con la realidad. Hay que tener en cuenta el contexto".
Las elecciones al Parlamento Vasco de este pasado 12 de julio arrojaron el resultado esperado: el PNV fue el más votado. Sin embargo, necesitan al PSE para formar un gobierno. ¿Es partidario de esa coalición? ¿O prefiere un Ejecutivo en minoría?
Soy partidario de esa coalición porque es sólida, histórica. Con el PSOE formamos un Gobierno en el año 36, estuvimos en la trinchera juntos, en la Transición juntos. Nos hemos peleado también, pero es una coalición que es buena para el País Vasco.
Podemos ha hecho campaña contra Urkullu en el País Vasco asegurando que el PNV es de derechas. Sin embargo, recientemente el partido se ha definido como "progresista". ¿Realmente alguien puede creer que el PNV es de izquierdas?
En el PNV nos ha molestado mucho que Podemos, que ha venido diciendo siempre que el tema de derecha e izquierda estaba superado, venga aquí con una argumentación tan infantil. Sabíamos que tenían un objetivo: tratar de incomodar al PSOE para que rompiera la relación con el PNV e iniciar un tripartito con Bildu. Pero claro, Bildu todavía tiene mucha historia por detrás. Yo no veo al PSOE pactando con Bildu.
También creo que la gente no conoce bien al PNV. En el año 36, el PNV no se fue con la CEDA (Confederación Española de Derechas Autonómas), se fue con la República. Hemos estado en el exilio y hemos sido antifranquistas. Nos definimos como un partido socialcristiano. Por tanto, ese es nuestro perfil, de centro o centro-izquierda. Pero dentro tenemos gente de centro-derecha también. Es decir, somos un partido de amplia base, pero técnicamente no somos un partido de derechas.
¿Cree que el PNV gana con holgura porque también lo votan personas que no son nacionalistas?
Hay detrás una serie de factores que explican las victorias del PNV: la historia que tenemos detrás, la seriedad, el candidato, el conectar con la necesidad del país (se refiere al País Vasco), la gestión de la pandemia... El debate izquierda-derecha no es tan importante. La gente ahora quiere una gestión buena sabiendo que vienen momentos difíciles.
¿Es esa hegemonía lo que convierte el País Vasco en uno de los lugares con menor participación electoral? ¿Lo considera peligroso?
Yo creo que en este caso ha influido el tema del miedo. A mí me consta que mucha gente no ha ido a votar por miedo. Además, como todas las encuestas decían que ganaba el PNV, la gente no quería arriesgarse a ir a votar.
También hay que tener en cuenta que Bildu ha hecho una campaña durísima, diciendo que no querían las elecciones el 12 de julio, que eran peligrosas y que debían celebrarse en septiembre o vaya usted a saber cuándo. Eso también ha influido. De todos modos, estoy seguro de que las siguientes elecciones serán distintas.
La precampaña en las elecciones al Parlamento Vasco estuvo marcada por episodios violentos como el ataque a la tumba de Fernando Buesa o al domicilio de Idoia Mendia, dirigente del PSE. ¿Todavía existe un problema de radicalización en la sociedad vasca?
Sí, y también 40 batzoki pintados. El secretario general de Sortu, que forma parte de Bildu, dijo que se quitaban con acetona. Arkaitz Rodríguez dijo que ETA no había dejado de matar por convicción moral, sino por conveniencia. Cuando alguien de Bildu dice eso, uno se explica muchas cosas. El fin para ellos justifica los medios. La democracia necesita valores. Y el más fundamental es el respeto a la vida de los demás. Y todavía eso no lo han entendido en cierto sector de ese mundillo.
Además, me ha llamado poderosamente la atención un vídeo en el que aparecen símbolos, periódicos, empresas, partidos... Y un tipo de las juventudes abertzales, Errai, con un hacha partiendo. Es uno de los vídeos más violentos y brutales de la campaña, pero no ha tenido mucho eco. Hay gente que es muy violenta y que está ahí contenida. No se puede pasar de la noche a la mañana de preparar un atentado a ir a un pleno del Ayuntamiento y aceptar las reglas de la democracia.
¿Le inquieta que personas condenadas por colaboración con ETA ocupen escaños en Ayuntamientos y Parlamentos? ¿O entiende que tienen derecho a la reinserción?
A mí lo que me inquieta es que la gente es muy crédula. Han presentado candidatos de cara a la galería, aseados: mujeres y hombres jóvenes con un discurso hablando de lo sectorial. Pero en el Parlamento van a estar Iker Casanova, que fue jefe de los Jarrai e iba quemando contenedores. También Arzoaga y Arkaitz Rodríguez. Esos van a estar ahí y son los que van a mandar de verdad en el Parlamento. Son gente muy ideologizada.
Otegi dijo esta semana que el PNV es un partido neoliberal, estatutista y de derechas, mientras que ellos son progresistas y de izquierdas. Es decir, ellos se venden como el paraíso terrenal mientras que nosotros somos rechazables. Las palabras no son neutras. Ellos intentan acuñar una especie de matriz, de que ellos son el futuro, la modernidad, la juventud, el progreso… Hay mucha gente que desgraciadamente se lo cree, pero es un mundo muy mentiroso.
Me parece una vergüenza que una persona que haya secuestrado, matado o participado en un atentado sea recibida como un héroe
Algunos dirigentes de Bildu participan en los ya famosos Ongi etorris en los que se recibe a los etarras que salen de las cárceles. ¿Deberían ilegalizarse?
A mí me parecen una vergüenza, pero lo que más me llama la atención es que haya gente que lo vea normal. Que una persona que haya secuestrado, matado o participado en un atentado sea recibida como un héroe. Entiendo que su familia le reciba de una manera discreta y familiar, pero que se haga un acto público… Intentan enviar el mensaje de que su lucha ha sido una lucha beneficiosa para su objetivo.
Yo tengo una pelea con esta gente porque nací en Venezuela y estoy muy sensibilizado con la situación ahí. Arkaitz Rodríguez ha estado en la toma de posesión de Maduro. Organizó un acto en el puerto de San Sebastián en memoria de Fidel Castro cuando murió. Yo siempre me pregunto qué modelo de sociedad quieren. En Venezuela la gente huye de ahí, hay cinco millones de emigrantes. Ya sabemos lo que es Cuba: muere el comandante y le sucede su hermano. ¿Ese es el modelo que prefieren? A mí me parece un debate interesante, pero siempre lo rehúyen. No quieren explicitarlo.
A día de hoy, dos trabajadores (Joaquín y Alberto) llevan atrapados 164 días en el vertedero de Zaldibar. La Comisión Europea dictaminó que hubo "importantes deficiencias". ¿Qué opina de la gestión del lehendakari Urkullu al respecto?
Bueno, el lehendakari lo explicó públicamente. En primer lugar, es una empresa privada y, en segundo lugar, la cartera de Medio Ambiente no la tiene el PNV. Hubo una respuesta a la Comisión Europea porque el comisario se tenía que haber enterado. Con Zaldibar y con dos muertos, que nadie los hubiese deseado, se ha manipulado y se ha intentado asociar al lehendakari con sus muertes y acusarle de falta de sensibilidad.
¿Cuando hay una desgracia como un incendio forestal acude personalmente Pedro Sánchez? No. El lehendakari acudió personalmente y aun así le acusaron de haber ido muy tarde. Él puso todos los medios para que se investigara. Se han gastado cuatro o cinco millones, cien camiones han trabajado allí, no se ha parado de trabajar durante toda la pandemia. Y aun así, se ha manipulado todo.
Además, ¿quién dio permiso para que se abriera ese vertedero? El Ayuntamiento de Zaldibar. ¿Y quién preside el Ayuntamiento de Zaldibar? Bildu. ¿Y a quién pertenecía la concejalía de Medio Ambiente? A Bildu. Se ha construido una imagen a petición de parte para erosionar al lehendakari. A pesar de todo, la gente le ha seguido votando.
Uno de los retos con los que arranca esta legislatura es la renovación del Estatuto de Gernika. En su proyecto de reforma, PNV, Podemos y PSE plantean la transferencia de la competencia penitenciaria y la gestión del régimen económico de la Seguridad Social. ¿Le parece poco o mucho?
El Estatuto de Gernika es el único estatuto que aún no ha sido modificado. Hubo un intento en 2005 con Ibarretxe, pero Rajoy y Zapatero se pusieron entonces de acuerdo para no tomarlo en consideración y se rechazó. La estrategia que está siguiendo fundamentalmente Urkullu y el actual Gobierno Vasco, con apoyo del grupo parlamentario en Madrid es que se desarrollen las 38 competencias que están por desarrollar. Es un estatuto que se aprobó en el año 79 y, sin embargo, está sin desarrollar. La idea es acabarlo en esta legislatura, ese es el horizonte.
Hay una ponencia de autogobierno que quizá vuelva a abrirse, pero será de otra manera, porque ahora seguramente el PNV gobernará junto al PSE. Las cosas van a ser de otra manera. Bildu no estará de acuerdo y tratará de extremar todo hasta las últimas consecuencias, pero eso está en el guion. El PNV no caerá en el juego de Bildu.
El PNV se desmarcó en octubre de 2019 de la Declaración de Llotja de Mar, en la que formaciones nacionalistas exigían que se recogiera el "derecho de autodeterminación de los pueblos", argumentando que no tenía "espíritu constructivo". ¿Hay algún nacionalismo que lo tenga?
El debate acerca de la autodeterminación se ha hecho varias veces en el Parlamento vasco. Yo entiendo que Bildu tenga esa bandera de una manera obsesiva, está en su derecho, pero el PNV tiene otros proyectos. El PNV es un partido nacionalista, lo fundó Sabino Arana hace 125 años, tiene mucha mili detrás. Conocemos la realidad política del pueblo vasco y Bildu no nos va a dar ninguna lección.
El pueblo vasco tiene las ideas claras, va poco a poco consiguiendo sus cosas y el PNV lo único que plantea es la negociación permanente. En eso está. No queremos tensionar la sociedad ni enfrentar a unos con otros. Esa es una de las claves. El lehendakari hace hincapié en que no se debe romper la cohesión de la sociedad. Lo peor que puede haber en una sociedad es el enfrentamiento entre nacionalistas y no nacionalistas.
¿Pero el PNV aboga por la ruptura del País Vasco con el resto de España o no?
Sabino Arana planteó que Euskadi es la patria de los vascos, pero eso lo dijo hace 125 años. No existía el contexto europeo en aquel momento. Un dulce mito tan radical como ese, teniendo en cuenta que ahora existe la Unión Europea… No es viable. El propio Urkullu habló de un nacionalismo foral y habló de la confederabilidad.
Esto es como una comunidad de propietarios. Yo soy parte de una comunidad de propietarios, pero en mi casa mando yo. Sé a qué colegio tengo que mandar a mis hijos y, si tengo que poner una cocina nueva, que no me vengan a decir desde Madrid qué tipo de cocina tengo que comprar.
En el resto del país, existe la idea de que el nacionalismo vasco es más moderado, más sensato que el catalán. ¿Comparte esta idea? ¿A qué la atribuye?
Nosotros tenemos mucha relación con el nacionalismo catalán y nos duele que haya producido esa ruptura de la cohesión del país. Es una situación muy dura, muy difícil. También es cierto que a esa ruptura también han contribuido el Tribunal Constitucional o el Partido Popular. Hay que contar la historia completa, no sólo los últimos acontecimientos ni la famosa votación. Hay que contar todo. Lo que no nos gusta es que la sociedad esté enfrentada unos con otros.
España es Madrid y el resto, la perfieria. El hecho autonómico en Madrid no se ha asumido
¿Habrá en España algún referéndum de autodeterminación?
Es complicado. Yo cada vez veo que España es más Madrid. Yo he vivido treinta años en Madrid, siendo portavoz del PNV en el Congreso y en el Senado. Conozco algo de la política española y lo que no ocurre en Madrid, no ocurre en ningún sitio. España es Madrid y el resto, la periferia. El hecho autonómico en Madrid no se ha asumido. La pandemia ha demostrado esto. Hemos visto cómo había un esfuerzo continuo de recentralización.
Además, siempre me ha llamado la atención la poca cultura que hay en la clase política española. Dicen que el Concierto Económico es un privilegio. Oiga, ¿usted sabe que el Concierto Económico es un castigo que Cánovas del Castillo impuso por la pérdida de la Segunda Guerra Carlista? Cuando se desconoce el abecé de lo que es la historia de este país (en referencia al País Vasco), puede ocurrir cualquier cosa.
¿Cuál sería la relación ideal entre el País Vasco y España para usted?
Reconocimiento mutuo. Nadie puede desconocer que el País Vasco existe y nadie puede desconocer en Euskadi que España existe. Yo recuerdo una vivencia. Juan de Ajuriaguerra fue un dirigente histórico del PNV, encarcelado y condenado a muerte. En el año 77, cuando empezó la vida política en España y en Euskadi, tuvimos un mitin en Bilbao, donde hablé y después fuimos todos a cenar. En los postres, hubo gente que empezó a cantar canciones muy antiespañolas. Entonces, Ajuriaguerra les dijo: "Que sea la última vez que oigo cantar eso. Si queréis que Euskadi vaya bien, España debe ir bien, así que dejaos de tonterías".
Era un hombre con la autoridad moral de haber sido condenado a muerte por el franquismo. Ahora hay mucho nacionalista de boquilla, que echa a correr cuando escucha el primer ruido. La gente que ha pasado toda su vida en esto, que conoce la historia y ve las cosas con perspectiva no es tan frívola.
¿Para Iñaki Anasagasti la independencia del País Vasco sigue siendo algo deseable?
Al ser humano le gusta ser independiente, pero uno no puede contestar a esa pregunta sin los pies en el suelo. Como nacionalista vasco, yo sí considero la independencia algo deseable. Ahora bien, yo no confundo nunca deseos con realidad. ¿Independiente? Sí. ¿Quién no quiere serlo? Pero hay que tener en cuenta que uno no vive solo, vive en un contexto. Y si para lograr eso tengo que poner todo en cuestión y enfrentar a la gente, ver cómo se matan unos y otros, eso no lo quiero yo ni loco.
Si la Justicia investiga a Juan Carlos, se pondrá también en cuestión al sistema que lo ha encubierto
Pocos políticos han sido tan críticos con Juan Carlos I como usted. ¿Le han sorprendido las informaciones publicadas sobre el Emérito?
No, en absoluto. A mi me tocó conocer desde dentro el funcionamiento. Me llamó la atención que había cosas evidentes, pero aun así existía un contraste entre lo que se decía públicamente y lo que iba aconteciendo. Había una ley del silencio para que no se dijera nada, y mucho menos en los programas del magacín. La Casa Real huía de ellos como del agua.
Cuando ocurre lo de la cacería en Botsuana se abre la veda, se precipitan las cosas, van saliendo escándalos y se rompe esa ley del silencio hasta que se llega a la situación actual, que es consecuencia de un policía que está en la cárcel y una amante despechada. Asistimos a un verdadero sainete.
La Constitución dice que la persona del Rey es "inviolable y no está sujeta a responsabilidad". Herrero de Miñón, padre de la Constitución, ya ha aclarado que ese escudo protegerá siempre todo lo que hizo como Jefe del Estado. ¿Le parece justo?
No, no me parece justo, pero lo entiendo. No olvidemos que Suárez reconoció en una entrevista que le hizo Victoria Prego que, si en el año 78 hubieran sometido la Monarquía a debate, se hubiera perdido. Una de las claves de la Transición fue que el Rey fuera respetado. Tengo la información de que, en el año 76, Adolfo Suárez le dijo a Felipe González en una reunión en la Calle Apostol, 76: "¿Queréis Transición? Entonces la figura del Rey debe ser intocable".
Se especula con que la inviolabilidad no cubre lo que haya podido hacer tras la abdicación. ¿Cree que la Justicia lo investigará?
Si la Justicia le investiga, se pone en cuestión no sólo la figura del Rey, sino todo el sistema que le ha encubierto. Era evidente que el CNI -anteriormente el CESID- lo sabía todo, incluso le ayudaba. Secretarios, policías, escoltas al servicio del Ministerio de Interior, presidentes del Gobierno, ministros, embajadores…
Bueno, mira la información del apartamento en el barrio de Belgravia, en Londres, lo del apartamento que el sultán de Omán regaló a Juan Carlos. Hay que recordar que el embajador en Londres era Alberto Aza, que también fue jefe de la Casa Real. Se sabía todo. Lo peor de la monarquía es que le da la luz y se desvanece, como Drácula. Ahora a la Monarquía le está dando la luz y se está cayendo a pedazos. Pondrán cortafuegos para que la figura de Felipe VI no salga tocada y que haya un control de daños.
Se dice que en un encuentro en 2014, Juan Carlos I le dijo: "¿A que no me sueltas a la cara lo que dices por ahí?". ¿Qué sucedió exactamente?
Fue a la salida de la misa conmemorativa por el décimo aniversario del 11-M. Se celebró aquella ceremonia, a la que fue el cardenal Rouco Varela, y a la salida, el Rey se puso con la Reina a despedir a la gente. Cuando yo llegué ahí, se dirigió a mí con ese tono que uno no sabe si es de reproche o de esa campechanía que se le atribuye.
Pero, ¿qué le dijo exactamente?
Eso: "¿A que no te atreves a decirme a la cara lo que me dices por ahí?". Entonces, yo le dije: "Cuando usted quiera". Me dio una palmada, un sembiabrazo y la Reina le hizo un gesto para que callara.
¿Qué le diría hoy si lo tuviera en frente?
Le diría que cómo es posible que con el legado que recibió, teniendo el país a sus pies, lo haya desaprovechado de esta manera. Está dilapidando una historia, una imagen, una relación familiar.
A mí siempre me sorprendió una de las declaraciones de Corinna. Ella decía que el Rey sabía muy bien lo que era legal y lo que era ilegal. Yo no sé si es verdad o no porque a tanto no he llegado en mi relación con él, pero teniendo una educación como la que recibió, militar, en una dictadura, pues al final uno no sabe si es producto de una educación y del ensalzamiento continuo que ha tenido durante tantos años.
Juan Carlos I abjuró de su padre Don Juan cuando Franco le ofreció la corona. Con Felipe VI sucederá algo parecido
¿Cree que Felipe VI repudiará en público a su padre para salvar la respetabilidad de la monarquía?
Yo creo que está ante una situación difícil: es su padre y de él ha recibido la corona. Hay que recordar que ya lo hizo con su cuñado Urdangarín y con su hermana, en menor medida. Yo creo que pondrá en un platillo la corona y en el otro su relación paterno-filial. Creo que tendrá que pactar con él hasta dónde puede llegar y hasta dónde no. Recordemos también que Juan Carlos abjuró de su padre Don Juan. Cuando Franco le ofreció la corona en contra de su padre, no dudó un segundo. Ahora sucederá algo parecido.
Usted sostiene una tesis propia sobre los motivos de la abdicación del Rey Emérito. Explíquela.
Fue una abdicación exprés, consecuencia de que todo esto ya se sabía. Un rey no abdica, lo dijo la propia Reina, un rey muere en la cama. Un jefe de Estado con este escándalo hubiera dañado de una manera terrible a la Monarquía, hubiera tenido un efecto devastador. Hubo una conjura entre Rajoy, Rubalcaba, Felipe González y el director del CNI, Félix Sanz Roldán, para posibilitar una abdicación exprés, que nadie esperaba.
También ha dicho en otras ocasiones que la aparición de Podemos jugó un papel fundamental en la abdicación del Rey. ¿Cómo lo argumenta?
Podemos había tenido un buen resultado electoral en las elecciones europeas y Pedro Sánchez llegaba como secretario general del PSOE, que era ya otro PSOE. Se estaban juntando muchas cosas que ponían en peligro la omertá. Entonces decidieron cortar por lo sano con la abdicación del Rey.