Baile de escaños en País Vasco con importantes consecuencias políticas. Tras el recuento de sufragio de los electores vascos residentes en el extranjero, el llamado voto CERA, la coalición PP+Cs se ha hecho con un representante más por Vizcaya, que se lo ha arrebatado a EH Bildu, que se queda finalmente en 21 actas.
El escrutinio oficial realizado en la Junta Electoral allana el camino a una nueva lehendakaritza de Íñigo Urkullu, dado que las formaciones de izquierda –Bildu, PSE y Podemos- ya no suman mayoría absoluta en la cámara vasca. Los números ya no dan para un tripartito, única opción para apartar al PNV de Ajuria Enea y un discurso defendido con ahínco por la formación morada a pesar de su desplome en las urnas. Esa propuesta, con el nuevo cómputo, se desvanece.
El movimiento de este último escaño supone una “buena noticia” para el centro derecha por tres motivos. Por un lado, porque “las formaciones de izquierda y extrema izquierda vascas ya no suman mayoría absoluta”, en palabras del candidato de PP+Cs, Carlos Iturgaiz. Y, por otro lado, porque a quien han “arrebatado” ese parlamentario es precisamente a la izquierda abertzale, que “justifica la violencia y lleva terroristas condenados en sus listas”.
Y la tercera razón: con este nuevo escaño, que corresponde a Ciudadanos, en concreto a su líder en Euskadi, Luis Gordillo, PP+Cs logran “igualar” en actas a Podemos y permiten “consolidar un grupo parlamentario de centro derecha constitucionalista vasco y español para ser el bastión del constitucionalismo en el Parlamento vasco”.
Sin embargo, desde la dirección de partido apuntan que su responsabilidad es poder formar "gobiernos estables".
Casado: “Gobiernos estables”
El líder de los conservadores también ha saludado que su formación haya logrado ese sexto escaño, “en detrimento” del partido capitaneado por Arnaldo Otegi y “quitando la mayoría al frente de izquierdas”. Así lo ha afirmado Pablo Casado este viernes, en un discurso en el que añadía que “la responsabilidad del PP es dar gobiernos estables” que sean “contrapunto al Gobierno de Sánchez”.
Su mensaje puede interpretarse como un acercamiento a los jeltzales para que cuenten con ellos en lugar de los socialistas, siempre que se “garantice la libertad educativa y se bajen los impuestos”. En cualquier caso, PNV (31) y PP+Cs (6) sumarían 37 representantes, por lo que, al igual que el bloque de izquierdas, tampoco alcanzarían la mayoría absoluta, fijada en 38 escaños, lo que da la oportunidad a Vox y a su única parlamentaria de tener cierto protagonismo.
El sistema vasco, además, impide votar en contra y sólo existe la opción de pactar un candidato alternativo. Con estos guarismos, Íñigo Urkullu tiene asegurada la investidura.