Resumen de lo publicado. -El parlamento ha aprobado una comisión que investigará el escándalo del estraperlo que tiene a Lerroux en la cuerda floja. Mientras tanto, un periodista extranjero acude a la cárcel a entrevista a Largo Caballero, que se referirá también a este asunto.
A la misma hora en que la comisión parlamentaria encargada de depurar responsabilidades políticas empezaba a reunirse, no muy lejos, en la Cárcel Modelo, en Moncloa, se notaba agitación entre los presos políticos.
Aquella era todavía una cárcel casi decimonónica y muy porosa en lo que a comunicación se refiere, sobre todo en el módulo de presos políticos. El acceso a los locutorios era sencillo y no era raro que un encausado por la revolución del 34, como el mismo Largo Caballero, pudiera recibir las visitas que le permitían dirigir desde allí a su partido. Y hasta alguna como la de este extranjero con trazas de periodista que acababa de entrar en el locutorio acompañado por un conocido funcionario de la embajada norteamericana que permaneció de pie, de espaldas a ellos dos, cuidando se respetara la intimidad del encuentro con el compañero Caballero.
- Le agradezco que se haya prestado a la entrevista. No le puedo asegurar que la publiquen, como pretendo, en uno de los medios de izquierdas más prestigiosos de mi país, pero tenga por seguro que haré lo imposible para que así sea.
Su castellano, aunque con acento, era impecable. Mientras se instalaba y sacaba su libreta, el hombre murmuró que sentía el reciente fallecimiento de la compañera de Largo Caballero, Concepción Calvo. Al preso se le había anunciado que era necesaria una operación de vesícula biliar, y su abogado, nada menso que Jiménez Asúa, solicitó permiso del Tribunal Supremo para que presenciase la operación, como así hizo. Por desgracia, el corazón había fallado y Concepción murió a las veinticuatro horas. “Sé que para usted el ver pasar por aquí el cortejo, con todos los presentes levantando el puño, fue importante”. Aquello había ocurrido tres días atrás. La larga concentración también pasó por delante de la casa del presidente de la República, al que dirigieron insultos.
- Fue una demostración de solidaridad de mis compañeros, y cuando se está encarcelado esos gestos se aprecian –murmuró secamente Largo Caballero.
- Me imagino que habrá oído hablar de los escándalos del Partido Radical y que estará al tanto de que se ha creado una comisión parlamentaria para depurar responsabilidades. ¿Puedo dar por cierto que usted conocía los hechos antes de que se hicieran públicos?
- Puede, pero no se lo voy a confirmar.
- Si no le importa, vamos a repasar, para que los lectores americanos lo entiendan, la situación actual del socialismo español. Todo el mundo sabe que usted está encarcelado por su participación en la revolución de Asturias…
- No soy responsable de nada más allá de mi participación individual.
- … y en su caso están muchos otros presos, miles de personas que esperan enjuiciamiento. Los observadores entienden que ahora mismo hay tres tendencias socialistas muy definidas enfrentadas entre sí. Los caballeristas, la facción más a la izquierda, agrupados en torno a su figura y a hombres como Wenceslao Carrillo o Araquistaín, desde la revista Leviatán, y por supuesto las Juventudes Socialistas. El sector reformista, liderado por Julián Besteiro, con gente como Saborit, que dirige Democracia, en el ala más conservadora del Partido. Y los centristas de Indalecio Prieto, emigrado desde el año pasado, que cuenta con el apoyo de profesores universitarios como Fernando de los Ríos o Juan Negrín, y los dirigentes del poderoso Sindicato Minero Asturiano…
- Yo no veo tres facciones. Democracia se sigue publicando, mientras El Socialista está prohibido. Para mí, ideológicamente, Besteiro está fuera del partido. Dentro del mismo solo hay dos cabezas, y no conozco ningún cuerpo que funcione bien con dos cabezas.
- Entonces admite que hay un enfrentamiento abierto con el señor Prieto por el control del partido. Él es partidario de la alianza con los republicanos y usted no. ¿Por qué?
- Porque después de la colaboración con la República, quedó patente la imposibilidad de una legislación y una acción de gobierno auténticamente socialistas dentro de la democracia burguesa, y porque con el Gobierno actual ha quedado clara la traición de Lerroux a los postulados de la Constitución y la clarísima intención de un golpe de Estado por parte de Gil-Robles. ¿Por qué ha querido a toda costa el Ministerio de la Guerra? ¿Qué hace, colocando a los generales más antidemocráticos en puestos clave? ¿Lo ha pensado?
- Esa fue su postura antes de las elecciones, la que propició que se presentaran separados de los republicanos, y perdieran. ¿La sigue manteniendo? Lo digo porque los prietistas acusan a sus seguidores de querer expulsar a los reformistas y aplastar a los centristas, para después –cito un artículo del señor Prieto- “ir a una centralización sindical, acabando con la actual independencia de las federaciones de las industrias; montar el control único, establecer la dirección única y proclamar un jefe. En fin, acabar con el régimen democrático en el que nacieron y prosperaron nuestras organizaciones políticas y sindicales sustituyéndola por una dictadura…”. ¿Qué dice a esto?
- ¿No habla Marx de la dictadura del proletariado?
- Efectivamente. En su Crítica del programa de Gotha. Me han comentado que está usted leyendo mucho a Marx durante estos meses. ¿Mantiene usted la postura? ¿Es eso lo que quieren ustedes, las Juventudes Socialistas y los comunistas?
- A medio plazo, sí.
- ¿Y a corto plazo?
- A corto plazo, la idea de Prieto de ir en una gran coalición con los republicanos ha ido ganando terreno en todo el socialismo, pero solo como medio para facilitar cuanto antes la amnistía.
- Esa siempre fue la idea de Prieto.
- La diferencia es que a nosotros nos parece el mejor medio para conseguir ese fin y no nos seduce la idea de participar en el Parlamento, cosa que a Prieto, como buen criptoburgués, le encanta. Él está encantado con la República que tenemos.
- ¿Puedo escribir eso?
- Puede usted escribir lo que le dé la gana.
- Entonces, ¿los caballeristas también avalan ese proyecto de alianza entre republicanos y socialistas que propugnan Azaña y Prieto?, porque me imagino que ya sabrá que la tournée de mítines de Azaña, todos esos discursos en campo abierto, en Mestalla, en Baracaldo, y este último en Comillas, no tienen otro objetivo que calentar a las masas y llevarles el mensaje de una inminente coalición de izquierdas, dado que las actuales Cortes son inviables y que antes o después habrá elecciones.
- Los socialistas todavía estamos en negociaciones internas, pero es muy probable que nos incorporemos a esa alianza, sí.
Dictamen de la comisión parlamentaria sobre el estraperlo
Mañana sábado 26 de octubre de 1935, la comisión parlamentaria emitirá su dictamen acerca de la denuncia Strauss, la referente al escándalo del estraperlo.