En el primer trimestre de 2023, en toda la Unión Europea, España incluida, sólo se matricularon 600 camiones eléctricos de al menos 16 toneladas métricas, frente a los 86.455 con motor de combustión. Y es que, pese a las restricciones y los ambiciosos objetivos que buscan reducir el uso de combustibles fósiles en todo el mundo, el alto precio de los vehículos eléctricos, la escasez de puntos de recarga e inventos como los del español Avelino Corma, son elementos que están alargando la vida del diésel y la gasolina.
Pero, ¿y si hubiera maneras de conseguir que fueran menos contaminantes? Hay quien apuesta por alternativas como el Hyperloop para ofercer un transporte de mercancías más rápido y seguro, mientras otros no renuncian a los motores de combustión. Es el caso de la empresa suiza Qaptis, que lleva años desarrollando un innovador sistema de descarbonización capaz de atrapar el CO2 que sale por el tubo de escape del camión y almacenarlo en estado líquido, lo que reduciría hasta un 90% sus emisiones.
Trabajando mano a mano con los ingenieros del Laboratorio de Ingeniería de Procesos Industriales y Sistemas Energéticos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), los técnicos de Qaptis están ultimando los detalles para instalar un prototipo en un vehículo de un transportista local y llevarán a cabo pruebas piloto en condiciones reales. "Tenemos previsto empezar a utilizar nuestro primer vehículo de pruebas a finales de 2024", afirma Théodore Caby, cofundador y director de operaciones de Qaptis, en un comunicado de prensa.
Cómo funciona
La captura, utilización y secuestro de carbono son imprescindibles para intentar frenar el ritmo del calentamiento global y el planeta alcance el balance neto cero en 2050, como recomienda el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Uno de los principales obstáculos de este desafío es que se trata de tecnologías que implican un alto coste, tanto económico como energético, y su eficiencia está todavía en entredicho.
En el caso de Qaptis y la EPFL, su propuesta pretende pasar el CO2 de estado gaseoso a estado líquido utilizando la menor energía exterior posible para crear un círculo virtuoso. Eso implica que el líquido resultante se pueda utilizar para la elaboración de combustibles, una manera ideal de reaprovechar todo su potencial energético.
El sistema suizo se puede adaptar a camiones ya existentes. El método pasa por recoger el CO2 directamente del tubo de escape del camión, enfiarlo y separarlo de otros gases —nitrógeno y oxígeno—, haciéndolo pasar por un absorbente en polvo. "Con el tiempo tenemos previsto utilizar un polvo organometálico que mejore aún más nuestro proceso. Pero el que tenemos en mente aún no se produce a escala industrial", sostiene Caby.
El absorbente acaba saturándose, momento en el que se calienta gracias al exceso de calor generado por el motor de combustión. Eso libera el dióxido de carbono, que es comprimido por los turbocompresores de alta velocidad hasta convertirlo en líquido, más fácil de almacenar ya que ocupa menos volumen. En total, el dispositivo es capaz de capturar hasta el 90% de las emisiones de carbono del camión, y permitiría descarbonizar las empresas de logística sin necesidad de renovar la flota existente.
[Los camiones eléctricos y sin conductor ya están aquí: esta empresa quiere usarlos para transporte]
Sobre el papel, el sistema era muy prometedor, pero había que comprobar su efectividad en el laboratorio. Tras una gran inversión en I+D y varios años de desarrollo, los técnicos de Qaptis lograron producir las primeras gotas de CO2 líquido con su prototipo la pasada primavera. Además, comprobaron que el dispositivo puede utilizar conexiones estándar y funcionar en condiciones normales. "Por fin hemos completado el primer paso, que era transferir nuestra tecnología básica del laboratorio a la industria", aseguró Caby. "Ahora nos centraremos en desarrollar un dispositivo que pueda instalarse directamente en los camiones".
Para poner a prueba ese primer prototipo, la compañía suiza llegó a un acuerdo con una empresa estadounidense. Tras los primeros resultados, decidieron cambiar de empresa colaboradora y firmar un acuerdo con la suiza Friderici Spécial. Así han conseguido un acceso más sencillo y cercano a los datos, lo que les permitirá optimizar el dispositivo de manera más directa. Su objetivo es empezar a probarlo a finales del próximo año en Tolochenaz, localidad suiza del cantón de Vaud, a orillas del célebre lago Lemán.
En lo que trabajan ahora los técnicos de Qaptis es en la miniaturización del sistema, que todavía es demasiado grande y complejo como para comercializarlo, algo que pretenden conseguir antes de 2026. "Nuestro objetivo es crear un dispositivo innovador que sea modular y compatible con distintos tipos de camiones. Así que tendremos que pasar por varias iteraciones fuera del laboratorio para que esté listo para el uso diario", explica Caby, que tampoco descarta un sistema similar aplicado en barcos.
Aprovechamiento del C02
En lo que trabajan científicos e ingenieros de todo el mundo, incluidos los de Qaptis, es en métodos que, además de capturar el dióxido de carbono, sean capaces de aprovecharlo para conseguir un sistema circular, ya sea para la producción de alimentos, fertilizantes, energía, materiales de construcción o combustibles sintéticos. Es lo que hacen, por ejemplo, los paneles de microalgas diseñados para capturar el CO2 y convertirlo en energía.
En ese caso, la tecnología de la startup mexicana Greenfluidics permite que los paneles capturen el dióxido de carbono, lo pasen por agua impregnada con unas microalgas muy concretas, que absorben el CO2 y la luz solar para hacer la fotosíntesis y así aumentar su masa y generar oxígeno.
Así empieza un recorrido diseñado para colaborar en la generación de energía para el edificio: la biomasa se filtra cada cierto tiempo en forma de pulpa, se retira y se procesa para convertirla en biocombustible. Esta fuente de energía sostenible vuelve después al edificio para alimentar el quemador con el que funciona el sistema de agua caliente.
En el caso de Qaptis, el CO2 líquido obtenido por su dispositivo en camiones se almacenará en un depósito situado detrás de la cabina, que podrá vaciarse cuando el camión regrese a su terminal de carga para ser reaprovechado para la producción de biocombustibles. Incluso plantean una instalación en las gasolineras que recoja el dióxido de carbono, lo que permitiría una difusión más amplia del sistema.
También te puede interesar:
- El prometedor invento para que los coches diésel contaminen tan poco como un modelo eléctrico
- El hormigón que cambiará las carreteras: absorbe la contaminación de los coches gracias a la luz
- El ingenioso invento que elimina el 99,9% de los microplásticos del agua en tan sólo 10 segundos
- El invento español para que los coches limpien de contaminación el aire mientras circulan