Elon Musk, CEO de Twitter, habría comprado cerca de 10.000 tarjetas gráficas con las que entrenar su propio modelo de inteligencia artificial. Este interés se conoce semanas después de haber visto al magnate defender un manifiesto firmado por miles de expertos, algunos de España, que pedían pausar el desarrollo de esta tecnología hasta controlar los riesgos que plantea su uso a nivel mundial.
Tanto GPT-4, modelo de IA tras ChatGPT y Bing de Microsoft, como otros sistemas de aprendizaje profundo requieren de un extenso equipo de computación para entrenar sus redes neuronales y aprender así de los millones de ejemplos que se le dan para aprender a dibujar, programar o escribir como los humanos. De ahí la compra de Musk de estas tarjetas gráficas de gran valor, de las que informa Business Insider.
El multimillonario ha sido un gran inversor de la inteligencia artificial, al mismo tiempo que alertaba en innumerables entrevista del potencial de esta tecnología para acabar con la humanidad. Ahora parece decidido a crear su propio sistema de IA, pero cuyas capacidades o funciones aún no se conocen.
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Aunque, por el momento actual, es posible pensar que la intención del empresario es rivalizar con ChatGPT, un generador de texto para escribir en Twitter, lo cierto es que la IA es muy amplia en lo que a modelos y funciones se refiere. También cabe la posibilidad de que la tecnología entrenada con esas miles de tarjetas gráficas se use para mejorar los sistemas de búsqueda de la red social, el algoritmo de la plataforma o la recomendación de anuncios, entre otras opciones, o puede que se den todas a la vez.
Entrenando con Twitter
Para desarrollar esta tecnología, el magnate ha comprado las tarjetas gráficas más potentes de NVIDIA que pueden rondar los 10.000 dólares. Además del posible precio hay que recordar que los centros de datos, según las instalaciones, suponen centros de gran consumo de energía. Un estudio de la Universidad de Colorado Riverside y la Universidad de Texas Arlington apunta que se han gastado hasta 700.000 litros de agua limpia en los servidores que utilizan para entrenar a ChatGPT.
De forma paralela a la compra de equipos, el nuevo dueño de Twitter y fundador de Tesla también se está rodeando de expertos. A principios de marzo contrató a Igor Babuschkin y a Manuel Kroiss, trabajadores de DeepMind. En The Information informan que el CEO de Twitter empezó a crear este plan en febrero.
En tercer lugar, para crear modelos de inteligencia generativa como GPT-4 o los que ha desarrollado Google, se necesitan millones de ejemplos de texto o imágenes. OpenAI, empresa tras ChatGPT y Dall-E, ya utilizó la API de Twitter para entrenar su modelo, pero Musk bloqueó este acceso hace meses. El multimillonario podría usar ese recurso, millones de conversaciones y publicaciones con los que entrenar a su IA. De momento, no han transcendido los planes completos de Musk, aunque a ChatGPT y otras IA ya se le está pidiendo transparencia en cuanto al origen de los datos con los que se entran.
A favor o en contra
Musk lleva años interesado en esta tecnología, tanto por la creación de un piloto automático que controle la conducción en sus coches eléctricos de Tesla como para otros fines. Llegó a ser inversor de esta empresa que nació como organización sin ánimo de lucro. Pero en 2018 Musk consideró que el proyecto estaba lejos de conseguir los avances que Google estaba logrando con DeepMind y pidió tomar el control, ante la negativa decidió dejar de apoyar la empresa.
No obstante, a Musk se le ha oído decir que la IA puede ser el desencadenante de la tercera guerra mundial. Para evitarlo, en una entrevista explicó que tras alertar durante años de los posibles peligros, pensó: "tendremos que intentar ayudar a desarrollar (esta tecnología) de una manera que sea buena". Este planteamiento podría haber motivado de nuevo Musk a crear su propio proyecto tras pedir el bloqueo de los demás trabajos de desarrollo en activo.