Pocas costumbres se han implantado tanto como llegar a un restaurante, desenfundar el móvil y hacer fotos a la comida que nos van sirviendo en la mesa. Yo me declaro culpable. Cuando voy a un sitio especial suelo hacer fotos con mi iPhone, bien sea para subirla a redes sociales, compartirlas en algún chat de amigos o simplemente para que un día me recuerde Apple Fotos lo bien que lo pasamos y comimos hace no sé cuánto tiempo.
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Aunque mis dotes de fotografía no son malas del todo, reconozco que sacar favorecido a un plato era una de mis tareas pendientes. Y digo era porque hace unas semanas tuve la oportunidad de aprender una serie trucos de uno de los mejores de fotógrafos de España en esto de usar el teléfono como cámara: Rodrigo Rivas, el maestro de fotografía que lleva más de una década usando un iPhone para trabajar.
Rivas me comentó que lo primero era conocer la máquina que teníamos entre manos. Saber las posibilidades que ofrecía. Lo bueno del iPhone 13 Pro Max que manejo a diario y de mi trabajo es que las cualidades del teléfono me las conozco: desde la versatilidad de la triple cámara —siendo especialmente importante aquí el modo macro—, como los estilos de fotografía, la cámara lenta e incluso la posibilidad de grabar vídeo en 4K a 60 frames por segundo (con su respectiva captura) o ir al modo ráfaga. Todo vale para sacar la mejor fotografía posible de nuestro plato.
Esta particular masterclass no podía tener un escenario mejor donde aprender. Si tan importante es conseguir fotografiar bien un plato, también lo es que ese plato sea merecedor de inmortalizar y quedar en el recuerdo. Uno de los restaurantes que lo consigue, a nivel mundial, es El Celler De Can Roca.
El restaurante que los hermanos Roca i Fontané es uno de los mejores ejemplos del mundo en los que conseguir que la fotografía de gastronomía pueda a ir a un nivel superior. Así, entre velouté de hinojo, cigala con artemisa, brioche de pularda o el espectacular postre láctico, Rodrigo me fue enseñando cómo exprimir a fondo la cámara del iPhone para mejorar mis fotografías cuando volviese a ir a un restaurante.
Aunque es cierto que además de los platos, en El Celler teníamos un precioso ventanal que favorecía la iluminación de la escena, Rodrigo es claro: "todo comienza con unos puntos clave que determinan la calidad estética de las fotos", sin importar el lugar donde nos encontremos.
· 1. Iluminación. La fotografía es luz. "Es el principal componente junto con el elemento fotografiado", da igual que sea un plato, una persona o un lugar, la luz siempre es clave. Estar cerca de una ventana es clave "de ese modo podrás disfrutar de los efectos cambiantes de la luz natural, ya sea por la potencia de los rayos del sol o la suavidad de las sombras". Aquí es importante tener el HDR activo en el iPhone 13 Pro, ya que se encargará de las luces y revelará detalles en las sombras. Un truco adicional de Rivas es usar el contraluz o luces laterales para enfatizar texturas.
· 2. Perspectiva. Es la segunda gran pauta a tener en cuenta. La elección del ángulo y la composición es fundamental. Aquí el profesor recomienda "cuidar el ángulo de la toma, entre 60º y 50º para no deformar la escena. Para ello, podemos usar el teleobjetivo (3x)".
· 3. Color. Con nociones básicas sobre el color, y las combinaciones de diferentes tonos se pueden conseguir fotos muy llamativas. "Por ejemplo, mezclando objetos con tonos cálidos y tonos fríos conseguimos darle más contraste a la escena, al igual que si usamos colores complementarios", eso sí, "es importante recordar que el tipo de luz alterará la saturación y el tono del color".
· 4. Ultra gran angular. Esta lente permite crear perspectivas que ponen énfasis en los primeros planos y aportando más profundidad a la escena. Asimismo, entra en juego la fotografía macro con lo que cuanto más nos acerquemos a un plato el iPhone cambiará automáticamente a este modo. Aquí hay que tener en cuenta no hacernos sombras si estamos demasiado cerca.
· 5. Gran angular. Es la lente principal y la más versátil del iPhone. También permite activar el modo macro pero "en gastronomía puede ser perfecta para fotos cenitales o de 3/4".
· 6. Ángulos diferentes. Conociendo las posibilidades de cada lente podremos sacar partido a la fotografía de cada plato buscando ángulos distintos y perspectivas con posiciones del teléfono que quizá no se nos había ocurrido. "¿El plato es hueco?, prueba a poner el iPhone del revés", así acercarás la lente a lo que quieras fotografiar y sacarás más partido al macro.
· 7. Estabilización. Uno de los puntos clave para que la foto no salga movida. Aunque el sistema del iPhone es especialmente bueno, en modos como macro o zoom mejorarán si estamos completamente quietos —incluso apoyados— mientras disparamos. Mejorará la nitidez y la definición.
· 8. Atrezo. La comida es más bonita cuando está bien emplatada, pues con la fotografía ocurre igual. "Arregla un poco la mesa, quita lo que estorbe o usa elementos como cubiertos o manteles para la composición final".
· 9. Cámara lenta. Quizá es uno de los elementos que aportan una mayor espectacularidad a la experiencia gastronómica. Con la cámara lenta de hasta 240 fotogramas por segundo, Rodrigo recomienda centrarse en momentos clave de la preparación del servicio (el vertido de una salsa, humo, o burbujas). "Hay infinitas posibilidades. No olvides a la hora de enfocar que el sujeto debe estar en movimiento, y además puedes dinamizar el vídeo moviéndote tú también", explica.
· 10. Básico y fundamental. Otro de los consejos sencillos pero eficaces, y que no todo el mundo hace es: limpiar las lentes antes de tomar cualquier foto o vídeo, así como activar la cuadrícula en ajustes para mejorar los encuadres.