Los misiles hipersónicos se han convertido en el as en la manga del presidente Vladímir Putin y no duda ni un instante en amenazar con utilizarlas. Este tipo de armas es el elemento diferenciador de Rusia gracias a un intensísimo programa de desarrollo militar ejecutado en los últimos años y que ha dado resultados muy positivos. Posicionándoles en la cumbre tecnológica mundial en este sector en el que ningún país de la Unión Europea —España incluida— ni Estados Unidos ha conseguido despuntar.
"Si alguien, insisto, se dispone a interferir en los acontecimiento en marcha y crea amenazas estratégicas inadmisibles para Rusia, deben saber que nuestros ataques de respuesta serán relámpago, rápidos", aseguró el propio Putin durante una intervención en San Petersburgo.
Con esto, el presidente ruso dejó claro sus intenciones de emplear material hipersónico si así lo requieren las circunstancias. Un armamento "del que ahora nadie puede presumir. Y nosotros no vamos a presumir. Los usaremos si hace falta. Y quiero que todos los sepan", prosiguió.
Un misil hipersónico es aquel que viaja más allá de 5 veces la velocidad del sonido (unos 6.000 kilómetros por hora) a una altitud lo suficientemente baja como para que los radares de los escudos antiaéreos los detecten demasiado tarde. Y realmente no puedan hacer nada para interceptarlos. Hace unas semanas, Rusia se convirtió en el primer país en emplear este tipo de armamento en el campo de batalla, inaugurando de esta forma una nueva era para la que Estados Unidos todavía no está preparado.
La Daga rusa
El Kinzhal (Daga, en castellano) es un misil hipersónico ruso que ha conformado una de las grandes sorpresas durante la invasión a Ucrania. Moscú confirmó el pasado 21 de marzo que había empleado esta munición para destruir un almacén subterráneo de misiles y municiones para aeronaves del ejército ucraniano. Desde ese día, no han vuelto a informar sobre usos posteriores.
El desarrollo de este sistema hipersónico responde a las necesidades de crear un misil aire-tierra capaz de penetrar en las defensas aéreas de la OTAN. Para ello, han empleado la primera etapa de propulsión del misil Iskander adaptándolo para que pueda lanzarse desde un caza Mikoyán MiG-31.
La primera prueba oficial del Kinzhal se llevó a cabo a finales de 2019 inaugurando una paulatina expansión dentro de la Fuerza Aérea rusa. Se desconoce si este misil ya está totalmente operativo y en servicio o el lanzamiento en Ucrania forma parte de una fase muy terminal de los ensayos.
Lo que sí se conoce es que puede acarrear hasta 480 kilogramos de carga explosiva con versiones capaces de acomodar ojivas nucleares o convencionales. Tiene 8 metros de longitud por 1 metro de diámetro que consiguen viajar entre 10 y 12 veces la velocidad del sonido (12.300 a 14.700 km/h).
Se estima que tiene un alcance de entre 1.500 y 2.000 kilómetros y una altitud máxima de 20.000 metros. Rusia mantiene en secreto el número de misiles hipersónicos Kinzhal operativos.
Zircón
El misil Zircón es otro de los grandes pilares sobre el que se asienta el arsenal hipersónico de Rusia. Dispone de un motor scramjet (estratorreactor supersónico de combustión) adaptado para su uso hipersónico e impulsado por combustible líquido.
Este sistema de propulsión le permite alcanzar una altitud de 28.000 metros y equipar una ojiva de entre 300 y 400 kilogramos, según algunas estimaciones. Y la posibilidad de acarrear cabezas nucleares a 9 veces la velocidad del sonido (11.000 kilómetros por hora) a 1000 kilómetros de distancia.
El diseño del misil tiene su origen en un programa militar impulsado en los años 90 tras la disolución de la Unión Soviética. El primer prototipo salió de los laboratorios en 2017 —un año antes de lo esperado— e inició una etapa de exámenes y pruebas.
Si bien el misil hipersónico ya estaría listo para desplegarse desde buques de guerra, todavía quedan algunas fases del desarrollo por finalizar. Según recogió la agencia gubernamental TASS, la Marina rusa tendrá que esperar hasta el 2025 para poder equipar unidades de Zircón a un submarino. Justo el año en el que tiene previsto comenzar a operar una nueva clase de sumergible nuclear.
"Se está llevando a cabo la producción en serie de los misiles Zircón en la NPO Mashinostroyenia [empresa pública encargada de su fabricación], aunque continuarán las pruebas de lanzamiento desde superficie", tal y como informaron en diciembre. Esta producción en serie llegó tras varios meses en los que Rusia cumplió con un denso programa de lanzamientos y comprobaciones.
Avangard
El misil Avangard (Vanguardia, en español) es el que permite un mayor alcance de los que tiene actualmente Rusia. Por el momento, se encuentra en un estado desconocido de desarrollo y tan solo se conocen los detalles que Putin aportó en el evento de presentación en 2018.
A diferencia de los dos anteriores, el Avangard emplea un sistema de lanzamiento más propio de un cohete o de un misil balístico intercontinental. Se conoce que puede emplear las plataformas Topol-M y Bulava que actualmente sirven como lanzadores de ojivas nucleares.
Se probó —oficialmente— por primera vez en 2019 y puede alcanzar 27 veces la velocidad del sonido (33.000 km/h) y posee un alcance estimado de 6.000 kilómetros. Suficiente para llegar cualquier parte del mundo si se lanza desde un vehículo o desde los numerosos silos que Rusia tiene distribuidos a lo largo y ancho del país.
El funcionamiento del Avangard se basa en incorporar un número de vehículos de planeo dirigibles (HGV, de sus siglas en inglés) en su interior. Cuando llega a un punto establecido, libera esos HGV cargados con ojivas nucleares o convencionales para que puedan dirigirse a diferentes objetivos en un mismo ataque.
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