Como se está viendo en la invasión de Ucrania, los grandes programas soviéticos de desarrollo de material militar siguen muy presentes en la contienda actual. La inmensa mayoría de los tanques, carros de combate, helicópteros, cazas y escudos aéreos que están sirviendo dentro de las filas rusas son herencia directa de ellos, como los BMP-2 y T-72.
Sin embargo, hay otra serie de proyectos como armas y vehículos que, por diferentes motivos, nunca llegaron a entrar en la cadena de montaje para producirlos a gran escala y se quedaron guardados como prototipos —en el mejor de los casos— en museos. Precisamente este es el caso del Object 279, una armadura andante capaz de resistir los envites de un ataque nuclear a la que se le dio forma de tanque.
Ahora, con un objetivo que aparentemente nada tiene que ver con la guerra en curso, el Museo de Blindados de Kubinca situado a las afueras de la capital moscovita ha vuelto a poner en marcha al tanque de 60 toneladas. En el vídeo publicado se puede ver cómo el carro da marcha atrás desde una zona de aparcamiento situada en el exterior del museo y destroza el suelo con cada cambio de dirección o aceleración.
Y es que Rusia se ha topado con un problema muy importante relacionado con las antiguas máquinas soviéticas que, en su día, supusieron avances muy importantes pero que hoy por hoy —tras el abandono durante décadas— no son más que toneladas de chatarra y poco práctico en el combate moderno.
El ekranoplano MD-160 apodado como El Monstruo del mar Caspio es un ejemplo perfecto de abandono a la intemperie o el VVA-14 antisubmarino que terminó en una campa del Museo Central de la Fuerza Aérea en Monino, una localidad a las afueras de Moscú.
Blindaje antinuclear
Desarrollado en los años 50 en plena Guerra Fría, el Object 279 fue un encargo de Moscú a la Fábrica Kirov de lo que por entonces era Leningrado, hoy San Petersburgo. Los trabajos de diseño comenzaron en 1957 como respuesta a los requerimientos que por aquel entonces manejaba el ejército soviético de un carro de combate capaz de operar hasta en los medios más complicados y servir como espina dorsal de la artillería pesada soviética.
El primer prototipo salió de los talleres en 1959 y tan solo se llegaron a construir 3 unidades que nunca llegaron a entrar en servicio. Este cambio tan repentino de idea —tan solo 2 años después del comienzo del diseño— vino por mandato del presidente Nikita Khrushchev quien prohibió cualquier carro de combate que superase las 37 toneladas, cancelando cualquier programa de desarrollo.
Esta decisión iba también acompañada de una falta de maniobrabilidad debido a su peso y a que emplea 4 orugas en lugar de 2. Lo que lastraba su avance para recorrer grandes distancias y aumentaba notablemente la complejidad técnica, un factor clave en el campo de batalla.
Todos esos factores dejaron al vehículo experimental Object 279 en una situación crítica que terminó con las únicas 3 unidades almacenadas con un futuro para nada certero. Lo que no le impidió ser uno de los tanques pesados más protegidos del mundo con una armadura frontal de 192 milímetros de espesor, 182 milímetros en los laterales y una cúpula de torre achatada con un grosor de 305 milímetros de fundición.
El diseño ovalado tan particular no se basó en ninguna de las plataformas existentes y se creó totalmente desde cero con el único fin de resistir mejor al envite de una explosión nuclear. Aunque nunca se pudo comprobar empíricamente. Este hecho significaba que los 4 tripulantes potenciales recibirían sistemas de protección contra armas nucleares, biológicas y químicas (NBQ).
Del mismo modo, la protección diseñada por Kirov contemplaba la resistencia a ataques con munición convencional como armas antitanque altamente explosivas (HEAT, de sus siglas en inglés) y otros tipos de proyectiles.
Capacidad de ataque
Aunque el blindaje era uno de sus fuertes, el Object 279 no renunciaba tampoco a un apartado de ataque bastante completo para la época. El arma principal era el cañón de 130 milímetros M-65 dispuesto en la torreta junto con una ametralladora KPVT. Ambas armas contaban con estabilizador electrohidráulico y disponían de un sistema de control compuesto por una mira telemétrica estereoscópica con estabilización independiente junto a visión nocturna.
El cañón principal usaba un mecanismo de carga de munición semiautomático con espacio para 24 cartuchos junto a los 300 para la ametralladora. Este sistema permitía una cadencia de tiro de entre 5 y 7 disparos por minuto.
El sistema de propulsión estaba a cargo de un motor de 16 cilindros en forma de H capaz de desarrollar 1.000 caballos de potencia. Los ingenieros tuvieron que colocarlo en disposición horizontal para reducir la altura del casco junto a una caja de cambios hidromecánica de 3 velocidades —2 de ellas automáticas—.
Además de las 60 toneladas, el Object 279 destacaba por los 6,77 metros de longitud sin contar el cañón, una anchura de 3,4 metros y una altura de 2,6 metros. Era capaz de circular a una velocidad máxima de 55 kilómetros por hora y estaba diseñado para obtener una autonomía de 300 kilómetros.
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