Tener armas nucleares guardadas a buen recaudo no solo es una gran responsabilidad, sino que como nación debes preparte para que el contrario esté dispuesto a usarlas contra ti. En España esta amenaza bélica nos parece propia de otras décadas, pero en otras coordenadas la protección contra ataques nucleares es un tema que no se puede dejar de lado.
Estados Unidos y Rusia son dos de los gigantes militares con mayor potencial nuclear del mundo y también de los que más invierten en protecciones contra eventuales ataques. Uno de los eslabones de la cadena de protección nuclear consiste en salvaguardar al presidente junto con la plana mayor militar del país. Y el mejor lugar para hacerlo, lejos de un búnker bajo tierra, es en el aire.
Por eso ambas potencias cuentan entre sus flotas con 'aviones del juicio final'. Aeronaves preparadas para resistir los envites de una bomba nuclear que dejaría fuera de juego en segundos a cualquier avión convencional plagado de componentes electrónicos.
Un búnker que vuela
La Guerra Fría fue la que disparó la creación de este tipo de aeronaves resistentes al pulso electromagnético consecuente de una explosión nuclear. Tanto Estados Unidos como la extinta Unión Soviética estuvieron a punto de entrar en un conflicto empleando bombas nucleares que habría sido fatal para la humanidad. De esa necesidad se crearon los aviones del juicio final.
El Il-80, de la actual Rusia, lleva en servicio desde los tensos años 80 y es una derivación del ya veterano Ilyushin Il-86, una aeronave cuyo desarrollo arrancó en los años 70. El Il-80 es un puesto de mando aéreo preparado para acoger a los oficiales militares rusos, incluido el presidente, ante una amenaza nuclear real o tras la confirmación de ataque.
Los planes del presidente ruso ahora pasan por renovar la flota de Il-80 cambiando la base de la aeronave por otra mucho más moderna. La elegida parece ser la del Ilyushin Il-96-400M, una aeronave de pasajeros que se encuadra dentro de las empleadas para viajes comerciales de largo radio que se espera levante el vuelo por primera vez en 2021 como actualización de los Il-96 actuales. "Está programado que se replace con un Il-96-400M. Que permitirá un incremento notable del periodo de servicio de combate aerotransportado y ampliar el radio para el mando de las tropas", según recoge TASS.
El Il-80 no es más que un centro de operaciones militares. A bordo se encuentran todos los dispositivos de comunicaciones necesarios para comandar cualquier tipo de orden independientemente de la posición de la unidad. La nueva unidad, de la que no se tienen referencias sobre fechas, tendrá exactamente la misma función incorporando las novedades tecnológicas apropiadas; como la mejora a nivel de costes de mantenimiento o autonomía ampliada.
En cuanto a especificaciones técnicas del modelo, el Il-80 es una aeronave de máxima seguridad y tan solo han trascendido algunos detalles con cuentagotas. A simple vista, se puede comprobar que el avión está muy modificado respecto a la versión comercial. Han eliminado todas las ventanillas (excepto las usadas por los pilotos) al tiempo que tan solo han dejado un par de puertas -en la parte delantera- para acceder al avión.
Asimismo, podemos ver la 'joroba' emplazada en la parte superior delantera del fuselaje de la aeronave que estaría dedicada a emplazar antenas para la comunicación satelital. La otra antena que se puede observar es una más pequeña emplazada en la parte inferior de la aeronave y que serviría para comunicarse con submarinos de todo el mundo en frecuencia de transmisión ultrabaja. Tampoco pasan desapercibidos dos dispositivos montados en cada una de las alas que corresponden con dos generadores de electricidad extra. Rusia cuenta con un total de 4 Il-80 disponibles actualmente.
Frente al de EEUU
Aunque las elecciones presidenciales de Estados Unidos están a la vuelta de la esquina y no parece haber amenaza nuclear, Donald Trump cuenta con un refugio aéreo preparado para cualquier circunstancia. El avión más seguro del que dispone el presidente del país más poderoso del mundo no es el Air Force One, como se suele creer. El E-4 es la aeronave del 'juicio final' de Estados Unidos.
Un Boeing 747-200 modificado hasta el milímetro para resistir a cualquier ataque nuclear. A diferencia del Il-80 de Putin, el E-4 de Trump levantó por primera vez el vuelo a mediados de los años 70 tras las tensiones crecientes entre ambas naciones en plena Guerra Fría.
El cometido es exactamente el mismo: servir de centro de operaciones para el presidente y los altos cargos militares en medio de una guerra nuclear. Para ello, el Boeing E-4 cuenta con todos los sistemas de vuelo analógicos en lugar de los más modernos digitales, que pueden dejar de funcionar más fácilmente en caso de pulso electromagnético. Esta aeronave cuenta también con toda una lista de sistemas de comunicación satelital, a tierra y al mar, donde el resto del conjunto militar esperaría órdenes.
De la aeronave estadounidense se conocen más detalles. Como por ejemplo que cuenta con tres pisos en su interior, que cuenta con varios salones para la toma de decisiones o que puede mantenerse volando más de 150 horas seguidas -prácticamente una semana- gracias al repostaje en vuelo.