No te preocupes, pensar NO te provocará un tumor cerebral
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Cuando repasas las noticias de actualidad, en muchas ocasiones te encuentras titulares curiosos que te hacen poner el grito en el cielo, por sensacionalismo o directamente por ser una burrada. En el caso que trataremos hoy, respecto a factores que podrían causar un tumor cerebral, le llamaremos “burrada” si me lo permitís. Se trata de un titular bastante repetido esta semana en algunos medios ingleses: “Pensar podría alimentar el crecimiento de tumores cerebrales“, y basan su afirmación en un reciente estudio de la revista Cell. Y con medios ingleses no me refiero a cualquiera, sino a los conocidos The Huffington Post, o al Daily Mail, entre otros. No son medios malos, ni mucho menos, pero titulares como estos deberían ser cuanto menos criticados. Al menos algunas webs siguen manteniendo el sentido común, como Discover Magazine, que sí ha criticado la burrada de titulares que se han hecho eco del estudio de esta negligente manera.
No, pensar NO provoca un tumor cerebral, ni lo hace crecer
La investigación en cuestión, llevada a cabo por la Universidad de Stanford y publicada en Cell, ni siquiera nombró en ningún momento el pensamiento humano, ni trataba sobre ello, aunque claro queda muy llamativo decir “pensar provoca cáncer” (similar a cuando se desató la polémica de “los smartwatch provocan cáncer“, por parte del New York Times). El trabajo lo que mostró en realidad es que el crecimiento de gliomas cerebrales, un tipo de tumor cerebral grave, podría aumentar si se estimulaba artificialmente el tejido cerebral alrededor de dicho tumor, en ratones. Y no, “artificialmente” no es hacer pensar a nadie, ni parecido.
Pero aquí no acaba la cosa, pues Venkatesh y sus colegas de Stanford no provocaron una estimulación cerebral común, no usaron estimulación transcraneal, sino optogenética: Los ratones fueron modificados genéticamente para poseer una proteína que respondía a la luz. Es decir, los científicos usaron luz, la hicieron incidir en los cerebros de los ratones y provocaron actividad neuronal, pero todo gracias a la modificación genética previa para poder responder a dicha luz. Y todo ello provocó un aumento del crecimiento de los gliomas, gracias a una proteína llamada neuroligin-3, pero con toda esta preparación y modificación genética previa.
En otras palabras, todo este experimento no podría darse en un ser humano común, pues nuestro cerebro no responde a la luz, no poseemos proteínas de este tipo de forma natural.
Estudio interesante, titulares equivocados
El estudio es francamente interesante, no sólo por los métodos usados (la optogenética está en auge actualmente y puede ayudarnos mucho), sino por el descubrimiento de la función de la proteína neuroligin-3. Pero el tema en cuestión no es este, sino el hecho de relacionar pensamientos con cáncer, o con un tumor cerebral en este caso. Repito, es una verdadera burrada afirmar que “pensar puede aumentar el crecimiento de un tumor cerebral“, y encima usar este estudio como fuente, porque no dice absolutamente nada de eso.
En este caso, durante el trabajo se provocó una estimulación optogenética muy artificial, aumentando la actividad cerebral mediante la estimulación de millones de neuronas a la vez. Actualmente no sabemos si una variación natural de la actividad cerebral podría provocar o afectar al crecimiento de un tumor cerebral como es el glioma, pues ni siquiera podemos afirmar que conozcamos total y absolutamente cómo funciona nuestra actividad cerebral. La posibilidad existe, como siempre pasa en medicina, pero es eso, una simple posibilidad que jamás se ha demostrado. De hecho Venkatesh y sus colegas ni siquiera discuten dicha posibilidad en su trabajo, pues no se han planteado en ningún momento que los pensamientos normales puedan colaborar en el crecimiento de un tumor cerebral. Su método de estudio fue totalmente artificial, y a partir de ahí explican lo demás.
Para finalizar, aunque probablemente en MedCiencia hayamos pecado en alguna ocasión, tras más de 3.000 artículos, de sensacionalismo en algún titular (que espero se haya solucionado con la rapidez adecuada y por lo cual pedimos perdón ahora), esperamos que eso no vuelva a ocurrir y que por supuesto los grandes medios que traten temas de esta índole tengan cuidado en lo que publican y sepan analizar correctamente la información.
Si ahora un individuo con ese tipo de tumor leyera esas desfachateces, ¿qué debería hacer? ¿sentirse culpable por “pensar demasiado”? Evidentemente no, porque los grandes medios no siempre tienen razón, ni los pequeños tampoco: La razón la tiene la ciencia, y saber analizar correctamente lo que leemos.
Vía | Discover Magazine.
Fuente | Cell.