El origen de la vida en la Tierra pudo ser más simple de lo que imaginábamos
Uno de los grandes misterios a los que se ha enfrentado la humanidad desde el principio de los tiempos es conocer el origen de la vida. Mucho (y muy mal) se ha escrito a lo largo de los siglos sobre este tema dando lugar a mitos, dogmas, cuentos e incluso teorías sensatas y plausibles. Con los años vamos acercándonos a descifrar este enigma, explorando posibilidades en busca de la teoría correcta.
Hace un tiempo os hablamos de cómo estaban las teorías del origen de la vida en la Tierra, al menos las que defienden la formación de la vida dentro de la propia Tierra. En aquél artículo se mencionaban compuestos ferrosos, fosfatos y la intervención de otros metales en procesos complejos que culminan en la formación de vida. Hoy sin embargo vamos a hablar de una posibilidad mucho más sencilla en la que tan solo intervienen 2 compuestos sencillos mediantes reacciones más de un órden de magnitud más eficientes que las mencionadas en el artículo anterior.
Los compuestos más sencillos, la clave del éxito para el origen de la vida en la Tierra
Los componentes principales de la vida, en lo que a compuestos químicos se refiere, son los aminoácidos (formación de proteínas), gliceroles (para los lípidos), ribonucleótidos (información genética y ADN/ARN) y azúcares simples (combustible). Es por esto que las teorías sobre la creación de vida en la tierra se centran en econtrar los procesos químicos que den lugar a este tipo de compuestos, a partir de los cuales surge la vida como la conocemos (células, bacterias…).
En el reciente estudio publicado en Nature Chemistry, un grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge, dirigidos por B.H.Patel ha encontrado una serie de reacciones químicas de gran simplicidad a partir de las cuales surgirían los compuestos antes mencionados. En concreto, según el estudio de Patel et al. tan solo serían necesarios dos moléculas iniciales para generar los ribonucleótidos, aminoácidos… que hemos mencionado antes: Cianuro de Hidrógeno (HCN) y Sulfuro de Hidrógeno(H2S).
Algunos mecanismos de formación de compuesto pre-vida a partir de HCN y H2S eran ya conocidos y otros se han sugerido en el estudio, pero lo realmente interesante es que por primera vez se tienen en cuenta esas reacciones como mecanismos de formación de vida en la Tierra dando una explicación plausible de cómo llegar a formarse el HCN y el H2S en la Tierra. Como veremos ahora, suena cuanto menos dudoso, pero la realidad es que es un mecanismo probable.
La teoría del origen de la vida es viable, pero…
En la primeras etapas de la formación de la Tierra, esta era una bola de lava gigante con tan solo una fina corteza sólida y una fina y delgada atmósfera. Esta Tierra estuvo bombardeada constantemente por asteroides y meteoritos recién formados. Con cada choque la temperatura aumentaba y las reacciones químicas se favorecían. Dada la abundancia natural en el Universo de Nitrógeno, Carbono, Hidrógeno y (en menos medida) Azúfre, no es extraño pensar que estos compuestos HCN y H2S se formaran.
A partir de esta formación y gracias a la radiación ultravioleta proviniente del Sol, según Patel et al., la formación de compuestos orgánicos que den lugar a la vida no sólo es viable sino que presentan un rendimiento superior en todos los casos al 40%. Puede no parecer mucho, pero las reacciones barajadas con anterioridad tenían un rendimiento de entorno al 1% por lo que esto supone un gran avance.
Y ahora toca bajar de nuevo los pies a la Tierra (figuradamente). Este estudio es muy interesante y está avalado no solo por una de las mejores universidades del mundo sino por haber sido aceptado el estudio en una de las revistas con mayor prestigio en química; sin embargo, aún no está clara del todo la generación de HCN y H2S en la Tierra joven ni se sabe si fueron realmente estas las reacciones que dieron lugar a la vida.
Lo que nadie puede negar es que el estudio es más que prometedor y no acerca aún más a entender el origen de la vida y, por tanto, nuestro propio origen.
Via: Cultura Científica
Fuente: Nature Chemistry