Consiguen crear un "fantasma" en el laboratorio
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Espíritus, apariciones, almas sacadas de cuentos de terror que son fruto de nuestra mente… No existe evidencia científica que pruebe la existencia de los fantasmas, sin embargo, muchos pacientes que sufren de una condición neurológica o psiquiátrica han afirmado haber visto esas ‘presencias’.
Investigadores del EPFL en Suiza han conseguido registrar estas apariciones generadas en la mente de los pacientes y recrearlas en el laboratorio. Descubrieron que el sentimiento que aparece al ver dicho fantasma es el resultado de la alteración de un grupo de señales motoras en el cerebro, que están involucradas en mantener nuestra conciencia al integrar la información de nuestros movimientos y la posición de nuestro cuerpo en el espacio.
Generando el ‘fantasma‘
En el experimento, el equipo interfirió en las señales motoras implicadas, haciendo al cerebro de los participantes incapaz de identificar estas señales como propias, sino como señales ajenas. Se analizó el cerebro de 12 pacientes con trastornos neurológicos, en su mayoría epilépticos, que habían experimentando la visión de fantasmas.
Mediante resonancias magnéticas funcionales, se obtuvo información del cerebro de los pacientes que mostraba interferencias en 3 áreas de la corteza: la zona insular, la parietal frontal y la temporo-parietal. Estas áreas están relacionadas con la conciencia, el movimiento y la propiorecepción.
Se les vendó los ojos y se les indicó realizar movimientos con la mano delante de sus cuerpos. A su espalda, un robot del equipo reproducía dichos movimientos, tocándolos por la espalda al mismo tiempo. El resultado fue una especie de discrepancia espacial, pues los movimientos coordinados del robot hicieron que el cerebro se adaptase a estos movimientos y los obviara.
Seguidamente, se introdujo un retraso en los movimientos del robot, desincronizando estas acciones y distorsionando la percepción espacial y temporal de los pacientes, que recrearon lo más parecido a la visión de un fantasma.
Como los participantes no eran conscientes del objetivo del experimento, se les preguntó que habían sentido y todos afirmaron haber sentido una ‘presencia’, dándose el caso de un participante que pidió que parase el experimento debido a esta sensación.
El experimento no solo ha desvelado el caso espiritual del fantasma que sufrían algunas personas, sino que es un paso más para el tratamiento de enfermedades neurológicas como la esquizofrenia, en las que una descoordinación de nuestro sistema nervioso podría ser el desencadenante.
Fuente | Science Daily