En el mundo se vivía con cierto escepticismo la llegada del nuevo siglo por su efecto 2000. En la España de 2010 los canales analógicos pasaron a mejor vida. Y el próximo año puede que se recuerde en la Unión Europea como aquel en el que se produjo el apagón de los televisores 8K y algunos modelos 4K. Y es que un proyecto de ley europeo pretende acabar con estos productos debido a su elevado consumo energético. De hecho, todos los modelos 8K que hay en el mercado actualmente cuentan con la peor eficiencia energética posible, según el último etiquetado energético de la UE.
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Aunque la Comisión tiene como fecha límite hasta el 31 de diciembre de este año, todo apunta a que no se producirá revisión alguna por su parte. De esta forma, a partir del 1 de marzo de 2023 en la UE ya no se venderá ningún televisor con un Índice de Eficiencia Energética (IEE) superior a 0,90. Sí se podrán comercializar aquellos que hayan salido antes de que entre en vigor el proyecto de ley europeo. Ante esto, no es mala estrategia aprovechar el próximo Black Friday para renovar el televisor si lo que buscamos es calidad de visionado extrema.
Sin embargo, la nueva regulación europea no se ha propuesto como objetivo terminar con los televisores 8K del mercado. "No se trata de una cuestión de resolución o tecnología. Estamos hablando del consumo energético del televisor", aclara el especialista de producto de LG en España, Luis Navarrete, en declaraciones a EL ESPAÑOL - Omicrono.
"¿Menos energía, menos calidad?"
Según los estándares marcados por la Comisión, también hay modelos de televisores 4K que dejarían de venderse en el próximo año. En concreto, se trataría de los QD-OLED con pantallas de 65 pulgadas, los QLED 4K que tengan un alto rendimiento y un par de televisores OLED 4K que superan el límite impuesto de los 0,90. Desde LG, pese a que se muestran partidarios de una medida como ésta, reconocen que 'no es igual ocho que ochenta': "Por ejemplo, hay dos televisores con eficiencia G. Pero mientras que uno cuenta con 0,95 de eficiencia energética, el otro puede llegar a duplicar el límite de lo establecido".
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El objetivo de una medida como ésta no es otro que reducir el consumo eléctrico, que se traduciría en un gasto menor en la factura de la luz y que, a su vez, podría suponer para el consumidor un mayor ahorro para futuras compras. En la compañía coreana ya han realizado el cálculo comparando un modelo 8K y otro 4K con la misma eficiencia energética G, pero con un consumo de 400 W y 97 W, respectivamente. De esta manera, el ahorro en diez años sería de unos 2.000 euros, que podrían invertirse en una nueva televisión.
Menos consumo energético, menos gasto económico, pero... ¿tendrán menos calidad los televisores de 2023 que los de 2022? Si se entiende por calidad el número de nits que tiene un televisor, sin duda, la respuesta es sí. Y es que para que una pantalla cumpla con el límite impuesto por el IEE, una de las modificaciones que se pueden realizar es reducir su luminosidad. Sin embargo, que un producto ofrezca entre 2.000 y 5.000 nits servirá para bien poco, pues la imagen de televisión en España está limitada a los 1.000 nits.
Como apunta el director de la 8K Association, Chris Chinnock, una pantalla de 8K tiene cuatro veces más píxeles que una de 4K. Esto significa que es más difícil que la luz pase por todo esa cantidad de píxeles. Y, por tanto, el brillo del sistema de retroiluminación del televisor se debe aumentar, por lo que el consumo energético también será mayor. Así, para que un televisor 8K pueda venderse en el mercado a partir del 1 de marzo de 2023 se tendría que reinventar el panel LCD tal y como lo conocemos desde hace décadas. Una modificación que no es imposible, pero sí es difícil que ocurra de la noche a la mañana, lamenta Chinnock a Digitaltrends.
Además, esta limitación también afectará a alternativas que se consideran el futuro próximo de las pantallas, la tecnología microLED. Esta línea de televisores ya se puede encargar en Estados Unidos por un coste que superaría los 30.000 dólares. Sin embargo, ni los hogares más de lujo europeos tendrán la oportunidad de permitírselo si nada cambia. Y es que estos dispositivos, hasta el momento, superan ampliamente el 0,90 de eficiencia energética.
No dejes para mañana...
El origen de esta medida se remonta a un análisis que realizó la Comisión Europea para averiguar cuál era la eficiencia energética de una pantalla y determinar así el IEE de los televisores. Como resultado, "los televisores 4K no debían superar el 1,1 y el 8K no tenía restricción alguna", explica Navarrete. La restricción cambió cuando hace unos meses la UE decidió que ambos modelos no podrían superar el 0,90 de eficiencia energética si querían seguir mostrándose en los catálogos europeos.
Aun así, había modelos 4K en el mercado que incumplían con esta normativa. Es por este motivo por el que desde LG se muestran escépticos sobre el futuro cumplimiento de algunas marcas acerca de esta limitación energética. También insisten en que el etiquetado energético no termina de contemplar la diferencia cuantitativa que existe entre productos que se encuentran dentro del mismo rango.
Si bien es cierto que algunos televisores 8K con pantallas de 65 pulgadas se encuentran justo por encima de la línea marcada por la UE, hay otros casos en los que se duplica el límite establecido.
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