Si algo confirmó el confinamiento en España es que los usuarios no sólo se dieron de que querían televisores más grandes y con mayor calidad de imagen, sino que buscaban dispositivos que fueran más que un simple televisor. El consumo de contenido ha cambiado, las plataformas bajo demanda han conquistado el salón y el televisor ahora es el centro de la casa. Samsung lo sabe y lo da todo con su televisor QN900A Neo QLED 8K.
El televisor más premium de la compañía coreana apuesta por tres pilares fundamentales para conquistar a la gama alta: tecnología de visionado, experiencia de usuario y un diseño elegante y consistente para encajar en cualquier salón dando el protagonismo absoluto a la imagen.
El Samsung QN900A es una evolución ambiciosa del Q950TS, su televisor insignia de 2020. Lo es principalmente porque mejora la calidad de imagen con respecto a la generación anterior gracias a incorporar tecnología miniLED con la que llega para batirse directamente contra los mejores OLED del mercado.
En EL ESPAÑOL - Omicrono la hemos podido probar y os contamos nuestras impresiones, eso sí, siendo conscientes de que no es para todos los bolsillos ya que es la punta de lanza de su catálogo de televisores. Parte de los 4.999 euros para las 65 pulgadas, 500 euros más asequible comparativamente que la versión 8K del año pasado. Aunque ahora en la campaña de Navidad se puede encontrar rebajado a 3.860 euros, mientras que las versiones de 75 y 85 pulgadas, bajan estos días también a 5.300 euros y 7.700, respectivamente.
Mejor imagen que nunca
La imagen lo es todo. Samsung es consciente de que en un televisor premium debe predominar la calidad de visionado por encima de cualquier otra característica, y en su nuevo televisor ha subido el nivel apostando por la nueva tecnología MiniLED. Bautizado por Samsung como Neo QLED, es la evolución de la tecnología QLED por la que la compañía coreana ha apostado en sus televisores topes de gama frente al OLED.
A diferencia del OLED, que es un material orgánico, la tecnología que emplea Samsung es una matriz formada por diodos LED que ahora gracias a la incorporación de miniLED son más pequeños que nunca, cuarenta veces menos. Esto permite una imagen con más detalle gracias a una retroiluminación más precisa con menores destellos de cada una de estas diminutas 'bombillas'.
El otro elemento clave que Samsung ha introducido en este panel es el sistema de retroiluminación Full Array Local Dimming (FALD) que permite dividir la pantalla en más zonas que nunca para trabajar de forma independiente. Esto le permite responder con un alto detalle y mejor precisión que en ocasiones anteriores, ya sean en zonas oscuras o de mucho brillo llegando a los 3.000 nits en el modelo de 65 pulgadas (4.000 en 75 y 85 pulgadas)
Se ve realmente bien. Samsung logra representar negros más profundos, unos colores más vivos y con mejor desempeño general. La compañía ha bautizado a su sistema como Quantum Matrix Technology Pro, que se resume en que los nuevos MiniLED crean más luz y de forma más precisa con un contraste nunca visto en un dispositivo de la marca, reproduciendo el 100% volumen de color y enseñando especial músculo en contenido HDR10+.
Para ser capaz de gestionar con precisión el desempeño del panel, el televisor cuenta con el nuevo procesador Neo QLED 8K con inteligencia artificial (IA) mejorada con 16 redes neuronales. Éste no sólo es capaz de hacer funcionar con precisión y detalle la imagen, sino que es capaz de analizar y mejorar en tiempo real lo que se está viendo para extrapolarlo a una resolución superior siendo fiel a la imagen.
El sistema, que está certificado por la Asociación 8K, permite tener un contenido a una resolución de 7.680x4.320 píxeles sin necesidad de ver contenido nativo. El procesador usa técnicas de aprendizaje automático para reducir el ruido pixel a pixel.
Otro de los detalles que Samsung ha mejorado en su nuevo televisor con el nuevo panel son los reflejos y el ángulo de visión. Una característica de la que suelen padecer los paneles LCD y que la empresa ha solventando de manera notable con una cubierta que no resta calidad pero si evita algunos reflejos inevitables en generaciones anteriores. Por otro lado, también ha conseguido aumentar la fidelidad de colores en ángulos que no son visión directa, un reto en este tipo de tecnología.
Un diseño impecable
Una de las claves que hace Samsung para que este televisor de una completa sensación de inmersión en el contenido, no sólo es el detalle y color de las imágenes, sino también el diseño minimalista del propio QN900A. Cuenta con un diseño sin marcos, siendo la superficie frontal un 99% pantalla, que la sensación es que la imagen flota en mitad del salón.
Únicamente cuenta con una peana en el centro (360,0 x 300,5 mm) que además permite por primera vez ocultar detrás de ella todo el sistema de conexiones, un centro donde alojar los cables que ha sido rediseñado para ser más compacto y delgado, denominado como Slim One Connect. Una solución que permite tener un único cable al televisor y crear un espacio completamente limpio y ordenado.
Un detalle muy interesante del diseño Infinity de este año con respecto a la generación anterior es la inclinación de la pantalla. En el modelo de 2020 el panel quedaba ligeramente inclinado hacia arriba, mientras que en la versión de este año queda colocado en un ángulo de 90 grados con la superficie del mueble sobre el que esté colocado. Además, aunque incorpora peana, está pensada también para colgar y su grosor es extremadamente delgado con sólo 15,2 milímetros.
Sonido de impresión
Pese a contar con una delgadez de 15 mm el QN900A también rinde de manera excelente a nivel de sonido. En el panel trasero equipa un juego de ocho altavoces, cuatro a cada lado para reproducir graves y medios, y que se complementan con unos pequeños altavoces en los márgenes del panel para los agudos. La sensación es que el sonido te rodea y llega con gran profundidad.
Cuenta con una potencia de 80 vatios, 6.2.2 canales y permite procesar sonido Dolby 5.1 y Dolby Digital Plus, sin embargo, el verdadero potencial de su sistema de sonido se encuentra en las funciones inteligentes que son las que sacan jugo a los altavoces.
Viene con la función OTS Pro, que reproduce el sonido en el lugar exacto donde se produce en la pantalla, lo que da una sensación de inmersión total en contenidos de acción, películas o series. El televisor por sí mismo es capaz de envolver con su sonido. Y es que además cuenta con la tecnología SpaceFit Sound, un sistema de sensores que detectan el entorno para ajustar los parámetros a la habitación a donde está.
El QN900A es un televisor premium y como tal permite llevar la experiencia a un punto superior. Con Q-Symphony se puede sincronizar al instante una barra de sonido de Samsung con el potente sistema de altavoces de la TV, un potencial acústico que usado en conjunto es lo más parecido a estar en el cine. Se siente una inmersión plena cuando el sonido aparece con un detalle extremo.
Durante la prueba del televisor, también hemos podido poner a prueba esta característica con la barra Q950A (970 euros), una auténtica demostración de músculo de Samsung para tener sonido en 11.1.4 canales con Dolby Atmos DTS:X y una capacidad acústica que permite desde disfrutar de un concierto casi como estar en el teatro hasta meterte por completo en la última película de la Patrulla Canina. Esta experiencia de sonido conjunta lleva a otra dimensión la experiencia de ver cine, series o jugar a videojuegos.
Más que un televisor
Y es que el QN900A no es sólo un televisor para ver películas y series. Samsung es consciente de que desde el confinamiento los usuarios le piden cada vez más a sus dispositivos y éste está preparado para hacerlo.
Por un lado, videojuegos. Cuenta con un modo de juego que reduce la latencia al mínimo (algo menos de 10 ms) y gracias a la tecnología AMD FreeSync Premium Pro se nota una especial fluidez en los gráficos con un detalle altísimo. Aquí también es clave el sistema Motion Xcelerator Turbo+ que permite hasta 120hz en 4K, una experiencia que lleva a jugar, por ejemplo, en PlayStation 5 a otro nivel.
El televisor además en cuanto encendemos la consola se pone en modo juego, con lo que la optimización del sistema a estas altas características y rendimiento lo hace de forma automática. Entiende que necesita aumentar la potencia ante la mayor exigencia y la respuestá es impecable.
Por otro lado, el televisor quiere ser más productivo. La pantalla se puede dividir hasta en cuatro partes para disfrutar de varios contenidos al mismo tiempo, pudiendo configurar el tamaño de las diferentes ventanas. Además, se puede enviar contenido del smartphone -Android o iOS- directamente a la pantalla, así como realizar videollamadas de hasta 32 personas con Google Duo, ya que se le puede incorporar una cámara a través de USB. Asimismo, las webcams compatibles se pueden usar, por ejemplo, para clases de deporte online. La idea de Samsung es exprimir al máximo el contenido del televisor.
Precisamente el contenido es el otro punto clave de la experiencia que lleva Samsung a este equipo. El sistema se basa en Tizen y, además de poder tener todas las aplicaciones de streaming directamente en el sistema operativo del televisor, incorpora una serie de canales, series y películas, gratis bajo demanda y en directo sin necesidad de suscribirse a nada con Samsung TV Plus. Eso sí, a cambio sigue apareciendo publicidad en el sistema.
Para movernos por la interfaz tenemos un nuevo mando. La disposición de los botones es calcada a la generación anterior, pero ahora tenemos un botón dedicado a Samsun TV Plus en vez de ir a RakutenTV. Eso sí, la mayor novedad del mando es la incorporación de un panel solar trasero para prescindir de las pilas. Dura durante meses sin necesidad de cargarlo, pues también trae conexión USB-C por si fuese necesario. Además el televisor funciona tanto en el sistema de Smarthings de la compañía y con Bixby, así como se pueden utilizar los asistentes de Google o Alexa para pedirle diferentes acciones y contenido.
¿Me lo compro?
El QN900A Neo QLED 8K es una demostración de lo que Samsung es capaz en el mercado de los televisores apostando fuertemente por la tecnología QLED, llevándola a un nuevo nivel con la incorporación del panel MiniLED y enfrentarla así a los paneles OLED.
Samsung pone argumentos de peso para hacer dudar entre la eterna tesitura de si elegir OLED o QLED. Aquí los negros profundos están más cerca que nunca de alcanzar a los paneles orgánicos, pero sí cuenta con la ventaja de tener un brillo superior -especialmente en los dos modelos de más pulgadas-. La decisión es más personal que nunca y la balanza se decide en el gusto del comprador.
Un detalle a mejorar de este televisor de gama alta es la ausencia de Dolby Atmos y DTS, ya que para hacerlo será necesario complementarlo con la barra de sonido que se vende por separado. Además, tampoco es compatible con contenido Dolby Vision, una ausencia a mejorar en un producto de este precio.
Aún así, Samsung ha logrado un televisor muy redondo, con claro sello aspiracional para quienes quieren tener uno de los mejores televisores del mercado en casa. Si usted se decide a comprarlo, prepare palomitas, la experiencia es de cine.
También le puede interesar...
- Probamos The Premiere, el proyector para tener 130 pulgadas en el hueco donde está tu televisor
- Probamos el rival de Samsung del iPad Air: así es la Galaxy Tab S7 FE
- Así es tener una sala de cine en casa: experiencia cinéfila al último nivel