Las primeras misiones de los cazas F-16 en Ucrania contra Rusia: de bloquear radares a derribar sus drones y misiles
La Fuerza Aérea de EEUU ha modificado los sistemas de guerra electrónica para que los cazas destinados al ejército ucraniano puedan afectar al ruso.
28 agosto, 2024 02:33Junto con el armamento convencional como el que ha enviado España, los cazas F-16 para Ucrania suponen una mejora clave en sus capacidades de guerra electrónica extendida. Gracias a ella, las Fuerzas Armadas a las órdenes de Zelenski podrán detectar, identificar y, si se diera el caso, perturbar y dejar fuera de juego cualquier sistema electromagnético ruso. Uno de los sistemas más afectados son los radares, cuyo papel es fundamental en los escudos antiaéreos encargados de detectar y derribar amenazas.
Por su parte, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha ido optimizando los sistemas de guerra electrónica incluidos en esos F-16 que hoy operan en Ucrania para adaptarlos a las necesidades de su guerra contra Rusia. Los encargados de esta tarea han sido los militares del 68º Escuadrón de Guerra Electrónica que "recientemente han colaborado con sus homólogos daneses y noruegos para dar soporte a los cazas de esos países transferidos al ejército ucraniano".
"El 68º Escuadrón es un centro de excelencia en guerra electrónica de la Fuerza Aérea, centrado en aumentar la letalidad y la capacidad de supervivencia de EEUU y sus socios estratégicos mediante el desarrollo, prueba y entrega de apoyo de guerra electromagnética de espectro completo", señalan desde la Base Aérea de Englin (Florida), hogar el citado Escuadrón.
Tal y como explican, tanto Ucrania como Rusia han confiado en un acceso sin restricciones al espectro electromagnético para llevar a cabo los objetivos comandados. Además, ambas partes han participado "continuamente en [acciones de] guerra electrónica a través de técnicas como interferencias y suplantaciones durante toda la guerra para lograr la superioridad del espectro".
"Para integrar con eficacia el F-16 en la Fuerza Aérea de Ucrania, sus subsistema de guerra electrónica requirieron una reprogramación para que fueran efectivos contra las amenazas rusas", indican. Un trabajo que ha corrido a cargo del 68º Escuadrón.
Para ello se han basado en datos provenientes de Dinamarca y Noruega, para luego adaptar nuevos procesos y enfoques al proceso habitual. En el mismo comunicado afirman que Ucrania, como un nuevo cliente más, también proporcionará información sobre el rendimiento obtenido en el espacio aéreo de batalla.
Este comunicado por parte de la Fuerza Aérea de Estados Unidos llega prácticamente al mismo tiempo que las declaraciones de Zelenski sobre las primeras semanas del despliegue del F-16 en Ucrania. Según confirmó el propio presidente ucraniano, la aeronave de fabricación estadounidense ya se ha empleado para "derribar algunos misiles y drones lanzados por Rusia".
Ambas cualidades, la de guerra electrónica e interceptación de amenazas, se han consolidado como los pilares del caza norteamericano en el teatro de operaciones ucraniano, al menos de momento y hasta que se entreguen más unidades. Zelenski, por su parte, insiste en la necesidad de ampliar con urgencia la flota de este modelo de caza como uno de los game changer en la guerra que mantiene con Rusia desde febrero de 2022.
F-16 ucraniano
"El F-16 Fighting Falcon (también conocido como Viper) es una mejora importante respecto a los cazas de la era soviética que vuelan actualmente los ucranianos", prosigue Thompson. Este modelo de caza está fabricado por la estadounidense Lockheed Martin y comenzó su andadura en los años 70 siendo una de las plataformas de cuarta generación más importantes y avanzadas del momento.
El buen desempeño de la aeronave junto al éxito de exportaciones que consiguió casi desde el primer momento permitieron que la Fuerza Aérea estadounidense junto al fabricante continuaran desarrollando versiones y variantes durante décadas. De hecho, todavía existen aeronaves en lista de espera para actualizarse con la última tecnología disponible.
La mayoría de los aparatos que recibirá Ucrania pertenecen a la versión F-16 MLU (Midlife Update o Actualización de Mitad de Vida) que se actualizaron desde finales de los 90 a principios de los 2000 con tecnología de la época. No son, en absoluto, las unidades más avanzadas de cuantas componen la flota mundial de F-16, pero ya integran algunos sistemas electrónicos modernos.
Por su parte, los F-16 de Grecia ya salieron de la cadena de montaje con las actualizaciones pertenecientes a la versión MLU, por lo que el equipamiento a bordo —más allá de la personalización de cada fuerza aérea— será similar. Este es un punto clave a la hora de la habilitación para el manejo entre las diferentes unidades.
"Los F-16 añadirán una capa adicional de defensa a los actuales sistemas de artillería de defensa aérea de Ucrania", prosigue Thompson. "Es probable que Ucrania los utilice para interceptar misiles de crucero rusos y otros misiles tierra-aire menos avanzados". Algo que finalmente ha ocurrido según el propio Zelenski.
La capacidad aire-aire del F-16 es uno de sus pilares fundamentales, principalmente por la extensa carta de armas compatibles con los que se puede equipar. "Puede disuadir a Rusia de obtener el control sobre espacio aéreo adicional y ayudar a que sus aviones realicen operaciones cercanas de apoyo aéreo a lo largo de las líneas del frente".
Es en este escenario donde entran en juego misiles como el AIM-9 o el AIM 120 mencionados anteriormente o incluso los IRIS-T de fabricación alemana. Para los ataques a superficie, podrán integrar una amplísima lista de munición que ya tiene Ucrania a bordo de los cazas Sukhoi y fruto de las adaptaciones que han ido incorporando. Por ejemplo, las bombas guiadas GBU-39 y JDAM-ER o los señuelos ADM-160.
"En la cabina, su interfaz hombre-máquina está diseñada para permitir a los pilotos tomar decisiones informadas rápidamente, mientras su radar y municiones relativamente avanzadas permiten a los pilotos atacar objetivos situados a 100 kilómetros".
Las imágenes publicadas por Ucrania muestran a los pilotos de F-16 llevando el sistema de visualización JHMCS desarrollado por la israelí Elbit Systems y la estadounidense Rockwell Collin. Según explican los fabricantes en las especificaciones, este visor "proporciona capacidades de combate con armas fuera de puntería de primer vistazo, primer disparo".
🇺🇦 Ukrainian F-16s is finally here, no more guessing, no more photoshops, It's real pic.twitter.com/nrXaS1hF7W
— Fighterman_FFRC (@Fighterman_FFRC) August 4, 2024
"Permite al piloto indicar con precisión las armas y sensores a bordo contra aviones enemigos y objetivos terrestres sin la necesidad de girar agresivamente el avión o colocar el objetivo en el head up display para su designación". En la pantalla integrada muestra información clave como señales para apuntar al objetivo y parámetros del rendimiento del avión.
En cuanto a las especificaciones de la aeronave, tiene una longitud de 15,1 metros por una envergadura de 10 y un peso máximo al despegue de 19.000 kilogramos. Estas cotas le convierten en un caza muy ligero y maniobrable que se aprovecha de un único motor firmado por Pratt & Whitney para su vuelo. Alcanza los 2.100 km/h a gran altitud y poco más de 1.400 a nivel del mar.
Punto de inflexión
"Cuantos más F-16 tenga Ucrania, mayor será la probabilidad de que los comandantes puedan emplear estos aviones en misiones de mayor impacto contra las fuerzas rusas", explica Thompson. "Dependiendo del curso del conflicto, podrían tener un impacto inmediato y duradero en el uso operativo de los activos aéreos de Rusia en Ucrania, potencialmente interrumpiendo las operaciones de los aviones de combate y de ataque rusos cerca del frente de batalla".
Con este tipo de influencia y proyección, las aeronaves de guerra desplegadas por Moscú en las zonas más complejas dejarán de proporcionar cobertura y apoyo aéreo en las ofensivas terrestres. Eso desbaratará a la vez los ataques ejecutados desde el aire y disminuirá la capacidad de avance y destrucción de las tropas en tierra firme.
La otra cara de la misma moneda la representa la cadena logística. Los F-16 son aeronaves más complejas de mantener que los Sukhoi que actualmente operan en Ucrania y Zelenski necesitará contar con apoyos internacionales para incrementar al mismo tiempo el suministro de munición para alimentar a sus nuevos cazas.
Lo mismo ocurre con la formación de sus pilotos. El asunto del entrenamiento de las tripulaciones ucranianas ha sido de los más complejos que Zelenski ha tenido que tratar junto a sus socios. Funcionarios de Kiev han presionado a Estados Unidos y a otros países con semejante capacidad de instrucción para que intensifiquen la formación con el fin de acelerar su incorporación a la Fuerza Aérea ucraniana, según indicó el medio estadounidense Politico hace unas semanas.
"La curva de aprendizaje para volar los F-16 puede ser bastante pronunciada, incluso para pilotos experimentados", recoge la comandante Thompson en el mismo análisis. Se trata de un avión "extremadamente capaz y maniobrable con un gran conjunto de capacidades avanzadas".
Los pilotos que se enfrentan por primera vez a este modelo de caza "pueden tener dificultades para dominar la amplia gama de habilidades necesarias para realizar las diversas misiones del avión". Esa experiencia se gana saliendo a volar frecuentemente en el entorno real de combate, por lo que comenzará a verse a medio y largo plazo. "El impacto que tendrán los F-16 de Ucrania en la guerra debería medirse a lo largo de los años, no de meses", sentencia Thompson.
Ucrania comunicó a principios de mayo que tenía 30 pilotos seleccionados para comenzar de forma inmediata su entrenamiento en Estados Unidos. Sin embargo, la administración Biden ha dicho que carece de plazas suficientes como para asimilar a más de 12 pilotos en formación al mismo tiempo en las instalaciones de Arizona, de donde han egresado buena parte de los top gun ucranianos que manejarán el caza.