El Ministerio de Defensa de España ha adjudicado la compra de tres sistemas de drones Tarsis diseñados y fabricados por la compañía malagueña Aertec. El objetivo del contrato es el de proporcionar una plataforma abierta para la integración y validación de nuevas funcionalidades y cargas de pago desarrolladas por la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), dependiente del Ministerio de Margarita Robles.
Aertec colaborará con la Subdirección General de Planificación, Tecnología e Innovación como encargada de "proponer y dirigir los planes y programas de investigación y desarrollo de sistemas y equipos de interés para la defensa nacional". La versión elegida por la DGAM para este programa es la que está desarrollada para llevar a cabo labores de inteligencia, vigilancia, localización de objetivos y reconocimiento (ISTAR, por sus siglas en inglés).
Los sistemas que desarrollará la compañía malagueña incluyen los drones y las estaciones de control en tierra. "Servirán para integrar una serie de cargas útiles desarrolladas por la Industria Nacional", tal y como explica Pedro Becerra, director corporativo de aeroespacial y defensa de Aertec.
"Estas nuevas cargas útiles permitirán alcanzar nuevas funcionalidades como son la integración de radar de apertura sintética y la calibración de radioayudas TACAN", indica. Las radioayudas a las que hace referencia Becerra se emplean en la navegación aérea de aeronaves militares en todo el mundo, un equivalente a los VOR que se utilizan en la rama civil de la aviación. Según han afirmado, Defensa empleará el dron Tarsis tanto dentro del Proyecto Rapaz como en otras iniciativas.
Dron malagueño
Aertec, fundada en Málaga en 1997, se especializó en sus primeros años en los proyectos aeroportuarios y ya bien entrado en el nuevo milenio comenzó a desarrollar sistemas aeroespaciales y de defensa tanto propios como para terceros. "El Ministerio de Defensa empleará el dron Tarsis tanto dentro del Proyecto Rapaz como en otras iniciativas", han comentado desde la compañía.
El Proyecto Rapaz es una iniciativa impulsada por Defensa en 2016 que tiene como objetivo la evaluación de drones de menos de 150 kilogramos para futuras adquisiciones dentro de las Fuerzas Armadas. La plataforma Tarsis lleva participando desde 2017 en estos periodos de prueba y "ha completado con éxito desde entonces un elevado número de campañas [...] demostrando sus altas prestaciones tecnológicas".
"Tenemos dos conceptos diferentes para Tarsis, uno sería el de vigilancia (ISTAR) y otro sería el armado", comentó a EL ESPAÑOL-Omicrono Rafael Márquez, director de desarrollo comercial de Aertec, el pasado mayo. El primero se trata de un producto maduro que ya se encuentra listo para su entrada en servicio, mientras que al segundo concepto todavía le quedan algunos cabos sueltos en el campo de la integración de los misiles.
El modelo concreto que acaba de adquirir la DGAM es la versión sin armamento que, durante los últimos años, la compañía ha ido modificando para satisfacer las necesidades del Ministerio de Defensa. En cuanto a especificaciones, el Tarsis ISTAR tiene un peso máximo al despegue de 95 kilogramos que se reparten en 3,8 metros de largo por 5,2 metros de envergadura y 96 centímetros de alto.
Dispone de un motor que le proporciona una velocidad de crucero de 100 kilómetros por hora con un techo de vuelo de 5.000 metros sobre el nivel del mar. La autonomía que indica Aertec es de 12 horas cuando lleva el máximo habilitado de 12 kilogramos de carga de pago. Estas medidas podrían aumentar si se rebaja el peso de los equipos instalados a bordo.
"Con la adquisición de los Tarsis ISTAR se pueden desarrollar y comprobar, con operaciones reales y equipos maduros, la funcionalidades para drones de clase I [menos de 150 kilogramos] y afinar los requisitos y necesidades de nuestras Fuerzas Armadas", comenta Pedro Becerra a raíz de la adquisición de la DGAM. "Entre estas funcionalidades se encuentran la detección, seguimiento y simulación de objetivos", unas tareas que el dron ya había asumido en algunas maniobras dentro de Rapaz.
También destaca la calibración de radioayudas de las bases aéreas de España, la integración de sistemas de comunicaciones, la evaluación de aspectos tecnológicos de integración de armamento o enseñanza avanzada en aviación no tripulada. En cuanto a los instrumentos que puede integrar en la actualidad, se encuentran sistemas electroópticos y de infrarrojos para realizar labores de inteligencia en su versión desarmada. Aunque "pueden adaptarse a prácticamente cualquier petición", según afirmaron a este medio.
Versión con misiles
El pasado junio, Aertec anunció que se encontraba desarrollando el misil Fox junto al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y la compañía zaragozana Instalaza. La versión del dron que puede equipar este tipo de arma se ha denominado Tarsis W (Weaponized, armado en español) que tiene previsto terminar su desarrollo a finales del próximo 2025.
"En los últimos años ha habido un cambio significativo" en cuanto a disponer de drones con capacidad de ataque, según explicó Rafael Márquez a este medio. Se trata de una barrera que hasta hace unos meses España no había cruzado y ahora la apuesta es doble con el Tarsis W y los Predator con base en Talavera la Real (Badajoz).
La parte de desarrollo de Aertec se ha centrado en el sistema óptico, la actuación y la electrónica. Tres pilares esenciales para el sistema de guiado del misil Fox. Por otro lado, Instalaza se ha encargado del diseño de la cabeza de guerra que se basa en la empleada en el lanzacohetes Alcotán 100, que se ha probado en Ucrania, y la espoleta mecánico-electrónica.
El INTA pone el motor del cohete, que ya habían desarrollado anteriormente para otra aplicación, y la integración del resto de subsistemas de la munición. El misil Fox está especialmente diseñado para equiparse en drones clase I, como es el Tarsis W, pero abre la compatibilidad a que se pueda integrar en más plataformas de características similares.
El misil tiene un metro de longitud y un calibre de 50 milímetros. Todo ello en una masa de 3 kilogramos, lo que permite que el dron pueda llevar hasta 4 unidades —2 debajo de cada ala— con los que ejecutar ataques.
El alcance del misil es de 4 kilómetros con una ojiva alto explosivo de 500 gramos. Podrá ser efectiva contra objetivos poco protegidos tales como vehículos sin blindaje o grupos de personas al descubierto.
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