El Ingenuity vuelve a estar en contacto con la Tierra tras horas de tensión. Perder el helicóptero en el planeta rojo habría sido una gran pérdida para las futuras misiones en Marte. Este instrumento ha completado hasta ahora 71 misiones de forma satisfactoria desde 2021, pero en la maniobra número 72 algo inesperado provocó la incomunicación del Ingenuity.
El Helicóptero ha sido considerado uno de los grandes avances técnicos de la NASA en los últimos años, por la complejidad que supone poder volar de forma controlada dentro de la atmósfera del planeta vecino. Lo que podría haber sido un vuelo más en su extenso historial ha supuesto un desafío para sus ingenieros para recuperar las comunicaciones.
Los ingenieros de la agencia espacial estadounidense pretendían probar todos los sistemas del Ingenuity en una misión corta que les permitiera detectar cualquier fallo a bordo y así ha sido. "El equipo está revisando los nuevos datos para comprender mejor la interrupción inesperada de las comunicaciones durante el vuelo 72", explica la agencia en redes sociales, donde ha anunciado que han conseguido restablecerlas.
El Ingenuity ascendió con éxito hasta los 12 metros, su altitud máxima asignada. Sin embargo, durante el descenso planificado, las comunicaciones entre el helicóptero y el rover Perseverance "terminaron temprano, antes del aterrizaje", indican desde la NASA.
Como solución, los ingenieros de la agencia mandaron la orden a Perseverance de realizar sesiones de escucha de larga duración para localizar la señal del helicóptero. Casi 24 horas después, la agencia podía dar la buena noticia; ambos equipos habían retomado las comunicaciones.
No ha sido el mayor tiempo que ha estado en silencio este pequeño helicóptero, en verano de 2023 permaneció hasta 60 días incomunicado. La recuperación de la conexión fue posible cuando la NASA pudo llevar al Perseverance a la cima de la colina donde había aterrizado el Ingenuity.
Este pequeño dispositivo tiene un peso en Marte de 680 gramos (1,8 kilogramos en la Tierra) y una envergadura de 1,2 metros marcada por las hélices. Su sistema energético se basa en una serie de paneles solares que alimentan a su vez a unas baterías de litio que proporcionan alrededor de 90 segundos de vuelo por cada día marciano.
"Es una demostración de tecnología para probar un vuelo controlado y propulsado en otro mundo por primera vez", según explica la NASA. Y de su rotundo éxito, incluso con la pérdida de las comunicaciones y otros posibles fallos, están bebiendo otros programas e investigaciones científicas. Los ingenieros se deciden ahora a investigar el origen de este fallo.