Pese a que la era de la carrera aeroespacial esté en auge tanto en España como en el resto del mundo, hemos sido testigos de auténticos problemas en este sector. El fracaso de la misión Peregrino 1 está ahí y el programa Artemis aún tiene mucho camino que recorrer. La NASA, en una rueda de prensa, ha comunicado la difícil decisión de retrasar sus próximas misiones Artemis y reestructurar el plan, o al menos parte del mismo.
Tal y como adelantaron medios como Reuters horas antes, la NASA ha anunciado importantes cambios en la estructura de las misiones Artemis, con la idea de afianzar su éxito en el futuro. El cambio más importante es Artemis II, que estaba hasta hace poco ideada para noviembre de 2024 y que ahora se aplaza hasta el año que viene, a septiembre 2025. Y no es el único, ya que Artemis III también recibe modificaciones.
Tal y como han especificado desde la agencia, Artemis III se irá a septiembre del 2026. Respecto a Artemis IV, la hoja de ruta sigue intacta; la idea es lanzar esta misión para septiembre de 2028, manteniéndose tal y como estaba previsto ahora. Eso sí, la NASA ha asegurado que tanto Artemis II como Artemis III seguirán teniendo tripulación humana, algo que se esperaba que cambiase de cara a este anuncio.
Cambios importantes en Artemis
La rueda de prensa llevada a cabo por la NASA ha sido el escenario en el que se han puesto de manifiesto estos cambios. Reuters aseguraba que, desde hace meses, altos ejecutivos de la NASA habían estado pensando en aplazar las fechas de al menos las dos siguientes etapas de Artemis, tales como Artemis II y III. Esta decisión se ha tomado teniendo en cuenta la seguridad, la máxima prioridad actual de la NASA para Artemis.
Y es que, un año después del lanzamiento de la primera Artemis, la NASA ha estado estudiando algunos de los puntos clave que conforman el proyecto. Recordemos que Artemis dependerá en gran medida de empresas privadas para su desempeño, ya que usarán la nave Starship de SpaceX y la cápsula Orion de Lockheed Martin en sus misiones.
También han entrado en juego empresas como Boeing —encargado de las etapas centrales— o Northrop Grumman —en el sistema primario de propulsores de combustible sólido—. Por su parte Blue Origin, la compañía aeroespacial de Jeff Bezos, está desarrollando un módulo de aterrizaje de astronautas para futuras misiones de la NASA.
Algunos de los motivos que han impulsado estas decisiones en la NASA son lógicos y esperados. Por ejemplo, la agencia espacial estadounidense ha estado investigando algunos problemas en ciertas partes clave, como el escudo térmico de la nave Orión. Tal y como relató la propia cuenta de X (anteriormente Twitter) de Artemis, los técnicos de la NASA realizaron importantes inspecciones en el escudo térmico después de que se encontraran ciertos imprevistos en él.
Por si fuera poco, los desafíos que entraña la Starship de SpaceX, la nave que impulsará a la tripulación a la superficie de la Luna, han llevado a que la NASA prefiera asegurarse de que todo va bien para los años venideros. En verano de 2023, poco después del primer lanzamiento del 20 de abril, se supo que la NASA estaba preocupada por el cronograma de eventos relacionado con la Starship, llegando a plantear si el proyecto de Elon Musk podría provocar retrasos en Artemis.