El pasado 20 de abril, el cohete más grande jamás construido, Starship, despegaba de la plataforma frente a la atenta mirada de medio mundo en un directo que se pudo seguir desde España, para después explotar en el aire dejando un sabor agridulce entre el público. SpaceX, empresa responsable, afirmaba que esta prueba de lanzamiento había sido un éxito a pesar del final abrupto. Sin embargo, desde la NASA están preocupados porque el desarrollo de este cohete imponga más retrasos de los que ya afrontan sus misiones a la luna como Artemis III, planes en los que China podría adelantarles.
Una auditoría interna de la NASA ha denunciado de nuevo que el programa lunar lleva seis años de retrasos y un exceso de gastos de 6.000 millones por culpa del cohete SLS, entre otros detalles. Un problema que se agravaría si SpaceX no cumple sus plazos con su cohete Super Heavy y su módulo de aterrizaje lunar Starship, el cual participaría en la misión Artemis III en 2025 alunizando en el satélite con astronautas a bordo.
Las preocupaciones han surgido nuevamente en una reciente reunión con la Junta de Ingeniería Aeronáutica y Espacial de las Academias Nacionales, según ha informado Jim Free, jefe de sistemas de exploración de la NASA a CBS News. Free ha afirmado recibir muchas preguntas sobre la fecha de este alunizaje y si se llegará a tiempo, pero esas cuestiones dependen en gran medida del avance de SpaceX en su inmenso cohete.
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La NASA encargó a la compañía de Elon Musk que creara un sistema de aterrizaje humano (HLS), que sería una versión modificada del Starship, para llevar a los astronautas a la superficie de la Luna en menos de dos años. Antes de que llegue ese momento histórico, la nave Starship acoplada al cohete Super Heavy jugarán un papel clave en las operaciones en la órbita terrestre baja. Pero, por el momento, la empresa espacial privada solo ha tenido una oportunidad de ver volar a su inmenso cohete y el resultado, como ya se ha mencionado, no fue del todo satisfactorio.
El plan original era que se hubiese separado del Super Heavy y éste hubiese amerizado en el golfo de México; mientras que la Starship tendría que haber encendido sus motores, entrado en vuelo orbital y caería posteriormente al océano Pacífico. La explosión se produjo en el momento de desacople entre cohete y la nave, una de las fases más complejas. "Con una prueba como esta, el éxito proviene de lo que aprendemos, y la prueba de hoy nos ayudará a mejorar la confiabilidad de Starship mientras SpaceX busca hacer que la vida sea multiplanetaria. ¡Felicitaciones a todo el equipo de SpaceX por una emocionante primera prueba de vuelo integrada de Starship!", explicó la empresa a través de Twitter queriendo dejar claro que el resultado era positivo para sus avances.
Free considera que el cronograma planteado es "realmente preocupante y probablemente se deslice hasta el 2026". No obstante, afirma que SpaceX ha informado de su nuevo calendario recientemente a la NASA, "mi expectativa es que van a cumplir, pero si no vuelan en el tiempo establecido, no es bueno" ha aclarado Free.
SpaceX debe hacer despegar varias veces el Starship y demostrar que es seguro antes de que la NASA certifique este transporte para su misión lunar programada para 2025, la cual se podría retrasar a 2026, incluso se ha hablado en anteriores ocasiones de 2028 como posible fecha. Mientras, la agencia estadounidense también debe solucionar sus propias complicaciones y realizar con éxito la misión Artemis II. Será la primera que lleve humanos a las proximidades de la Luna desde 1972, un viaje de 4 días que no contempla el alunizaje en el satélite.
Según los planes de la NASA se debería realizar en 2024, pero parece que esta fecha también es muy optimista. Mientras, China se muestra convencida de poder pisar la Luna en el año 2030.