Así es el J-20, el caza de quinta generación con el que China quiere hacer sombra a Estados Unidos
Los nuevos propulsores de fabricación nacional son la última esperanza del gigante asiático para ponerse al nivel de los cazas F-22 de EEUU.
15 julio, 2023 01:51El incremento de las tensiones en la región de Asia-Pacífico están precipitando algunos movimientos estratégicos en el ámbito del material militar. Estados Unidos ha desplazado en los últimos meses algunas unidades de sus F-22 de quinta generación a Japón, algo que España no tiene. Mientras tanto desde China llegan imágenes sobre un nuevo motor para su caza J-20 que promete cambiarlo todo y acercarse a las especificaciones y rendimiento de sus homólogos norteamericanos.
La creación y puesta a punto de este reactor es una de las tareas pendientes más importantes que Pekín tiene que solucionar si quiere conseguir un caza similar a los modelos de última generación de Estados Unidos. Y es que, la ingeniería detrás de cada propulsor desarrollado requiere de muchos años para ir afinando el diseño. Más todavía cuando no existe una tradición ni unos conocimientos muy profundos en un país que ha sido —y todavía lo es— muy dependiente de la tecnología militar rusa.
En el vídeo que está circulando por las redes sociales se muestra al caza J-20 equipando un par de nuevos motores WS-15, los primeros desarrollados en China exclusivamente para este modelo. "La ausencia de censura en las publicaciones en las redes sobre el vuelo representa una confirmación cuasi oficial del desarrollo exitoso del motor", ha declarado Zhou Chenming, investigador del departamento de ciencia y tecnología militar del think tank Yuan Wang, a SCMP.
"Con el nuevo [motor] WS-15, el J-20 será más maniobrable y más rápido en los ascensos, lo que demuestra que está casi a la par con el motor estadounidense F119 desarrollado para sus cazas furtivos F-22", asegura. Esto último sólo se podrá demostrar una vez el propulsor se encuentre operativo de forma oficial en la versión J-20B que será la que presumiblemente integre la novedad tecnológica.
Un caza y tres motores
Han pasado ya 12 años desde que el J-20 realizó su vuelo inaugural y algunos más desde que comenzó a desarrollarse por parte de la compañía estatal CAIC (Chengdu Aircraft Industry Corporation), pero los chinos continúan inmersos en la problemática de los motores. El modelo original, aquel que lleva en servicio desde 2017, monta unos propulsores Saturn AL-31 de origen ruso inferiores desde el punto de vista tecnológico.
Latest video of J-20 equipped with WS-15 engine maiden flight pic.twitter.com/pUlINGB7Gj
— 彩云香江 (@louischeung_hk) June 30, 2023
Para paliar de forma temporal esta carencia, China desarrolló una versión del motor WS-10, de fabricación nacional, con una tobera dentada que mejora sus propiedades furtivas y el empuje, aunque no es suficiente. También han aparecido algunas unidades montando otra variante del mismo motor chino con empuje vectorial, que permite dirigir la salida de gases del motor según las necesidades del piloto.
El prometido WS-15 quiere aunar todas esas tecnologías y, de forma definitiva, ser el responsable de la propulsión del caza J-20 chino. El objetivo es doble, además de colocarle a la par de las aeronaves estadounidenses, también ser independiente de Rusia para la fabricación de sistemas tan esenciales.
"Todavía hay una brecha entre los motores [chinos] WS-15 y F119 [estadounidenses]", según comentó Song Zhongping, antiguo formador del Ejército de Liberación de China. "Es un éxito experimental para el WS-15, pero es demasiado pronto para que entre en producción en masa. Todavía necesita pruebas y mejoras".
Uno de los puntos que destaca Song pasa por la durabilidad del motor. Los de factura estadounidense pueden sobrepasar las 500.000 horas de vuelo, mientras que los propulsores chinos no llegan a tanto.
En cuanto a especificaciones, el J-20 cuenta con 21,2 metros de largo por 13 de envergadura y un peso máximo al despegue que llega a las 37 toneladas con los motores WS-10 chinos. Puede alcanzar 2 veces la velocidad del sonido (más de 2.000 km/h) con una autonomía de combate de 2.000 km.
En cuanto al armamento, dispone de una bahía central —dentro del fuselaje— donde puede acomodar misiles aire-aire de corto, medio, largo y muy largo alcance. Así como bombas guiadas de ataque a tierra y todo un ecosistema de guerra electrónica y sensores.
Una de las características inherentes de la quinta generación de cazas pasa por sus cualidades de sigilo. Esas que permiten a la aeronave atravesar zonas enemigas sin ser detectado por los radares. Actualmente, el J-20 no consigue los mejores estándares de furtividad al carecer de los motores mejorados, pero con los WS-15 quieren ponerse a la par de otras plataformas como los F-22, con los que comparten concepto y objetivos.
Homólogo estadounidense
El F-22 Raptor es el más parecido al J-20 chino. El estadounidense, a pesar de llevar 18 años en servicio ininterrumpido, todavía conserva el estatus de caza de quinta generación más avanzado del mundo en la categoría de la superioridad aérea.
Fue desarrollado durante los años 80 y principios de los 90 por Lockheed Martin como contratista principal y Boeing como proveedor de algunos sistemas esenciales como las alas o la integración de la aviónica. El primer vuelo lo realizó en septiembre de 1997 y no entró en servicio hasta finales de 2005.
El gran coste de fabricación primero y operativo después desató una gran polémica en el Departamento de Defensa de Estados Unidos. Tanto fue así que la Fuerza Aérea terminó por recortar el pedido original, pasando de más de 700 aparatos a 186. Toda la tecnología punta y hoy por hoy todavía secreta a bordo del F-22 ha sido decisiva para prohibir su exportación, incluso a los países aliados de primer orden como pueden ser Reino Unido o Israel.
En lo relativo a las especificaciones, el Raptor tiene 19 metros de largo por 13,6 de envergadura y un peso máximo al despegue de 38 toneladas, unas cotas muy similares al J-20 chino. También lo son la velocidad máxima que alcanza los 2.400 km/h y hasta 1.093 km de autonomía de combate subsónico.
En el armamento, el estadounidense gana por variedad de tipos y munición disponible. Dispone de un cañón de 20 milímetros junto a una bahía interior que le permite llevar tanto misiles aire-aire como una gran diversidad de bombas guiadas para ataques a superficie. Según la configuración, puede integrar misiles en los anclajes externos, restando capacidad de sigilo pero aumentando la de ataque.
También incorpora una amplia carta de aviónica junto a sistemas de guerra electrónica y radares que incrementan la conciencia situacional del piloto. Y bengalas de contramedida diseñadas para repeler ataques con misiles guiados por infrarrojos.
Además de la capacidad de ataque sobre el papel y su demostrada capacidad en varias misiones, la principal ventaja en la que China debe trabajar pasa precisamente por la furtividad. El F-22 Raptor es considerado como uno de los cazas más sigilosos del mundo gracias en buena parte a los dos propulsores que monta y a una pintura que supone uno de los secretos mejor guardados de la Fuerza Aérea de los norteamericanos.