El pasado 14 de abril despegaba la misión Juice, una sonda espacial firmada por España que tenía como objetivo estudiar tanto Júpiter como sus lunas; Europa, Calisto y Ganimedes. Lo que pretende la ESA con Juice es estudiar estos cuerpos, así como el propio entorno de Júpiter en busca de "posibles hábitats" para el ser humano. El pasado 12 de mayo, la sonda europea ya situada en pleno viaje pudo desplegar uno de sus instrumentos que se encontraba atascado.
Y es que poco después del proceso de despegue, Juice intentó desplegar su antena Rime, uno de los diez instrumentos que monta la sonda espacial. Este es un radar de penetración diseñado específicamente para estudiar la estructura y el subsuelo de las lunas heladas de Júpiter. Esta se quedó atascada debido a un pasador también atascado en el soporte de montaje.
La antena logró este viernes el despliegue completo, después de que el equipo de control de vuelo de la ESA disparase un dispositivo mecánico "actuador no explosivo", por sus siglas en inglés, NEA. Un dispositivo situado en el propio soporte de montaje, que hizo que se pudiera desatascar la antena.
La misión Juice avanza
El pasado 14 de abril se procedió al despegue de Juice, y se procedió a un primer intento de sacar la antena. En ese momento, solo se desplegaron los primeros segmentos de cada mitad, tal y como especifica la propia ESA. El proceso de despliegue, por culpa del pasador, se ha alargado enormemente.
No fue hasta que decidieron usar el NEA, instalado en el soporte de mensaje, cuando se pudo desplegar. Y es que al usar el NEA la Juice sufrió una sacudida, que pudo desplazar unos escasos milímetros el pasador. No obstante, no se había cantado victoria, ya que pese a que el pasador se había movido, una última parte de la antena permaneció plegada.
El despliegue total ya se pudo confirmar cuando se disparó otro actuador en el soporte. Así, con estos movimientos la antena ya puede actuar con total normalidad, preparada para el momento en el que la sonda llegue a las lunas de Júpiter. Un viaje que durará 8 años y en el que se intentará esclarecer si estas reúnen condiciones de habitabilidad.