Si algo ha demostrado la misión DART en España, es que la humanidad es objetivamente capaz de desviar asteroides. No obstante, realizar este tipo de misiones requiere de una cierta previsión para asegurarse el éxito, y uno de los preparativos pasa por detectar de dónde provienen dichos cuerpos, y uno de los puntos ciegos más relevantes es el Sol. Y es que algunos asteroides, como el de Chelyabinsk en 2013, se ocultaron bajo el resplandor de nuestra estrella. La ESA quiere solucionar esto.
Lo hará con NEOMIR, una misión que buscará advertir sobre los cuerpos que se dirijan a la Tierra y que se oculten bajo el resplandor del Sol. El brillo de la estrella dificulta enormemente la detección de los asteroides que pasan por esa zona, y recientes imágenes de cámara de energía oscura detectaron en dichas regiones varios asteroides bastante peligrosos.
NEOMIR, por sus siglas Near-Earth Objet Mission in the Infrared se especializará en observar asteroides de tamaño moderado que se aproximen a la Tierra desde el Sol, para darnos tiempo a responder. Lo hará colocando una nave en la órbita entre la Tierra y el Sol, en el punto L1 de Langrage, usando instrumentos infrarrojos para observar el calor emitido por los propios asteroides. Algo que no pueden hacer los telescopios terrestres, debido a que dicho calor es absorbido por la atmósfera.
Detectar asteroides ocultos
Lo que promete esta misión de la Agencia Espacial Europea es avisarnos sobre la llegada de los asteroides ubicados cerca el Sol con al menos 3 semanas de antelación. Incluso si pasara demasiado rápido antes de impactar contra nosotros, NEOMIR nos daría al menos 3 días de antelación para poder probar soluciones.
No obstante, hay que calmarse. Y es que NEOMIR no buscará asteroides apocalípticos de amplio tamaño que puedan destruir la Tierra, sino asteroides muy similares al de Chelyabinsk, que midan unas pocas decenas de metros de diámetro. Otro ejemplo es el objeto Tunguska, un asteroide estimado de 50 metros de diámetro que pasó en 1908.
Obviamente, aunque provocan destrozos, estos asteroides no suelen ser suficientemente grandes como para realizar toda la infraestructura necesaria para lanzar una misión DART. Por ende, el tiempo extra que daría NEOMIR se podría usar para determinar la zona de caída y evacuar a toda la población de la zona para evitar que sufran las consecuencias.
La ESA estima que, estadísticamente, los asteroides del tamaño de Chelyabinsk de 2013 golpean a la Tierra una vez cada 50 o 100 años, y los asteroides más grandes, son mucho menos comunes. "Estos son, afortunadamente, mucho más fáciles de detectar". Tanto es así, que la agencia asegura que ya han descubierto casi todos los asteroides de más de un kilómetro de tamaño.
El motivo por el cual los asteroides ocultos bajo el Sol son peligrosos es simple. Los asteroides convencionales son visibles desde la Tierra porque reflejan la luz del Sol, pero cuanto más se acercan a nuestra estrella, más difíciles son de ver.
NEOMIR, por el momento, se encuentra en sus fases iniciales de estudio. Se espera que, si todo va como debería, se pueda lanzar en 2030 o alrededor de esa fecha. Por el momento, no queda más que esperar a ver qué resultados conseguirá esta misión para la defensa planetaria de la Tierra.