Las constelaciones de satélites tienen un papel fundamental en esta nueva edad de oro de la tecnología espacial en España. Uno de los máximos exponentes patrios es la catalana Sateliot que, tras un lanzamiento experimental y exitoso en 2021, va a comenzar a desplegar su particular servicio de cobertura 5G mundial. Estará enfocada en un primer momento en el Internet de las Cosas (IoT), pero también ofrecerá algunos servicios muy avanzados a los smartphones que cualquier persona tiene hoy en día en el bolsillo.
The Groundbreaker —El Pionero— es el primer nanosatélite que compondrá la constelación de Sateliot y tiene programado el lanzamiento esta misma semana —están pendientes de la confirmación—si todo sale según lo previsto. Despegará a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX desde la californiana Base Vandenberg de la Fuerza Espacial estadounidense.
Los planes de la compañía catalana pasan por el lanzamiento de otros 4 nanosatélites iguales para finales de este 2023, tener 64 en órbita a lo largo de 2024 y terminar 2025 con un total de 250 unidades. Ya desde la puesta en servicio del primer miembro de la constelación, cualquier dispositivo 5G-IoT que se encuentre fuera de la conectividad celular —la tradicional mediante antenas de telefonía— podrá operar con normalidad. Lo que cambiará será la frecuencia de paso y con ella la cobertura.
Según ha contado Jaume Sanpera CEO y fundador de Sateliot a EL ESPAÑOL - Omicrono, "con los cinco que vamos a tener a final de año podemos ya hablar de una constelación comercial, pero sin cobertura en tiempo real". Eso llegará más adelante, cuando la compañía consiga desplegar los 250 satélites que tiene planeado. "Con los 64 de 2024 tendremos un tiempo de refresco de menos de media hora", apunta. Suficiente para algunas aplicaciones.
Nanosatélite español
"El diseño del satélite The Groundbreaker es 100% español", indica Sanpera. El planteamiento inicial lo han llevado a cabo los propios ingenieros de Sateliot que se encargan prácticamente de todo, salvo de la radio. Este último dispositivo tan elemental para una constelación de telecomunicaciones lo ha fabricado la compañía gallega Alen Space.
En cuanto a tamaño, es el doble del último que la compañía lanzó en 2021 y alcanza 30 por 20 por 10 centímetros, pesa unos 10 kilogramos y "sólo hace 5G IoT". Según adelanta Sanpera, los nanosatélites que se lanzarán el año que viene serán "algo mayores", pero del mismo orden.
La órbita elegida por Sateliot para su constelación es una polar heliosíncrona a unos 500 kilómetros de altura respecto a la superficie terrestre. Dentro del cohete va integrado en un deployer que contiene todos los mecanismos que eyectará al The Groundbreaker del cohete una vez se encuentre en su órbita.
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La encargada de verificar que todo está siguiendo su curso es la estación terrestre de Svalbard situada en Noruega y muy cerca del Polo Norte. The Groundbreaker pasará por ese punto cada 90 minutos y se comunicará 2 veces al día durante una media de 6 minutos.
Una vez en el espacio, el satélite iniciará fase de puesta en marcha —conocida como comissioning en la jerga espacial— en la que se prepara su operación ejecutando todo tipo de verificaciones y comprobaciones de los sistemas de a bordo. Este proceso puede durar semanas e incluyen los primeros exámenes de funcionamiento que, si todo va como debe, cristalizarán en la puesta en marcha oficial.
"Desde Sateliot tendremos todo el control de la misión", apunta Jaume Sanpera. La parte de estaciones en tierra está subcontratada a otras compañías que les proporcionan los datos necesarios a la española. A medida que vaya creciendo la constelación, incluso antes de llegar a los 250 satélites programados, la compañía podrá comenzar a ofrecer sus servicios para aplicaciones en sectores tan variopintos como la agricultura, la logística o las comunicaciones móviles.
SMS en cualquier parte
Sateliot se encuentra trabajando actualmente con los principales fabricantes de procesadores para teléfonos móviles para incorporar su tecnología de conexión satelital. "Lo mejor de todo es que basta un teléfono actual con 5G con un pequeño cambio de firmware para que pueda funcionar".
El propósito de la compañía catalana es ofrecer un servicio de envío y recibimiento de mensajes con conectividad global gracias a su constelación. Según explica Sanpera, el ancho que banda que pueden ofrecer es muy pequeño pero suficiente para enviar y recibir mensajes de texto.
"Es algo absolutamente disruptivo, lo estamos diseñando para que tenga un coste insignificante". Junto con las operadoras, el precio mayorista que tendrá este servicio será de aproximadamente 1 euro al mes.
Jaume Sanpera indica que esto tendrá sentido lanzarlo al mercado cuando la constelación consiga una conexión global en tiempo real o muy cerca del tiempo real. Si todo sale según lo previsto por Sateliot, eso se conseguiría en 2025.
"Se me ocurre el ejemplo perfecto de mandar un mensaje a tu pareja desde el medio de la montaña donde no llega la cobertura celular tradicional diciendo que vas a llegar tarde". Pero existen aplicaciones casi infinitas, como por ejemplo sincronizarse con wearables que detectan caídas y que sean capaces de enviar un aviso a emergencias junto con las coordenadas. Algo que ya se hace, pero dependiendo exclusivamente de la cobertura terrestre.
Agricultura y logística
Jaume Sanpera también indica otro abanico amplísimo de aplicaciones que no tienen porqué esperar a 2025. "En el mundo de la agricultura conectada hay mucho potencial", recalca. Principalmente en aquellas plantaciones sin una cobertura terrestre estable y que quieran estar monitorizadas.
"En agricultura hay sensores adaptados a cada tipo de cultivo que dan 20 parámetros diferentes". Dispositivos que cuestan menos de 10 euros y que les dura la batería más de 5 años. "Los clavas en la tierra y comienzan a enviar datos, se puede ahorrar un 40% de agua en según qué tipos de plantación". Y todos ellos pueden contectarse a una constelación por muy poco.
"En la ganadería, principalmente hemos visto usos en el vacuno", continúa Sanpera. "En países de Latinoamérica, donde se produce más carne, las vacas suelen pastar sueltas por el campo" y tienen el potencial de incorporar sensores. "Se puede ver si una vaca está enferma para actuar con la máxima rapidez y también cuando van a parir".
El sector de la logística es otro de los grandes pilares donde Sateliot ha puesto el foco. El principal problema de las compañías que gestionan envíos marítimos es la falta de monitorización de los contenedores. "Nos sentamos con un operador que tiene 400.000 contenedores y nos dijo que perdían miles a lo largo del año".
Una cifra altísima cuya responsabilidad recae en parte por la falta de localización. "Nos dicen que sólo pueden acceder a los datos de geoposicionamiento en el puerto, cuando tienen cobertura celular terrestre". El objetivo de Sateliot es proporcionarles conectividad global a bajo precio para tener posicionados en el mapa a los contenedores todo el tiempo y a los que se pueden incorporar también sensores de temperatura o de apertura de puertas.
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