Elegir un televisor para casa no es una tarea sencilla, ya que en la actualidad se pueden encontrar una gran variedad de modelos. Sin embargo, para acertar en la decisión la pantalla es clave y, en ese sentido, la tecnología OLED es una apuesta segura, ya que ofrece unos negros puros, una alta calidad de imagen y un gran brillo. Un mercado en el que destacan TVs como la G3 de LG y la S95C de Samsung; y en el que Sony se hace fuerte con su Bravia OLED A95L, y tras probarla no se quiere otra cosa en el salón.
Sony tiene en el Bravia OLED A95L su modelo OLED insignia de 2023. Un televisor que tiene un precio de 3.999 euros para su versión de 65 pulgadas, que es la que en EL ESPAÑOL - Omicrono hemos probado durante unas semanas; y que destaca por ofrecer un diseño cuidado y elegante que mezcla a la perfección con un panel con tecnología QD-OLED, una altísima calidad de imagen y un sonido potente. Una combinación que hace que las películas y series se vean como nunca antes mientras se está en el sofá.
El A95L cuenta con otra serie de características que lo convierten en el televisor más avanzado de Sony. Entre ellas destacan su procesador de imagen Cognitive Processor XR que ofrece un gran rendimiento, su brillo, la inclusión de Google TV como sistema operativo -todo un acierto- o de una cámara Bravia Cam que, además de para realizar videollamadas, también sirve para controlar la TV con gestos. Incluso es un buen modelo para jugar, aunque aquí tiene un 'pero'.
Un diseño cuidado
El Sony Bravia OLED A95L es un televisor que enamora nada más sacarlo de la caja, ya que no transmite fragilidad y se siente con un diseño especialmente cuidado y elegante que casa bien. El panel QD-OLED de segunda generación viene con unos marcos finos, mientras que la parte trasera de la TV es casi completamente diáfana. Una zona que está cubierta por policarbonato y en la que, justo en la parte superior, se encuentra el conector para colocar la Bravia Cam.
En la zona posterior también están todos los elementos de conexión, y en ese sentido el Sony Bravia OLED A95L va bien servido, ya que viene con cuatro puertos HDMI -aunque solamente dos son 2.1-, un par de USB, una entrada de cable de altavoz central o Ethernet, entre otros; y viene con WiFi y Bluetooth 5.2. Aunque el diseño de este modelo no es del todo redondo, ya que las peanas son su punto flojo. La versión de 65 pulgadas, al igual que la de 55 pulgadas, viene con dos pies laterales que mantienen estables el panel.
Unos pies que se han ideado para no crear reflejos en la pantalla, se instalan fácilmente, cumplen bien con su cometido y hasta permiten dos posiciones diferentes: uno que sirve para elevar la pantalla y otro para dejarla casi pegada a la superficie sobre la que se apoya -que es la que hemos usado-. Sin embargo, estas peanas, al estar colocadas en los extremos, obligan al usuario a contar con un mueble o una mesa que sea más ancha que el televisor.
En nuestro caso no hemos tenido problema alguno con esto, pero es cierto que para algunos sí puede suponer un contratiempo. Aunque, eso sí, el modelo de 77 pulgadas sí que permite colocar estos pies en una posición central. Una curiosidad del Sony Bravia OLED A95L es que viene con dos mandos a distancia: uno bastante básico, con diseño clásico de color negro y una distribución de los botones tradicional; y otro más estilizado, que es el que hemos usado durante las pruebas.
Un mando con un diseño más refinado, con un acabado metálico y que prescinde de los botones numéricos. Además, incluye un sensor de movimiento que activa la retroiluminación de las teclas tan pronto como se levanta o se agarra, que para cuando se quiere ver una película de noche o a oscuras es ideal para saber qué tecla se está pulsando. Un mando que también incorpora seis botones de acceso directo a Disney+, Netflix, Amazon Prime Video, YouTube, Bravia Core y Crunchyroll.
Sony entrega junto al televisor la cámara Bravia Cam. Un accesorio que recoge imágenes 1080p y que permite desde realizar videollamadas mediante Google Duo hasta controlar la TV usando gestos; incluso puede detectar en qué parte de la habitación te encuentras y a qué distancia está el televisor para optimizar la imagen y el sonido. Una cámara que se acopla de forma magnética y que viene con una tapa física que permite taparla.
Antes de hablar de la imagen y sonido, cabe señalar que el A95 viene con Google TV como sistema operativo, que es todo un acierto; ya que cuenta con una interfaz más atractiva, intuitiva y personalizable que Android TV. No sólo eso, sino que a la hora de desplazarse muestra mucha fluidez y la experiencia que deja es muy satisfactoria. También permite descargar una gran variedad de aplicaciones, entre las que se encuentran las principales plataformas de streaming, como Netflix, Disney+, Amazon Prime Video o HBO Max.
Una imagen sobresaliente
La calidad de imagen es la gran estrella del Sony Bravia OLED A95L. Un televisor que se basa en un panel QD-OLED con resolución 4K UHD y con una tasa de refresco de 120 Hz; además de contar con un procesador Cognitive Processor XR con inteligencia cognitiva, que analiza el contenido y lo recrea tal y como el ser humano lo escucha y lo ve en el mundo real. Por ejemplo, entiende cuál es la parte en la que más nos fijamos, como el protagonista de una película.
Incluso sabe que en las escenas en la que aparece un avión el sonido debe salir desde la parte superior para recrearlo en el salón de casa. Y como resultado se ofrece una experiencia más realista. No sólo eso, sino que este procesador también destaca por dejar unos colores vivos, imágenes llenas de detalles, con un alto nivel de brillo y unos negros puros; llenando las escenas con un gran realismo. Mientras que el panel QD-OLED también reduce los efectos de los reflejos de la luz solar y del salón para ver siempre las imágenes con claridad, incluso las escenas oscuras.
Sony también ha incluido en este televisor una serie de modos calibrados por el creador, IMAX Enganced y Dolby Vision, que conserva la intención del director. Es decir, la imagen se ajusta automáticamente a la configuración óptima para ofrecer la mejor experiencia visual. De hecho, las imágenes que deja este televisor son de una calidad excepcional, dando la sensación de que lo que se está viendo está sucediendo en el salón de casa. A esto se le suma que el televisor de Sony ofrece un potente sonido de 60 vatios.
Un sonido que se asemeja prácticamente al que se puede escuchar en una sala de cine. Esto se debe a que la pantalla vibra y se convierte en un altavoz para ofrecer una acústica potente que se sincroniza con la imagen, y a la incorporación de tecnologías como Acoustic Surface Audio+, que hace que el sonido proceda del mismo lugar que la escena para que sea más envolvente. También cuenta con graves contundentes, audio espacial 360 y 3D, compatibilidad con Dolby Atmos y deja una voz clara gracias a Voice Zoom 2.
El Sony Bravia OLED A95L también es un buen televisor para jugar; algo que hemos comprobado tanto con una PlayStation como una Nintendo Switch. Este modelo de TV es rápido y cuenta con una serie de características que permiten sacarle el máximo partido a los videojuegos, como puertos HDMI, aunque aquí tiene un inconveniente: sólo dos de sus cuatro puertos implantan la norma 2.1 que saca mejor partido a las consolas de última generación. Aun así ofrece partidas con imágenes y gráficos fluidos, y sin errores, como puede ser lag.
¿Me lo compro?
El Sony Bravia OLED A95L es un televisor sobresaliente y el más completo del fabricante. Una TV que destaca principalmente por su diseño impecable y por ofrecer una calidad de imagen de primer nivel gracias a su panel con tecnología QD-OLED, que deja unos negros puros, imágenes profundas, buenos niveles de detalles y texturas, y unos colores vibrantes; consiguiendo que las series y películas se vean como nunca.
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A eso se le suma un sonido potente y envolvente, para una experiencia sonora más parecida a la del cine. Sin embargo, hay dos características que hacen que no sea un televisor completo: las peanas situadas en los extremos y que no todas las entradas HDMI implantan la norma 2.1. Aunque su talón de Aquiles es su precio de 3.999 euros; no apto para todos los bolsillos y que es más elevado que los modelos prémium de sus rivales, LG y Samsung.