En un mercado como el de los móviles, que llevaba varios años sin ofrecer novedades realmente sorprendentes, la llegada de los plegables ha supuesto toda una revolución. Samsung sigue al frente de este formato cada vez más ambicioso, pero varios fabricantes han dado un paso adelante para plantarle cara, como vivo, Xiaomi, Oppo o Huawei. Sin embargo, la mayoría de estas marcas no están distribuyendo sus plegables en España, un hueco que Motorola espera cubrir con el Razr 40 Ultra y su 'hermano pequeño', el Razr 40.
En mi primera experiencia con este tipo de móviles, he podido utilizar durante 15 días el que actualmente es el plegable más asequible en su lanzamiento en España, con un precio actual de 869 euros en Amazon. Eso implica una serie de renuncias, pero ninguna lo suficientemente grave como para ensombrecer lo que desde el primer momento parece un producto muy equilibrado, bien construido y capaz de atraer todas las miradas.
Esta evolución de los Razr, nombre reconocido desde los clásicos smartphones tipo concha, se beneficia del mismo aspecto que sus predecesores: sus reducidas dimensiones cuando está plegado, lo que lo hacen muy cómodo para llevarlo en el bolsillo del pantalón o en cualquier bolso. Pero la clave está en averiguar si, más allá de su tamaño compacto, es una opción atractiva para los interesados en dar el primer paso en el mundo de los plegables.
Diseño y pantallas
Desde su llegada a las tiendas, una duda sobrevolaba sobre la fiabilidad de los móviles plegables. ¿Serán capaces de aguantar el constante abrir y cerrar del terminal? Mientras algunos youtubers se dedican a ponerlos a prueba de forma extrema, el tiempo durante el que he podido usar el Razr 40 no he detectado ni el más mínimo problema. Eso sí, el pliegue donde se dobla la pantalla se puede ver desde determinadas inclinaciones, y al pasar el dedo se nota ligeramente al tacto. Eso sí, no es excesivamente molesto ni impide un correcto funcionamiento del móvil.
La sensación en todo momento, más aún teniendo en cuenta que Motorola incluye unas carcasas de plástico para la zona inferior y superior del móvil, es de robustez y durabilidad. El material externo, de imitación de cuero (en un vistoso color lila en mi caso), hace fácil la sujeción, aunque se requiere bastante práctica para abrir el teléfono con una sola mano. Las bisagras permiten fijar la posición de la pantalla en cualquier inclinación, y eso implica cierta resistencia al abrirlo.
La pantalla externa, un panel AMOLED de 1,5 pulgadas y un máximo de 1.000 nits,
está protegida por Gorilla Glass Victus y ofrece el mismo tipo de información que podemos encontrar en los smartwatches: la hora, notificaciones (algo incómodas de leer, dadas las reducidas dimensiones) y widgets propios para el tiempo o el control de contenido multimedia para apps como Spotify. También se puede utilizar como referencia para hacer selfis, una función bastante útil en algunas circunstancias.
Por su parte, la pantalla principal tiene 6,9 pulgadas de diagonal y monta un panel AMOLED con resolución FHD+ (1080 x 2640 píxeles). Su máximo brillo de 1400 nits permite utilizar el móvil sin problema a la luz del día, aunque tampoco hace milagros: en alguna ocasión con luz directa he tenido que dejar de reproducir una serie porque lo único que veía era mi reflejo en la pantalla. Por otra parte, nada muy diferente a lo que sucede con la mayoría de móviles que no son plegables.
Lo mejor del diseño, sin duda, es el pequeño espacio que ocupa una vez plegado: 88,2 x 74 x 15,8 milímetros, un tamaño ideal para caber cómodamente en la palma de la mano. Si a eso se suma un peso de 188,6 gramos, muy ajustado para ser un plegable, estamos ante un contendiente a tener muy en cuenta en el sector.
Rendimiento y cámaras
A veces no hacen falta fuegos artificiales, sobre todo cuando el usuario medio no necesita el chip más avanzado del mercado para enviar WhatsApps y consultar Instagram, YouTube o TikTok. El objetivo, la fluidez y un rendimiento estable en el día a día, no se resienten gracias al chip Snapdragron 7 Gen 1. El principal problema de esta elección es el calentamiento de la zona inferior del teléfono cuando llevas un rato usándolo con apps algo exigentes o te gusta jugar a videojuegos.
Probé a instalar y jugar a varios juegos bastante exigentes en este Razr 40, como el PUBG Mobile o el Dinasty Warriors: Overlords, y no tuvo problema en manejarlos más allá de alguna caída pasajera de frames. Eso sí, en algunos de formato vertical, como Marvel Snap, se nota que la relación de aspecto de algunas pantallas de los plegables (en este caso 2:1) todavía no se tienen en cuenta por parte de los desarrolladores, lo que hace que algunas apps y juegos 'sobresalgan' o se queden cortadas por los bordes.
Los 8 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento también se antojan suficientes para un uso cotidiano. Eso sí, la memoria flash es más lenta que la del modelo Ultra, y hay limitaciones para su ampliación, ya que no dispone de ranura microSD. Es evidente que de algún sitio ha tenido que recortar Motorola para ofrecer un plegable con un precio tan competitivo.
El Razr 40 viene con una versión de Android 13 casi pura, con una capa de personalización mínima y únicamente Facebook como app de terceros preinstalada. También hay algunas aplicaciones en el smartphone que incluyen todos los ajustes para funciones específicas del dispositivo, pero por lo demás no hay cambios en Android de fábrica. No hay aplicaciones publicitarias de terceros preinstaladas, salvo Facebook, algo que se agradece.
En cuanto a las fotografías, ocurre lo mismo que con otros plegables: no es su mejor característica. El objetivo principal es un sensor de 64 megapíxeles que ofrece resultados decentes, pero que no puede competir con las cámaras que montan actualmente los móviles normales de gama media-alta. Al menos cuenta con estabilizador óptico de imagen, muy útil en muchas circunstancias, y se desenvuelve bastante bien en las tomas nocturnas, aunque necesita un tiempo largo de exposición y procesado.
A primera vista, las fotos parecen coloridas y bien iluminadas, pero al ampliar un poco se detecta la falta de nitidez y detalles, sobre todo comparadas con otros sensores más potentes. En cuanto a los vídeos, el resultado es bastante decente, sobre todo cuando grabas en 4K a un máximo de 30 fps. Quizá el autoenfoque podría ser algo más rápido, pero sólo se echa en falta esa velocidad si estás grabando vídeos con mucho movimiento.
El sensor de gran angular, de 13 MP, cumple sin más. Sus fotos tienen menos detalle que las de la principal, pero tampoco se resiente mucho en situaciones de baja luminosidad, como suele ocurrir. La pantalla incluye un objetivo para selfies de 32 MP poco recomendable, sobre todo porque con el móvil plegado y con la referencia de la pantalla externa puedes hacerte fotos mucho mejores. También es muy cómodo desplegar el móvil y colocarlo en forma de L para que sirva como trípode para captar selfis o fotos de grupo.
Buena autonomía
Uno de los talones de Aquiles de los plegables es su escasa autonomía frente a los móviles 'normales', que suelen montar baterías más grandes y potentes. Y en ese sentido, el Razr 40 destaca frente a su propio 'hermano mayor', el Ultra, y competidores como el Samsung Galaxy Z Flip 5.
Con sus 4.200 mAh, esta apuesta de Motorola llega a las 6 horas y media de pantalla sin problema y con un uso bastante intensivo. Para alguien acostumbrado a un uso normal, le aguantará toda una jornada.
No es un dato para echar las campanas al vuelo, pero al menos es mejor que lo conseguido por sus principales rivales. La carga rápida con el cargador incluido en la caja sólo llega a los 30 W, lo que implica unos 80 minutos para obtener un 100% de la carga. También soporta carga inalámbrica, pero en ese caso la potencia baja a los 5 W.
¿Me lo compro?
El Razr 40 parece un buen punto de partida para quien quiera adentrarse en el mundo de los plegables. Desde luego, tiene un precio más asequible con sus principales competidores, aunque se echen en falta algunas cosas que sí integra el Razr 40 Ultra, como una pantalla exterior más grande y realmente útil, por un precio algo más alto.
Los 869 euros que cuesta actualmente el Razr 40 en Amazon siguen siendo un precio bastante elevado para las prestaciones que ofrece comparadas con las de móviles de gama media-alta, pero es una puerta de entrada a los plegables que no resulta prohibitiva. Sus principales ventajas, su pequeño tamaño una vez plegado y poder consultar las notificaciones o usar Spotify con la pantalla externa, no se ven del todo empañadas por unas cámaras y un rendimiento que no son para tirar cohetes.
Teniendo todo eso en cuenta, además de una autonomía nada desdeñable y un Android casi puro, el Razr 40 resulta una buena opción para estrenarse en el mundo de los plegables.
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