Cuando la fotografía móvil llegó a cierto nivel de calidad y se popularizó hundió las ventas de las cámaras compactas tradicionales. Año a año los teléfonos son capaces de tomar cada vez mejores fotos, sin embargo, los verdaderos aficionados a la fotografía saben que aún existe una distancia insalvable en calidad y versatilidad entre lo que un teléfono y una cámara pueden hacer.
Es por ello por lo que Sony presentó el pasado octubre la Sony Alpha 7 IV, la renovación de su cámara Full Frame más popular y que no está pensada exclusivamente para profesionales. Aún así, la nueva versión de Alpha puede seguir siendo un modelo grande para aquellos a los que les gusta viajar y llevar una cámara de fotos a cualquier parte y en todo momento, pero que al mismo tiempo marque las diferencias con su teléfono.
Es aquí donde Sony tiene una de las joyas de su catálogo: la Sony Alpha 7C. Una cámara de formato completo pero con unas dimensiones más compactas y reducidas que sirve para aunar los dos caminos, el de tener fotografía y vídeo de alta calidad a nivel profesional pero sin sacrificar demasiado espacio en la mochilla.
La Sony A7C sigue siendo un modelo de alta gama y no apto para todos los bolsillos, ya que parte de los 2.100 euros (2.400 con objetivo). En EL ESPAÑOL - Omicrono la hemos estado utilizando durante las últimas semanas para comprobar de primera mano si es ese capricho que pedir esta Navidad si nos hemos portado bien.
Un diseño resultón y práctico
Si metiésemos en una centrifugadora a una Alpha 6600 y a una Alpha A7 III saldría la Alpha 7C. Tiene un cuerpo compacto y ligero que de primeras no hace pensar que tenemos un sensor full frame de 35 mm en el interior. Un tamaño perfecto para llevar pero sin hacer sacrificios en la calidad, esa es la máxima de Sony con esta cámara.
Es en torno a un 20% más pequeña y ligera que la Alpha 7 III. En concreto dispone de unas dimensiones de 7,11 cm de alto; 12,4 cm de ancho y 5,97 cm de profundidad y pesa 509 gramos. Está pensada para llevar a cualquier parte y para ser resolutiva en cualquier momento, por lo que pese a reducir tamaño cuenta con conexiones como salida de auriculares, micrófono o HDMI.
El tamaño es clave a la hora de manejar una cámara de este tipo: tiene que ser compacta al mismo tiempo que ergonómica y cómoda de usar. Así por ejemplo Sony ha rediseñado el panel superior para que el acceso a la rueda y botones quede más accesible al dedo índice, o ha incorporado un visor táctil que se gira en todas direcciones que permite enfocar únicamente tocando la pantalla.
Pese a su tamaño la A7C incorpora una gran cantidad de conexiones en el lateral izquierdo, así como conexiones sin cables a móviles o PC pensando en que no sea únicamente una cámara de fotos, sino también una herramienta para usar en streamings o con la que compartir momentos en redes sociales.
El otro punto fuerte del diseño es su terminación. Cuenta con un aspecto bicolor con dos texturas que le aportan una sensación premium y de producto de alta calidad. Al mismo tiempo, se integra muy bien con las aspiraciones de Sony de ser una cámara más orientada al lifestyle y los viajes que otros modelos de formato completo de la línea Alpha.
Pensando precisamente en esa característica de llevar la cámara a todas partes y que sea la compañera de viajes perfecta, la A7C cuenta con un diseño resistente al polvo y a la humedad. Dispone de cubiertas en la parte superior, frontal y posterior con una aleación de magnesio y que le aportan rigidez y ligereza al tiempo que sellan el conjunto.
Rapidez y precisión
Más allá del diseño, lo realmente importante de esta cámara es cómo se desenvuelve. La posibilidad de tener un sensor de formato completo en este tamaño va más allá de capturar más luz. Aporta mayor versatilidad a las tomas con mejor profundidad, rango dinámico o detalle en las escenas.
La A7C cuenta con un sensor CMOS Exmor R de 24,2 megapíxeles que se combina con el motor BIONZ X de la compañía para reproducir el color con precisión. Además, se mueve bien en zonas con ISO alto para entornos mal iluminados llegando hasta valores de 50-204.800. Sin embargo, el mayor punto a favor de esta cámara está en el enfoque y en la velocidad de éste.
La cámara hereda el sistema 4D Focus presente en la Alpha 9 que permite encontrar y enfocar al sujeto de forma extremadamente rápida al cubrir el 93% del área. Además, se pueden disparar ráfagas continuas de hasta 10 frames por segundo, lo que permite dejar pulsado el disparador para posteriormente seleccionar lo que mejor nos convenga de la escena.
Sin embargo, el punto más interesante de autofocus está en el seguimiento inteligente y al ojo del sujeto. Esto permite no sólo que tengamos la fotografía enfocada al ojo de un sujeto siempre cuando mantengamos el obturador pulsado a la mitad, sino que si por ejemplo la persona gira la cara momentáneamente, la cámara sabe seguir el ojo aunque no lo vea o lleve gafas.
El otro de los puntos especialmente interesantes de la Alpha 7C a la hora de tomar fotografías y vídeos es la estabilización. Cuenta con un sistema de estabilización óptica de 5 ejes con el que la cámara anula diferentes tipos de vibración y será prácticamente imposible tener una fotografía movida. Un detalle especialmente interesante en fotografía nocturna donde captar bien la luz es especialmente importante.
Esta estabilización es especialmente interesante para grabar vídeo a mano, aunque, es posible añadir diferentes dispositivos de agarre y estabilización adicional. La cámara permite grabar en calidad 4K y con una serie de efectos que evitan la postproducción. Una forma de pensar en la agilidad de disponer el contenido para subir directamente a redes sociales.
Entre las funcionalidades están el ajuste de transición del enfoque, grabación a cámara lenta o rápida o diferentes estilos de color que permiten darle al vídeo un tono diferente y con personalidad propia.
¿Me la compro?
La Sony Alpha 7C es una cámara perfecta para aquellos que buscan una cámara de altas prestaciones en un cuerpo reducido. Es decir, es perfecta para llevar de viaje y subir el nivel de la fotografía o vídeo que podríamos realizar con el teléfono móvil. Además, también es una buena solución para aquellos profesionales que buscan tener un segundo cuerpo más ágil y liviano pero aprovechar el potencial de los objetivos que ya tienen con su A7 o A9.
También es una buena opción para quienes están acostumbrados a usar una cámara APS-C y quieren subir el listón llegando al sensor de formato completo sin sacrificar demasiado espacio.
El principal impedimento para comprar la A7C es su precio. Los 2.100 euros por los que habitualmente se encuentra servirá de barrera para que muchos se animen a probar la fotografía a un nuevo nivel. Aún así, el uso diario y el rendimiento que tiene es sobresaliente y justifica el porqué de un precio así.