El ataque del 7 de octubre de las milicias de Hamás a Israel lo cambió todo y desde entonces, el Estado Hebreo asegura haber atacado más de 11.000 objetivos del Movimiento de Resistencia Islámica. Mientras, continúa con la ofensiva aérea y terrestre sobre la Franja de Gaza con ataques como el sucedido ayer sobre el campo de refugiados de Jabalia -que acumula más de un centenar de muertos- o asegurando haber cercado Gaza City como dijo el comandante Itzik Cohen.
"Hamás escogió esta guerra, no fuimos nosotros quienes lo elegimos", ha manifestado Cohen, quien ha puesto en valor que, durante los últimos días, las FDI han logrado acabar "gran parte de las capacidades de Hamás" incidiendo en que los objetivos atacados superan los 11.000, incluyendo instalaciones estratégicas y túneles subterráneos.
"Paralelamente a la ampliación de las actividades terrestres, se está llevando a cabo un esfuerzo conjunto de múltiples ramas con fuerzas aéreas y navales para frustrar las amenazas terrestres y atacar a la organización terrorista Hamás", informó el Ejército israelí, que aseguró haber matado al jefe de su unidad de misiles antitanque, Mohamed Asar.
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El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, declaró este miércoles que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) junto con los servicios de Inteligencia y Seguridad están consiguiendo "logros muy importantes", a la par que continúan "atacando a los terroristas en todos los niveles, desde los operativos en el campo de batalla hasta a los comandantes".
Desde que las luchas 'cuerpo a cuerpo' se intensificasen con la entrada en los últimos días de las tropas de Israel sobre terreno gazatí, el ejército ha informado de la muerte de 15 militares en estos combates terrestres contra las Brigadas al Qasam.
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En el otro bando, dentro de la Franja, los bombardeos se han cobrado en 26 días de guerra más de 8.800 vidas -alrededor del 70% de civiles, incluidas las más de 3.600 menores- y más de 22.200 heridos.
Tras el ataque de ayer, desde Hamás han acusado a Israel de cometer una "segunda masacre" en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de la Franja, donde se registraron "decenas de muertos y heridos", después de que aviones de combate israelíes lanzaran toneladas de explosivos, que causaron un enorme cráter y la destrucción de varios edificios del área.
Según las FDI, el ataque nunca fue dirigido contra la población civil sino para acabar con los túneles que las milicias de Hamás tienen bajo tierra. Estos ataques de los que Israel presume, han servido para acabar el pasado martes con el ideólogo de los ataques del 7-O y con el jefe de la unidad de misiles antitanque.
Hamás, entre el bien y el mal
En un discurso televisado, el líder de Hamás, Ismail Haniye, aseveró que su organización presentó una "visión integral" para detener la guerra que, según el dirigente islamista, fue rechazada por el Gobierno de Benjamín Netanyahu.
Pero por otro lado, lejos de esa visión "mediadora", un alto funcionario del grupo terrorista aseguró en una entrevista que el ataque del 7 de octubre contra Israel fue sólo el comienzo, y prometió lanzar "un segundo, un tercero, un cuarto" ataque hasta que Israel sea "aniquilado".
Ghazi Hamad aseguró en la entrevista a LBC que "Israel no tiene lugar en nuestra tierra. Debemos darle una lección, y lo haremos una y otra vez".
Respecto a la matanza masiva de civiles, Hamad dijo que "Hamás no quería dañar a los civiles, pero había complicaciones sobre el terreno". Hamad añadió que "todo lo que hacemos está justificado".
Haniye explicó que Hamás comunicó a los mediadores la necesidad de "poner fin inmediato a la masacre y al genocidio" y que por eso presentó "una visión integral", que contemplaba "detener la agresión, abrir los cruces y un acuerdo de intercambio prisioneros", para concluir con la "apertura del camino político hacia el establecimiento de un Estado palestino independiente con Jerusalén como su capital y el derecho a la autodeterminación".
El paso de Rafah
Mientras, en el sur de la Franja, 76 heridos y 335 palestinos con pasaporte extranjero y ciudadanos de otros países salieron este miércoles del enclave a Egipto por el paso fronterizo de Rafah, según datos del portavoz oficial del cruce.
Es la primera vez que esta frontera se abre para permitir que heridos y extranjeros puedan abandonar el enclave gazatí desde que se inició el conflicto. El paso sólo se ha abierto para permitir el paso de una ayuda humanitaria que, según fuentes palestinas, es insuficiente.
El director general de los hospitales de Gaza, Mohamed Zaqut, dijo este miércoles en un comunicado, que el Ministerio de Sanidad ha presentado una lista con 400 personas con pasaporte extranjero para que salgan a Egipto, aunque la han ampliado a 600 y están a la espera de recibir una respuesta.
De hecho, el paso de Rafah, seguirá abierto durante este jueves y la intención, o así ha dado orden el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a los ciudadanos estadounidenses es que se preparen para una "salida ordenada" a lo largo de esta semana y de la próxima.
Por este paso, Médicos sin Fronteras (MSF) ha informado de la salida de un trabajador español de la ONG, Raúl Incertis, y de un segundo que está a la espera de salir, que pertenece a la Oficina del Coordinador Especial de la ONU para el Proceso de Oriente Medio (UNSCO).
Otras nacionalidades mencionadas en esa lista de MSF son japoneses, austríacos, checos y búlgaros, entre los que hay palestinos con doble nacionalidad y ciudadanos de esos países.
También hay empleados de organizaciones internacionales como la propia MSF, el Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC) y de agencias de la ONU como la de los Refugiados Palestinos (UNRWA).