El mundo mira con miedo los efectos que el fentanilo está provocando en Estados Unidos. Esta droga tiene colapsadas muchas ciudades y zonas del país, pero poco a poco se está trasladando a otras partes del mundo, especialmente hacia Europa. Sin embargo, hay otras sustancias muy peligrosas que están generando un gran miedo como es el caso del captagón.
Este estupefaciente es conocido como la droga del yihadismo, lo que añade todavía mayor miedo hacia sus efectos y, sobre todo, hacia su mercado. Mientras el mundo occidental mira hacia algunos problemas que marcan su actualidad, el captagón está generando estragos en Oriente Próximo. Y desde ahí promete dar el salto a otras partes del planeta.
Durante los últimos años, el captagón se ha consolidado como la droga más popular en círculos del Estado Islámico. Recibe otros nombres como fenetilina y se trata de una droga que se produce casi en su totalidad en Siria. Además, en los últimos tiempos, trae de cabeza al Observatorio de Redes Políticas y Económicas.
¿Qué es el captagón, la droga del yihadismo?
El captagón se ha convertido en uno de los grandes peligros que desprende el yihadismo y los círculos más peligrosos y oscuros del Estado Islámico. La fenetilina es un compuesto químico formado por anfetamina y teofilina. Y según los últimos estudios, más del 80% de la producción mundial de este estupefaciente se ubica en Siria.
El Observatorio de Redes Políticas y Económicas cifra en más de 1.000 millones de pastillas la cantidad de esta droga que se ha conseguido incautar entre el año 2020 y el 2022. Esas mismas cuentas sitúan que el mercado actual del captagón se estima en 6.000 millones de dólares en la actualidad.
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Sin embargo, fuentes que llegan desde Estados Unidos y desde el Reino Unido reconocen que las cifras reales podrían ser hasta diez veces más. El motivo es que, según un estudio del Newlines Institute for Policy and Strategy, este mercado sería, por ejemplo, hasta tres veces más grande que todos los cárteles de la droga de México, un país en el que las sustancias estupefacientes son uno de sus mayores quebraderos de cabeza.
Aunque el mercado principal del captagón se encuentra en Siria, lo cierto es que todos los países de su alrededor están sufriendo los estragos del tráfico de esta sustancia. Sin ir más lejos, Jordania ha tumbado recientemente dos drones cargados de esta droga hace menos de un mes.
En Irak, las autoridades incautaron tres millones de pastillas este narcótico en la región desértica de Anbar el pasado mes de marzo. Estos son solo algunos de los ejemplos más representativos del impacto que está teniendo el tráfico de esta droga en todo el mundo islámico. Ahora, el mercado de este narcótico está inundando algunas zonas de Turquía.
Tal y como indica Caroline Rose, investigadora de este tipo de sustancias estupefacientes, el peligro de esta droga es que se ha convertido en una forma de financiación para las más altas esferas. Ella misma asegura que "el captagón se ha convertido en la principal fuente de ingresos para el gobierno sirio". Otros estados como Líbano o Arabia Saudí también han caído en las redes de esta droga que ha hecho suyo el universo islámico.
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Con el paso del tiempo, el captagón ha pasado a conocerse como la 'droga de los yihadistas'. El punto más fuerte de su propagación se produjo durante el estallido de la guerra de Siria, la cual permanece activa desde el año 2011. Varios medios nacionales aseguran que los combatientes presentes en el conflicto usan estas sustancias para mantenerse activos y no dejar de luchar sin afectarles el sueño, el cansancio o hasta el dolor.
Los efectos principales de esta droga, que es un potente estimulante, son una euforia desmedida, agitación y disminución de la percepción del dolor. Sin embargo, si se consume en dosis muy altas, además de suponer un riesgo para la vida, puede llegar a provocar alteraciones tan importantes como alucinaciones, agitación, desrealización e incluso despersonalización autopsíquica.