Boris Johnson incumplió las normas que su Gobierno impuso a la población para hacer frente a la Covid-19: The Guardian ha publicado la fotografía que confirma que el primer ministro del Reino Unido participó el 15 de mayo de 2020 en una reunión de carácter social -no laboral, como trató de hacer creer- en los jardines del 10 de Downing Street.
En la imagen se puede ver al máximo responsable de la nación tomando una copa de vino junto a su mujer, Carrie Johnson, y hasta 17 personas más entre la terraza y el césped. También hay comida. Minutos antes, el entonces ministro de Salud, Matt Hancock, se dirigía a sus compatriotas para rogarles que se quedaran en casa y respetaran las restricciones.
Entre esas medidas se recalcaba que solo estaban permitidos los encuentros entre dos personas de distintos núcleos familiares en exterior y guardando una distancia nunca inferior a dos metros. En ese jardín de Downing Street aquel 15 de mayo de 2020 había al menos 19 personas y visiblemente tampoco respetaban la obligada separación.
"Una bofetada a los ciudadanos"
La semana pasada vio la luz la información y desde el despacho del primer ministro se apresuraron a afirmar que dada la crisis sanitaria muchas de las reuniones de trabajo estaban teniendo lugar en el exterior, desmintiendo un carácter festivo o cuando menos distendido. En los lugares de trabajo, la orden era clara para todos los británicos: solo encuentros presenciales en casos "absolutamente necesarios".
Angela Rayner, 'número 2' del Partido Laborista, ha calificado la fotografía del Guardian como "una bofetada a los ciudadanos". "El primer ministro -sostiene Rayner- nos muestra constantemente que no tiene en cuenta las reglas que establece para el resto; supuestamente bebiendo y de fiesta mientras el resto apenas podíamos dar una caminata al día".
La prensa británica establece la pasada como la peor semana para Johnson desde que alcanzó el poder, perdiendo autoridad a la hora de pedir sacrificios y con dimisiones en su círculo más próximo precisamente por las fiestas en su residencia, o la última y sorprendente renuncia del ministro del 'brexit', David Frost. Nunca como ahora su puesto había estado tan en entredicho.
A esto hay que sumar el descontento en las filas conservadoras, nada disimulado. Johnson logró aprobar las últimas medidas antiCovid, para hacer frente a la variante ómicron, gracias a la oposición. Un centenar de sus diputados se opuso.
El pasado viernes encajó además un duro revés en las urnas al perder los tories un bastión histórico, la circunscripción rural de North Shropshire, que elegía a un nuevo representante en la Cámara de los Comunes.