A sus 35 años, Gabriel Boric es el presidente más joven de la historia de Chile. Tras haber perdido la primera vuelta, el joven diputado de izquierda se impuso con el 55,8% de los votos y una diferencia de más de 10 puntos, al ultraderechista José Antonio Kast, en las elecciones más polarizadas desde el fin de la dictadura hace 30 años.
"Quiero ser el presidente de todos los chilenos y chilenas", dijo en su discurso de victoria. "El futuro de Chile nos necesita a todos del lado de la gente y espero que tengamos la madurez de contar con sus ideas y propuestas para comenzar mi Gobierno", destacó.
Boric llega a La Moneda diez años después de haber salido del anonimato cuando, en 2011, encabezó las protestas estudiantiles que exigían una educación gratuita, libre y de calidad. Junto a Camila Vallejo, Karol Cariola y su actual portavoz de campaña, Giorgio Jackson, Gabriel Boric hizo que el mundo pusiera el foco en las manifestaciones que sacudían el país.
"Los estudiantes empezamos a cuestionar el modelo de desarrollo, a preguntarnos por qué lo que nosotros creíamos que debían ser los derechos sociales estaban privatizados; por qué la educación era un privilegio y no un derecho, por qué había salud para ricos y para pobres, por qué las pensiones eran un negocio", dijo Boric en una entrevista entonces.
En 2014, los cuatro icónicos compañeros conseguían escaños como diputados. Boric lo hizo representado a la región más austral del país, su natal Magallanes, casi siempre olvidada por las políticas del Estado. En 2017 fue reelegido y se convirtió en el candidato más votado de su región y en el segundo de todo el país.
Nueva Constitución
Con el estallido social del 18 de octubre de 2019, su protagonismo se agranda. En octubre de 2019 salió a la calle para participar de las revueltas sociales que hicieron tambalear al Gobierno de Sebastián Piñera. Pero el 15 de noviembre de ese año, tras reunirse con el senador de derecha Juan Antonio Coloma, Boric acuerda como salida a la crisis cambiar la Constitución de Augusto Pinochet, vigente desde 1980. Todos los partidos políticos firman el acuerdo histórico.
Su papel fue muy criticado por los sectores más a la izquierda, le costó críticas en la calle, acusaciones de "traidor" y dimisiones en su propio partido, el Frente Amplio, pero le posicionó como hombre de Estado.
Sin embargo, cuando sus compañeros le plantearon ser candidato presidencial, él lo rechazó. "No está dentro de mis intereses. Falta muchísima experiencia, muchísimo por aprender, de conocimiento del Estado", justificó. Pero, la falta de candidatos le obligó a dar el paso al frente y enfrentarse en las primarias al líder comunista Daniel Jadue por la papeleta de la coalición Apruebo Dignidad, que integra el Partido Comunista y el Frente Amplio.
En julio de este año, con más del 60% de los votos, Boric se convertía en el candidato a las presidenciales de Chile, para intentar lograr "algo que en Europa sería bastante obvio, que es asegurar un Estado de bienestar para que todos tengan los mismos derechos sin importar cuanta plata tienen en la billetera".
A los que agitaban el miedo de una dictadura comunista, Boric respondió con sus críticas abiertas a Venezuela, Cuba o Nicaragua. Durante la campaña el candidato condenó al régimen chavista y rechazó el saludo de un líder comunista por la reciente victoria de Daniel Ortega en Nicaragua. "En nuestro Gobierno el compromiso con la democracia y los derechos humanos será total, sin respaldos de ningún tipo a dictaduras y autocracias, moleste a quien moleste. Nicaragua necesita democracia", escribió en Twitter el 12 de noviembre.
Este domingo por la noche, ya como presidente electo, prometía "avanzar con responsabilidad en los cambios que Chile viene demandando, sin dejar a nadie atrás". "Esto significa crecer económicamente; convertir lo que algunos entienden como bienes de consumo en derechos sociales, garantizar una vida más tranquila y segura, profundizar las libertades de todos, y especialmente de todas: en nuestro Gobierno las mujeres no retrocederán en los derechos y libertades que han logrado a lo largo de la historia", expresó.
Derechos sociales
Crítico feroz del modelo neoliberal chileno, impuesto durante la dictadura militar (1973-1990) y consolidado en la transición, Boric pretende construir un Estado del bienestar similar a las democracias europeas, con tintes ecologistas y feministas. "Si Chile fue la cuna del neoliberalismo en Latinoamérica, también será su tumba", solía decir en sus mítines.
De ascendencia croata, hijo de Luis Boric y María Font Aguilera, heredó la política de su padre, un ingeniero químico militante democristiano, aunque no la ideología: Gabriel Boric siempre se definió como más cercano a la tradición del partido socialista. Creció en una familia de clase media acomodada, cultivando la pasión por la música y la literatura.
Estudió Derecho y se convirtió en el líder de una generación que no vivió la dictadura, que no tiene miedo y que reivindica el fin de las instituciones que han sobrevivido al régimen de Pinochet, aupadas por la transición, y que han cronificado en el país las desigualdades vigentes por culpa de unos servicios públicos deficientes. "Nuestra generación irrumpe en política el 2011 sacudiéndose un poco los miedos que había generado la dictadura y los pactos de la transición", ha dicho en una entrevista.
Como presidente, Boric tendrá como principal objetivo "garantizar los derechos sociales universales", como la sanidad, la educación y las pensiones. Entre ellos está la creación de un modelo de "seguridad social que no sea un negocio", para sustituir el sistema de pensiones de capitalización individualizada por trabajador, pionero en el mundo, pero muy criticado por parte de la sociedad por no ser capaz de entregar jubilaciones dignas.
En su programa electoral, Boric propone crear un sistema solidario y "asegurar" una pensión mínima de 250.000 pesos (cerca de 262 euros). También plantea un aumento de la cotización mensual, desde el actual 10% del salario al 18%, "en forma gradual" y con gran parte del cargo al empleador.
Boric ha prometido también el fin de los seguros privados de salud y convertirlos en seguros complementarios voluntarios, bien como ampliar el beneficio de la gratuidad en la educación superior, eliminar a los bancos como fuente de financiamiento del sistema y buscar la forma de condonar de manera progresiva las deudas estudiantiles.
"En los años que vienen se juega el futuro de mi país. Seré un presidente que cuide la democracia y no la exponga, que escuche más de lo que hable, que busque la unidad y atienda las necesidades de las personas, que combata firmemente los privilegios de unos pocos y trabaje por la calidad de las familias chilenas. No vamos a recular nunca en nuestras convicciones para que la dignidad llegue a todos los lados", prometió en su discurso de victoria. "Es un momento histórico", dijo. Y Boric, el elegido para liderarlo.