Trump tras el intento de asesinato: "No debería estar aquí hoy. La división tiene que sanar rápido"
El expresidente cierra la Convención Nacional Republicana repasando su intento de asesinato y se encarga a sí mismo la misión de recuperar el esplendor y la unidad de Estados Unidos tras esquivar la muerte "por la gracia divina".
19 julio, 2024 07:46"Se supone que yo no debería estar aquí esta noche", admitió Trump frente a una audiencia que coreaba "¡sí deberías!" durante uno de los momentos mas dramáticos de su primer discurso tras el intento de asesinato que sufrió el sábado pasado en Pensilvania. La intervención, planteada inicialmente para clausurar la Convención Nacional de su partido, se convirtió en una llamada a la unidad con tintes religiosos mientras se sitúa como favorito de las encuestas en la insólita campaña electoral de Estados Unidos.
A las 22:30 de Nueva York y con todas las televisiones conectadas en directo, el mismo escenario que durante los cuatro días de reunión lució los colores de la bandera estadounidense se tiñó de blanco para recibir a Trump, quien apareció con la oreja derecha vendada frente un rótulo luminoso con las letras de su apellido. Inmediatamente después, la enorme pantalla proyectó la fachada de la Casa Blanca, la residencia que tanto le costó abandonar en enero 2021 y a la que aspira a regresar en enero de 2025.
Durante toda su intervención, de casi dos horas, permanecieron en una esquina el chaleco y el casco de Corey Comperatore, el bombero que murió al recibir uno de los disparos dirigidos a Trump, quien aseguró haber recaudado 6 millones de dólares para su familia.
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"Gracias, pero os diré que estoy ante vosotros en este estadio sólo por la gracia de Dios todopoderoso", respondió a los vítores del público reunido en Milwaukee, la ciudad del estado de Wisconsin -en pleno medio oeste americano- que ha acogido la cumbre del Partido Republicano, moldeado a imagen y semejanza de Trump.
El equipo de campaña ya avisó de que el magnate había decidido reescribir su discurso tras el atentado, con una llamada a la unidad que pronunció desde el comienzo.
"La división en nuestra sociedad debe sanar rápido, con un destino común. O nos elevamos juntos o caemos partidos. Quiero ser presiente para todos los estadounidenses. No para la mitad. No hay victoria en ganar para la mitad. Con la fe y devoción acepto la nominación a la presidencia de Estados Unidos", arrancó.
"Tenía a Dios de mi lado"
Además del mensaje de unidad, la primera parte de su discurso tuvo un tono religioso. Trump repitió en varias ocasiones sentirse protegido por la "gracia divina", rebajó su voz y pidió un minuto de oración por el fallecido y los dos heridos en el ataque, que detalló segundo a segundo con fotografías proyectadas por todo el estadio.
"Me sentí protegido porque tenía a Dios de mi lado, yo lo sentí. Lo increíble es que si no hubiera girado la cabeza antes del disparo, la bala habría llegado a su objetivo y no estaría aquí hoy, ni estaríamos juntos esta noche", insistió tras advertir que no volverá a relatar el suceso una segunda vez "porque es demasiado doloroso contarlo".
Asimismo, el magnate aprovechó la coyuntura para lanzar un dardo al Partido Demócrata al pedir que no "criminalicen y persigan el desacuerdo político" y dejen de presentarle como "una amenaza para la democracia".
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"Especialmente cuando eso no es verdad y estoy precisamente salvando la democracia para la gente de este país", indicó antes de celebrar que una jueza de Florida haya desestimado el caso que buscaba implicarle por conservar documentos clasificados en su residencia privada de Mar-a-lago.
Trump pidió que la elección "se centre en los problemas a los que se enfrenta nuestro país y en cómo hacer que Estados Unidos sea exitoso, seguro, libre y grande de nuevo" antes de cambiar el tono y hablar de sus promesas electorales.
Inmigración y proteccionismo
El candidato conservador volvió a centrar su discurso en la inmigración e insistió en que los que cruzan la frontera sur del país llegan de "prisiones y manicomios", una afirmación que ya repitió sin fundamentar en el debate contra Joe Biden del mes pasado.
"La mayor invasión de la historia está teniendo lugar aquí mismo en nuestro país. Vienen de todos los rincones del mundo, no sólo de América del Sur, sino de África, Asia y Oriente Medio, vienen de todas partes, y esta administración no hace nada para detenerlos", afirmó.
Asimismo, se congratuló de que el gráfico que mostraba cuando giró la cabeza al ser disparado en Pensilvania comparaba las cifras de llegadas de migrantes durante su mandato, en plena pandemia del coronavirus, con otras épocas.
Por su parte, en el aspecto económico Trump defendió de nuevo sus ideas proteccionistas: "La única manera de vender en EEUU es producir en EEUU, así de simple".
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También se comprometió a derogar los mandatos relacionados con la transición al vehículo eléctrico desde "el día uno" y criticó la debilidad del mercado industrial estadounidense frente a otras potencias cono China.
En geopolítica se limitó a su habitual tono grandilocuente que recuerda que durante su mandato "no hubo guerras". "Con la victoria en noviembre, los días de guerra y caos terminarán. Puedo parar las guerras con un teléfono", dijo tras hablar de la invasión de Ucrania y el ataque de Israel.
Melania Reaparece
La intervención de Trump estuvo precedida de la reaparición de su mujer, Melania, quien entró en el estadio dándose un baño de masas, acompañada por la 9ª Sinfonía de Beethoven y no articuló palabra alguna. Después del discurso, subió al escenario y dio un rápido beso en la mejilla a Trump.
Melania apenas se había dejado ver en los actos públicos de Trump. Tan solo había aparecido en su lanzamiento de la campaña de reelección, hace más de un año, y el día que acudió a votar en la primarias del partido en Florida esta primavera.
"Trumpización" del partido
Tras cuatro días de convención, el Partido Republicano ha culminado un proceso de "trumpización" que ha eliminado cualquier tipo de disidencia interna en favor de un discurso, una imagen y una jerarquía profundamente supeditados a Trump.
Lejos quedan las divisiones internas entre moderados y "trumpistas", que alcanzaron su cumbre este otoño cuando en el arranque de las primarias apareció un plantel de aspirantes dispuestos a arrebatar el liderazgo a Trump.
El partido parece haberse olvidado incluso de que una decena de congresistas de sus mismas filas votaron contra él en el juicio político ('impeachment') impulsado tras el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
Hasta Nikki Haley, la aspirante que más se resistió a tirar la toalla en las primarias, ha terminado pasando por el aro y apareció el miércoles para pedir el voto por él: "No tienes que estar de acuerdo con Donald Trump el 100% del tiempo para votar por él. Haced como yo", dijo entre aplausos y abucheos quien fuera su embajadora ante la ONU y luego se lamentó de "haberlo seguido".
Del mismo modo, también desfilaron para vociferar su admiración por Trump sus eternos rivales como el gobernador de Florida, Ron DeSantis, Marco Rubio y Ted Cruz, quienes compitieron contra Trump las primarias y fueron objeto de burlas del magnate. Algo que no es de extrañar dado que el compañero de candidatura y aspirante a la vicepresidencia, J.D. Vance, es aliado de Trump solo desde 2021. Antes era un declarado opositor que calificaba al magnate de "nocivo", "reprobable" y un posible "Hitler estadounidense".
Sin embargo, en 2024 no solo se asume que Trump está más cerca que nunca de regresar a la Casa Blanca para un segundo mandato. También se da por hecho que la persona que herede el liderazgo del partido en 2028 será un continuador del "trumpismo": esa combinación de discurso populista, liderazgo personalista y políticas proteccionistas que han fagocitado al mismo partido en el que militaron Ronald Reagan y Richard Nixon.
Debilidad de Biden
Mientras tanto, la debilidad de Joe Biden continúa haciéndose patente en las encuestas, incluso entre sus propios votantes. Según una encuesta publicada el miércoles por la agencia de noticias Associated Press el 65% de los demócratas considera que el actual presidente debería renunciar a la reelección. Otro sondeo reciente de la cadena CBS estima una intención de voto del 52% para Trump y del 47% para Biden.
De acuerdo con la prensa estadounidense Biden podría anunciar este mismo fin de semana su renuncia a la carrera presidencial, algo que su equipo niega tajantemente. Según el New York Times, Biden "ha empezado a aceptar la idea de que es posible que no pueda ganar en noviembre y que tenga que abandonar la carrera" y el Washington Post afirma que Barack Obama ha pedido en privado que se "replantee" su candidatura.