Donald Trump y  J.D. Vance durante la convención republicana en Milwaukee.

Donald Trump y J.D. Vance durante la convención republicana en Milwaukee. Reuters

EEUU

J.D. Vance, el exmilitar e intelectual de la 'América profunda' que puede impulsar aún más a Trump

De una familia con problemas de drogadicción, soldado en Irak y trumpista desde 2021, después de calificarlo como el "Hitler estadounidense".

16 julio, 2024 14:48
Nueva York

La vida de J.D Vance, el aspirante a vicepresidente elegido por Trump, navega entre las dos realidades de Estados Unidos, entre el esplendor y la decadencia de la primera potencia del mundo. Un bagaje vital con el que a sus 39 años ha moldeado un discurso más extremista que el del expresidente, pero también más articulado. Por eso refuerza su candidatura y podría garantizarle la victoria en estados clave el 5 de noviembre.

Se crió en el Medio Oeste estadounidense y se trasladó a California para trabajar en Silicon Valley; fue desplazado a Irak tras alistarse al ejército y a su regreso se graduó de derecho en la prestigiosa Universidad de Yale; nació en una familia con problemas de drogadicción y plasmó sus memorias en un libro que Hollywood adaptó a la gran pantalla.

Si las estrellas emergentes en política suelen buscar una experiencia vital a la que amarrarse para construir su marca, Vance cuenta con decenas de aristas. Es el representante de las familias obreras del cinturón industrial pero también ha transitado las prestigiosas universidades de la élite de la Ivy League. Incluso es un acérrimo defensor del trumpismo pero solo desde 2021, pues antes llegó a considerar a su nuevo jefe un "Hitler estadounidense".

Si en algo coincide con Trump es en haber conseguido que sus contradicciones nunca entorpezcan su fulgurante ascenso en la política. En un lustro, Vance ha pasado de escritor crítico con el exmandatario a resultar elegido senador por Ohio y reforzar el camino de Trump en su regreso a la Casa Blanca por infinidad de motivos.

Profeta del "Cinturón Industrial"

No se recuerda otro ascenso tan veloz desde el auge de Barack Obama. Y como él, Vance ha sabido convertir sus vivencias personales en una convincente narrativa con atractivo electoral.

El Washington Post desde hace tiempo se refiere a él como "la voz del cinturón de óxido" (Rust Belt), ese conjunto de estados del Medio Oeste estadounidense que no se recupera del proceso de decadencia industrial y cuyos votantes fueron decisivos tanto para la victoria de Donald Trump en 2016 como la de Joe Biden en 2020. En esta región geográfica, en ciudades símbolo del pasado glorioso perdido como Detroit y Cleveland, se juega el partido.

Vance nació en Kentucky, en los Montes Apalaches, pero creció en Ohio educado por su abuela materna. Sus padres, de clase humilde, estaban divorciados y su madre sufría drogadicción. Él entiende la ira de la clase baja blanca estadounidense, la que peyorativamente llaman "white trash" (basura blanca), que se siente apartada, que no encuentra su encaje en la contemporaneidad y milita fervorosamente por Trump.

"Crecí literalmente en una familia en la que mi abuela negociaba con el encargado de los cupones de comida para que los dos pudiéramos tener algo para comer", explicaba hace un mes al New York Times cuando ya sonaba como favorito.

En 2022, en sus primeras elecciones, Vance logró un escaño en el Senado estadounidense en representación de Ohio con el 53% de los votos. En 2020, Trump ganó Ohio también con el 53%, pero perdió en los estados vecinos de Michigan y Pensilvania por unos 100.000 votos, dos territorios que ganó por la mínima en 2016. En Wisconsin fue aún más ajustado: Trump quedó detrás de Biden por 20.000 votos.

JD Vance, nominado por Donald Trump como candidato a vicepresidente, durante un acto en el condado de Delaware (Ohio).

JD Vance, nominado por Donald Trump como candidato a vicepresidente, durante un acto en el condado de Delaware (Ohio). Reuters

Vance puede llevar a la clase obrera a meter de nuevo la papeleta de Trump en las urnas. Él no es un magnate neoyorquino que dice defenderles a pesar de sus excesos, él es uno de los suyos.

Más conservador que Trump

Desde su incursión en política, Vance ha ido extremando su discurso hacia posiciones ultraconservadoras. Si la intención del Partido Republicano es apelar al votante moderado que pedía a otro candidato menos excesivo, en principio su designación no tendría sentido.

Sin embargo, Trump en 2024 está haciendo gala de un tono contenido y se ha ubicado en posiciones más liberales en asuntos como el aborto.

Por ejemplo, el líder republicano ha marcado distancias con el "Proyecto 2025", una agenda ultraconservadora impulsada por sus antiguos asesores que ha generado controversia por sus postulados ultrarreligiosos y empeño en reforzar los poderes del Ejecutivo frente al Congreso y los tribunales.

"Estoy en desacuerdo con algunas de las cosas que dice y algunas son absolutamente ridículas y abismales. Todo lo que hagan les deseo suerte, pero no tengo nada que ver con ellos", escribió el expresidente en su red social Truth.

La semana pasada el Partido Republicano aprobó un nuevo programa electoral que modifica tres puntos presentes en los anteriores: del aborto elimina la intención de promover una prohibición estatal; sobre el matrimonio anula la definición de "unión tradicional entre hombre y mujer"; y de la deuda solo se refiere a "reducir el malgasto de dinero gubernamental".

Donald Trump (i) junto a J.D. Vance (d) su candidato a vicepresidente.

Donald Trump (i) junto a J.D. Vance (d) su candidato a vicepresidente. Reuters

Vance, en cambio, es mucho más duro. Cuando se postuló al Senado, un apartado en su web pedía directamente la "prohibición del aborto", también vincula la inmigración con las drogas y la pérdida de trabajos y considera que el matrimonio es la unión de "un hombre con una mujer". Tampoco acepta la derrota de Trump en 2020.

Su historia personal puede sumar los votos de los estados industriales del norte, mientras que sus posiciones extremas pueden movilizar aún más a los votantes del sur conservador, cuya dinámica política es más identitaria y racial.

Un discurso intelectual

Cuando Trump ganó las elecciones de 2016, el nombre Vance apareció entre aclamaciones en todos los diarios de todo el mundo y fue citado por infinidad de progresistas. Su libro de memorias de juventud, "Hillbilly Elegy," explicaba a la perfección los motivos por los que una región tradicionalmente liberal había claudicado al conservadurismo.

Vance escribió el libro animado por sus profesores mientras estudiaba en la Universidad de Yale, que se codea con Harvard y Columbia como una de las instituciones de más prestigio. Tras graduarse, se desplazó a California para trabajar en una firma de inversión de Silicon Valley.

"Me carcomía preguntarme por qué no había más chavales como yo en lugares como Yale. ¿Por qué no hay más movilidad social en Estados Unidos?", respondió a la agencia de noticias Associated Press en 2016.

Por aquel entonces era una figura fetiche de los medios. Entendía a los votantes de Trump pero se declaraba opuesto a él. En un intercambio de mensajes en Facebook llegó a decir: "Dudo si Trump es un imbécil cínico como Nixon que no sería tan malo (e incluso podría resultar útil) o es el Hitler de Estados Unidos".

En 2021, nadie sabe si por oportunismo o por convicción, de pronto pasó a adorar a Trump, quien olvidó sus críticas anteriores y tras admitir que le "besaba el culo por interés" lo convirtió en su delfín.

Trump, efectista y deslenguado, gana con Vance un perfil más intelectual y complejo. Su rechazo inicial al líder republicano y posterior conversión también puede convencer a otros republicanos dubitativos, a quienes explica el trumpismo con argumentos más elaborados.

Trump escucha un discurso de JD Vance durante un mitin en Youngstown (Ohio).

Trump escucha un discurso de JD Vance durante un mitin en Youngstown (Ohio). Reuters

"No hay vía para una mayoría conservadora que no pase por un replanteamiento de los dogmas económicos de los años noventa y ochenta", dijo en un evento organizado por un lobby en 2023 al ser preguntado por la ruptura con las teorías del libre-mercado y la globalización.

"La política de mi abuela era una especie híbrido entre la socialdemocracia de izquierda y la elevación individual de la derecha, y hay virtud en ambas visiones del mundo", añadió en otra ocasión.

Joven en un combate de viejos

El otro punto fuerte de Vance es obvio. En una lucha entre un Trump de 78 años y un Biden de 81, la juventud de Vance, de 39 años destaca. Es también veinte años más joven que Kamala Harris. No había un candidato tan joven a la vicepresidencia desde Richard Nixon en los años 50.

Desde ahora, se sitúa como favorito a heredar el liderazgo del Partido Republicano en 2028. Ello dependerá de su convivencia con Trump, quien apenas dio competencias a su anterior compañero, Mike Pence. Y es que el cargo de vicepresidente, más allá de asumir la presidencia en casos excepcionales, apenas tiene atribuciones fijas en Estados Unidos. Y Trump no suelta el poder fácilmente.