A Donald Trump no le faltaron votos en el supermartes para definirse como el candidato absoluto del Partido Republicano para las elecciones presidenciales de Estados Unidos el próximo noviembre. Arrasó en 14 de los 15 estados que se disputaban las primarias republicanas, con la única excepción de Vermont. Ante los resultados, su principal contrincante del Grand Old Party, Nikki Haley, ya ha anunciado su retirada de la campaña. Además, durante el miércoles, otras voces del partido no afiliadas a Trump han dado públicamente su respaldo al expresidente.
"Ha llegado el momento de suspender mi campaña", dijo Haley a sus partidarios durante un discurso en Charleston. "No me arrepiento de nada", aseguró, y sostuvo que es probable que Trump fuera el nominado republicano. Aunque no lo respaldó, sí le deseó que consiguiera "ganarse los votos de aquellos de dentro y fuera de nuestro partido que no lo apoyaron. Espero que lo haga".
De seguir en política nacional, la exembajadora de EEUU ante la ONU promete liderar una oposición a Trump dentro de su propio partido. Especialmente en materia internacional: en su discurso de cierre, Haley dijo que Washington ha de luchar por mantener su liderazgo mundial. Para ello, la excandidata insiste en que EEUU mantenga las ayudas a Ucrania para asegurar la victoria sobre Rusia. "Si retrocedemos más, habrá más guerra, no menos", afirmó. Esta postura choca frontalmente con el discurso de Trump, que ha mencionado en distintos momentos de su campaña que dejará de apoyar guerras extranjeras con impuestos de los estadounidenses.
Quien sí ha mostrado su apoyo al ganador del supermartes ha sido el líder de los republicanos del Senado, Mitch McConnell. El miércoles por la mañana, McConnell anunció su respaldo a la candidatura de Trump tras años de una relación tensa y fría. "Está más que claro que el expresidente Trump se ha ganado el apoyo necesario de los votantes republicanos para ser nuestro candidato a la presidencia de Estados Unidos. No debería sorprendernos que cuente con mi apoyo", dijo en un comunicado transmitido por el Washington Post.
Pero la decisión de McConnell, que llega una semana después de anunciar su dimisión como líder de la minoría republicana del Senado, sí sorprende. Su relación con Trump se torció tras las elecciones de 2020, cuando el senador rechazó unirse a la lucha del candidato contra los resultados de los comicios y reconoció que el demócrata Joe Biden había ganado la carrera presidencial. El 6 de enero de 2021, McConnell condenó el asalto al Capitolio y criticó que Trump estuviera entorpeciendo la toma de posesión del actual presidente.
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Desde entonces, los ataques del magnate al líder de los senadores republicanos y su esposa, Elaine Chao, han sido recurrentes por redes sociales. A McConnell se ha referido como el 'Cuervo Fastidiado' (Broken Down Crow), o "hijo de puta", como lo llamó en 2021. A su mujer, Trump la apodó 'Coco Chao' por su ascendencia asiática, según añade el medio capitalino.
La financiación, su mayor rival
Con las primarias de este martes superadas, Trump ahora se enfrenta a su nuevo mayor rival: la financiación del resto de la campaña a la vez que se hace cargo de sus casos abiertos con la Justicia. Los pequeños donantes han ayudado históricamente a impulsar a Trump, pero los cientos de millones de dólares en pagos y honorarios legales a los que tiene que hacer frente le impiden destinar muchos fondos a la carrera presidencial.
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Las trabas con la Justicia han causado que varios donantes históricos de Trump se hayan vuelto reacios a apoyar la campaña del republicano a la presidencia, ya que muchos temen que el dinero que envíen se destine a pagar honorarios legales. Tras la retirada de Haley, algunos antiguos donantes de la excandidata republicana han empezado a donar a Trump. Pero otros invertirán en campañas para el Congreso u optarán por votarle sin donar, según han contado a Reuters varios recaudadores de fondos. El multimillonario Elon Musk, propietario de Tesla, anunció este miércoles que no donará dinero ni a Trump ni a Biden en las elecciones de este año.
En enero, Trump se quedó aún más rezagado respecto a Biden en cuanto a recaudación de fondos. Las reservas de efectivo de Trump cayeron a poco más de 30 millones de dólares, mientras que el líder demócrata dijo que su campaña terminó enero con unos 56 millones de dólares en efectivo.