Donald Trump volverá a ser el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos en las elecciones de este 2024. Nikki Haley, rival del expresidente Trump en las primarias del partido, anunció este miércoles que abandona la carrera presidencial tras los resultados del Supermartes.
"Ha llegado el momento de suspender mi campaña. No me arrepiento de nada", afirmó Haley en una rueda de prensa celebrada en Charleston, Carolina del Sur. "Ahora le toca a Donald Trump ganarse los votos de los que están en nuestro partido y más allá de él. Y espero que lo haga", añadió sin mostrar un apoyo explícito a su contrincante en las primarias republicanas.
Basándose en su experiencia en política exterior en las Naciones Unidas, Haley indicó también la necesidad de mantener el liderazgo de Estados Unidos en el mundo. A lo largo de su campaña, la exembajadora ante la ONU afirmó que EEUU debe ayudar a Ucrania a defenderse de la agresión rusa, una postura contraria a la de Trump. "Si retrocedemos más, habrá más guerra, no menos", incidió durante la rueda de prensa.
Trump ha arrasado en 14 de los 15 estados donde se votaba este martes, consiguiendo más de 900 delegados y acercándose a los 1.215 necesarios para ser candidato. Haley tan solo tiene 53 delegados.
La que fue embajadora de Estados Unidos en la ONU sólo ha conseguido imponerse a Trump en el estado de Vermont y el Distrito de Columbia. Antes de las primarias de Carolina del Sur en febrero, Haley prometió permanecer en la carrera presidencial hasta el Supermartes.
"Hasta que la última persona vote, porque creo que en un Estados Unidos mejor y un país más brillante", dijo entonces la aspirante republicana. Está previsto que este miércoles explique su retirada y valore sus resultados de Supermartes.
Trump se hizo este Supermartes con las dos grandes cestas de delegados: la mayoría de los 161 delegados de Texas, al obtener el 78% de los votos, y con los 169 de California, con más del 70% del escrutinio.
En otros estados del sur Trump mantuvo unos márgenes abismales, con el 84% de Alabama o el 77% de Arkansas, mientras que en estados clave en noviembre como Virginia (63%), Carolina del Norte (75%) o Minnesota (68%), marca un dominio entre los conservadores de Estados Unidos inédito en décadas.