Joe Biden prometió dar marcha atrás en la política migratoria de Donald Trump, pero las organizaciones establecidas por la anterior administración no se lo están poniendo fácil. Esta misma semana se han deportado a más de 20 niños, entre ellos un bebé de dos meses a Haití. Más de 72 personas han sido deportadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (Ice), en una aparente violación flagrante de las órdenes de la administración Biden solo para expulsar a los presuntos terroristas y a los delincuentes potencialmente peligrosos ya condenados.
Los niños fueron deportados a Haití este lunes en dos vuelos fletados por Ice desde Laredo, Texas, a la capital de Haití, Puerto Príncipe. La deportación de niños vulnerables a Haití ha despertado un gran malestar político.
Ice enfrenta un creciente coro de denuncias por ser una “agencia deshonesta” al negarse a cumplir con las nuevas pautas establecidas por Biden y su secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas. La administración entrante ordenó una moratoria de 100 días en todas las deportaciones, que fue bloqueada temporalmente por un juez en Texas.
Sin embargo, la orden de restricción del juez dejó en vigor las nuevas pautas que estipulan que solo los casos de inmigración más graves deben estar sujetos a deportación. El viernes pasado, la administración pareció ganar ventaja en su intento de controlar a Ice cuando se suspendieron los vuelos de deportación a Haití. Pero el lunes la agencia de inmigración se reafirmó nuevamente con los vuelos a Puerto Príncipe, donde viajaban niños y bebés.
Los activistas de derechos humanos están consternados por las deportaciones, que se parecen mucho a la línea dura establecida por Donald Trump. "Es inconcebible para nosotros, como país, continuar con las mismas políticas draconianas y crueles que siguió la administración Trump", dijo Guerline Jozef, directora ejecutiva del grupo de apoyo a la inmigración Haitian Bridge Alliance. "No sé qué está pasando entre Ice y la administración Biden, pero sabemos lo que se debe hacer: las deportaciones deben detenerse".
Los asesores de inmigración están especialmente preocupados por la seguridad de los niños, una vez que están siendo devueltos a un país que está envuelto en una agitación política que va en aumento. El presidente haitiano, Jovenel Moïse, se niega a escuchar los llamamientos de la oposición para que dimita en una disputa sobre el final de su mandato; sus detractores dicen que debería haber dejado el cargo el 7 de febrero.