Nayib Bukele no tiene rival. El actual presidente de El Salvador, conocido por su política de súper mano dura contra las pandillas, busca la reelección. Y lo hace con el camino prácticamente despejado, a pesar de que son varias las polémicas que le persiguen y aún más las acusaciones por violar los derechos humanos durante su gobierno.
Este domingo 4 de febrero de 2024 se celebran comicios presidenciales y legislativos en el país más pequeño de Centroamérica, que se encuentra bajo régimen de excepción desde 2022, un estado que suspende garantías constitucionales, como el derecho a la defensa jurídica o a ser informado de los motivos de una detención. Esta medida, que decretó con el objetivo de combatir a las maras -el Ejecutivo dice haber encarcelado a más de 100.000 pandilleros en los últimos años- le ha granjeado una gran popularidad.
Todas las encuestas destilan un apoyo masivo al outsider que con su opción Nuevas Ideas (NI) acabó en 2019 con el bipartidismo del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y el partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), las dos principales formaciones políticas desde el fin de la guerra civil en los años 90. Actualmente el
[Los 65.000 presos de Bukele o el debate en El Salvador: "Los ciudadanos prefieren paz a derechos"]
Contra la Constitución
Son más de 5,5 millones de ciudadanos los convocados a participar en los comicios, en los que, de ganar, Bukele sería el primero en repetir en el cargo a pesar de que la Constitución no permite la reelección inmediata. El último antecedente de un presidente que buscó la reelección inmediata en El Salvador se dio bajo la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez, quien gobernó entre 1931 y 1944.
Así, si el actual mandatario vuelve a presentarse a las elecciones se debe a que ha realizado una serie de cambios en las reglas del proceso electoral previo. El camino se abrió en 2021, cuando la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema, que había sido nombrada por el Congreso de mayoría opositora sin seguir el procedimiento legal, cambió un criterio de interpretación de la Constitución.
El último antecedente de un presidente que buscó la reelección inmediata en El Salvador se dio bajo la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez, quien gobernó entre 1931 y 1944, recuerda la agencia Efe.
El estado de excepción
Bukele ha llamado a los salvadoreños a votar por él y por su partido para continuar la "guerra contra las pandillas", con la implementación de un polémico régimen de excepción que violenta derechos, según varias organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional.
El Congreso de El Salvador, de amplia mayoría oficialista, aprobó el pasado 9 de enero la vigésima segunda ampliación de la medida, que suspende garantías constitucionales y que está vigente desde marzo de 2022 tras una escalada de homicidios atribuido a las pandillas o maras.
Dicha medida, que se ha convertido en la única acción de seguridad contra las pandillas, ha consolidado la popularidad de Bukele entre la población, sobre todo entre las personas que habitan en barrios y comunidades populosas históricamente golpeadas por el accionar de las maras.