Tim Scott, el único republicano negro en el Senado de Estados Unidos, dio el lunes el pistoletazo de salida formal a su campaña presidencial de 2024, apostando a que su mensaje optimista -se presenta bajo el lema 'Faith in America' ('Fe en América')- tendrá calado en un partido en el que muchos votantes siguen apoyando firmemente al expresidente Donald Trump a pesar de sus recientes escándalos judiciales.
En un discurso a sus partidarios en su ciudad natal de North Charleston, Carolina del Sur (estado por el que es senador), Scott, de 57 años, se apoyó en gran medida en su experiencia personal como hijo de una madre soltera y pobre como prueba de que Estados Unidos sigue siendo un país de oportunidades.
Scott hizo hincapié en los progresos que Estados Unidos ha realizado en cuestiones raciales en las últimas décadas, proclamando -como suele hacer- que Estados Unidos no es un país racista, aunque cree que "el racismo es real y está vivo". Por su parte, atacó a los demócratas por intentar avivar la división racial en beneficio partidista.
"Joe Biden y la izquierda radical están atacando cada peldaño de la escalera que me ayudó a subir", dijo. "Y por eso anuncio hoy que me presento a la presidencia de los Estados Unidos de América".
Disputa con Trump
Las disputas de Scott con Trump a cuenta del racismo comenzaron hace más de un lustro. En agosto de 2017, cuando colectivos de extrema derecha se manifestaron en Charlottesville (Virginia) para protestar por la retirada de la estatua de un general confederado, Scott reprochó a Trump su falta de contundencia en contra de tales manifestaciones: el entonces presidente dijo que "había buena gente en ambos lados". "El racismo es real. Está vivo. Esto me molesta", contestó Scott.
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"La autoridad moral de Trump ha quedado en entredicho. De cara al futuro, va a ser muy difícil para este presidente liderar si, de hecho, su autoridad moral sigue comprometida. Lo que el presidente debería hacer antes de decir algo es sentarse y conocer mejor, tener una conexión personal con la dolorosa historia de racismo e intolerancia de este país", criticó Scott.
"Sería fantástico que se sentara con un grupo de personas que soportaron el dolor de los años sesenta... la humillación de los años cincuenta y sesenta. Sería una oportunidad para que conociera mejor la historia de tantas personas, desde John Lewis hasta mi madre y tantos otros, que han pasado por las partes dolorosas de la historia de este país", añadió.
Tras escuchar sus críticas, Trump pidió a Scott que se reuniera con él en la Casa Blanca para escuchar su punto de vista sobre la cuestión del racismo. El senador aceptó y mantuvieron una conversación de alrededor de 40 minutos donde, a pesar de que Trump parecía abierto a cambiar de idea, no alcanzaron un acuerdo.
Scott le contó a Trump las historias de su abuelo y de su madre, y los problemas que había enfrentado en su infancia. También le expresó cuánto le molestaba que algunas personas pensasen que el viaje contra el racismo ya había acabado.
"Hay tanta gente de color, jóvenes y mayores, que están sufriendo, que han pasado toda su vida sin sentirse valorados o siquiera vistos. Aunque hemos llegado tan lejos como nación, cualquier comentario que pudiera interpretarse siquiera ligeramente como positivo hacia los supremacistas blancos está mal", le dijo a la cara.
Trump aceptó que sus comentarios podrían haber sido hirientes y escuchó el plan de Scott para luchar contra el racismo, un plan "que traería una inversión privada seria a los vecindarios de bajos ingresos, a las 'zonas de oportunidad'". Fue esta la parte del discurso de Scott que atrajo a Trump: la económica.
"Sí, señor, la gente siempre habla de que Estados Unidos es la tierra de las oportunidades, pero para mí la pregunta más importante siempre ha sido: ¿esas oportunidades están disponibles para todos los estadounidenses sin importar dónde vivan? Y no creo que lo estén, señor presidente", matizó Scott.
Sin embargo, las conversaciones entre senador y presidente no acabaron llegando a buen puerto. "Él no cambió su perspectiva. Ciertamente, yo no puedo cambiar la mía. El mío está educado por mi experiencia", recordó Scott en la CNN.
Lo cierto es que, a pesar de que Trump le prometió que "terminaremos con esto", sus actos y declaraciones posteriores demostraron que el ahora rival republicano de Scott por la presidencia no aprendió nada.
En la campaña de 2020, en un debate con Joe Biden, Trump volvió a no condenar a los supremacistas blancos, y Scott se mostró tajante: "El presidente se equivocó y debe corregirlo. Si no lo hace, supongo que no se equivocó al hablar".
Carrera presidencial
Con sólo un 1% de apoyo entre los republicanos registrados, según el sondeo de Reuters/Ipsos, Scott se enfrenta a una ardua batalla en su intento de ganar la nominación republicana para enfrentarse al presidente demócrata Joe Biden el año que viene.
Un 49% de los republicanos tiene previsto votar a Trump, según el sondeo de Reuters/Ipsos. El rival más cercano de Trump, el gobernador de Florida Ron DeSantis, saltará a la carrera en los próximos días, según fuentes conocedoras de sus planes.
Pero Scott es el favorito entre los donantes y sus colegas legisladores. John Thune, el republicano número 2 en el Senado de Estados Unidos, presentó a Scott el lunes, mientras que el cofundador de Oracle Larry Ellison, un importante respaldo, también asistió. Por su parte, Elon Musk, consejero delegado de Tesla, ha retuiteado en dos ocasiones materiales de la cuenta de Twitter de la campaña de Scott en los últimos días.
Scott también es popular en Carolina del Sur, que desempeña un papel clave en la carrera republicana. Este estado del Sur profundo es el tercero del país en el que se celebra la competición por la nominación republicana en la batalla estado por estado para determinar el candidato presidencial.
Para ganar el estado, tendrá que enfrentarse directamente a Nikki Haley, una ex gobernadora de Carolina del Sur que se lanzó al ruedo en febrero, y que también goza de una amplia popularidad entre los votantes del estado.
Sueño americano
El senador destaca en parte por su implacable optimismo y sus llamamientos a la unidad, que se hicieron patentes durante su discurso. A menudo señala su propia educación empobrecida como prueba de que Estados Unidos sigue siendo una tierra de oportunidades.
"Estados Unidos es la ciudad sobre la colina. Somos el faro en medio de la oscuridad", dijo. Aún así, está por ver si un número significativo de republicanos encuentra atractivo su mensaje.
Muchos republicanos parecen ansiosos por librar una dura batalla con los demócratas en estas elecciones. Esto es especialmente cierto después de que la fiscalía de Nueva York acusara a Trump en marzo de falsificar documentos para encubrir el pago de un soborno a una actriz porno. La mayoría de los republicanos consideran que esas acusaciones tienen una motivación política.
Scott no rehuyó del todo la retórica de confrontación, diciendo que bajo Biden, Estados Unidos era una "nación en decadencia". En particular, no mencionó a Trump, pero dijo que el candidato republicano tendría que ser elegible. "Necesitamos un presidente que persuada no sólo a nuestros amigos y a nuestra base", dijo Scott.
Trump, por su parte, aprovechó el lanzamiento para arremeter contra DeSantis, su principal rival. "Buena suerte al senador Tim Scott al entrar en la carrera de las primarias presidenciales republicanas", escribió Trump en su plataforma de redes sociales Truth Social. "Se está cargando rápidamente con mucha gente, y Tim es un gran paso adelante con respecto a Ron DeSantis, que es totalmente inelegible".