Para la periodista y escritora E. Jean Carroll, de 79 años, es una cuestión de "hacer justicia". Si ha decidido llevar a juicio al expresidente Donald Trump por haberla violado hace 30 años -y, posteriormente, difamado- es para "limpiar su nombre, buscar justicia y recuperar su vida". Esto es lo que defendió el martes su abogada Shawn Crowley el martes ante el juez Lewis Kaplan, mientras que el letrado de Trump atacó la credibilidad del relato.
Carroll, que a diferencia de Trump sí acudió a la primera sesión del juicio, denunció en 2019, siendo Trump presidente, que 25 años atrás, cuando era un poderoso empresario, la acorraló en el probador de unos grandes almacenes de la 5ª Avenida de Nueva York y la violó. En algunas ocasiones ha dicho que no ha vuelto a tener relaciones sexuales desde su violación.
"En cuanto estuvieron dentro, todo cambió. De repente, ya no era divertido. Donald Trump empujó a la Sra. Carroll contra la pared. Apretó sus labios contra los de ella. Y aunque ella luchó para zafarse, no pudo. Trump le doblaba casi en tamaño; la agarró el brazo, le bajo las medias y la violó", relató.
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Carroll contó en aquel momento los hechos a dos amigas -llamadas a testificar en el caso-, pero no denunció ante la policía. Una le aconsejó que sí lo hiciese, la otra le dijo que se callara porque se trataba de un hombre muy poderoso. "En su mente, durante muchos años, pensó que lo que le había sucedido era su culpa", dijo Crowley, que señaló que si no denunció antes fue por "miedo y vergüenza".
Joe Tacopina, abogado al que Trump ha hecho famoso a fuerza de darle numerosos y mediáticos casos, puso en duda incluso los detalles de aquellos hechos, aludiendo a que la violación duró tres minutos, e interpeló al jurado: "Si yo me callo durante tres minutos, ustedes comprobarían lo largos que se hacen (...) Jean Carroll no puede presentar pruebas en apoyo a su denuncia porque nunca sucedió", dijo.
Ataques a Carroll
Como ya estaba previsto y a diferencia de Carroll, Trump no se presentó en esta primera sesión en la que se eligió, entre un grupo de 100 personas, a un jurado de seis hombres y tres mujeres. Por orden del juez Kaplan, deben permanecer en el anonimato. El juez les recomendó no referirse, ni siquiera entre ellos, con sus verdaderos nombres, así como no revelar a sus familiares cuál es el juicio en el que participan.
Antes de la selección, Kaplan les preguntó si veían posible dejar a un lado su ideología política y opiniones sobre el MeToo para enfrentarse al caso de manera imparcial. También se les preguntó si apoyaban a Antifa, Jane's Revenge, Redneck Revolt, el Ku Klux Klan u otros grupos extremistas.
Sorprendentemente, ninguna de estas personas dijo seguir en redes sociales a Trump o Carroll. Tampoco habían leído sus libros o artículos en prensa. La mitad, eso sí, admitió haber visto el programa de televisión The Apprentice que presentaba Trump antes de ser presidente.
El abogado Tacopina, que descartó que Trump vaya a asistir en todo el juicio (el juez le permitió escoger no hacerlo), aseguró que a Carroll le mueven intereses políticos y monetarios: "Es una de esas personas con una tendencia política. Personas con un motivo financiero. Y, también, personas que quieren estar bajo la luz de los focos. Son quienes inventarían una historia enfermiza como esta".
"La gente tiene sentimientos muy radicales con respecto a Trump, de un modo u otro. No pasa nada por sentirte como te sientas. Puedes odias a Donald Trump, de acuerdo. Pero, si nadie está por encima de la ley, nadie está por debajo de la ley", argumentó, e insistió en que las amigas de Carroll "odian a Donald Trump".
Tacopina añadió otro detalle: recordó que Carroll era una escritora y que tenía un diario personal, pero "nunca escribió en su diario haber sido supuestamente violada por Donald Trump".
Argumentos de Carroll
Antes de Tacopina, había tomado la palabra la abogada Shawn Crowley, que trató de adelantarse a los previsibles argumentos de la defensa. Crowley comenzó describiendo gráficamente el momento en que Trump y Carroll se encontraron en la puerta de unos grandes almacenes y cómo él la convenció de acompañarla al probador para, supuestamente, que se probara una prenda que él iba a regalar a una amiga.
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"Para ella, la situación era inofensiva y divertida. La verdad es que ella no vio a Trump como una amenaza", dijo Crowley. "Pero lo que siguió no fue una charla de vestuario", continuó Crowley, ironizando con la explicación dada por Trump en ese momento.
"¿Por qué no lo denunció entonces? Porque su amiga Carol Martin le sugirió callarse. Según ella, Trump era un hombre demasiado poderoso que disponía de cientos de abogados capaces de enterrarla si se atrevía a denunciarlo", siguió.
Aunque es el primer juicio contra Trump por violación, la denuncia de Carroll se une a otros relatos similares que, a lo largo de los años, han hecho públicos decenas de mujeres. "En realidad es lo que le hizo a la señora Carroll y a otras mujeres", dijo Crowley en relación a esto.
Crowley afirmó que "esto no es un caso de 'él dijo esto, y ella lo otro', como demuestra el hecho de que haya dos mujeres cuyo testimonio coincidente probará los hechos".
Denuncia por difamación
Al dar a conocer la denuncia por violación, Trump descalificó a Carroll alegando que ella no era su "tipo", que todo aquello era "una broma y una mentira" y que lo que ella buscaba era fama gratuita para promocionar un libro, entre otras afirmaciones que motivaron la denuncia de Carroll por difamación.
Respecto a esas declaraciones que Trump utilizó para negar cualquier relación con Carroll, la abogada se dirigió al jurado y dijo que "todos sabemos lo que significa eso: que era demasiado fea para violarla".
No obstante, Crowley también quiso desmentir eso y aseguró que Trump dijo en una ocasión que había confundido a Carroll con su exmujer Marla Maples, "de lo que ustedes pueden entender que Carroll era exactamente su tipo" de mujer.
El proceso se lleva a cabo por vía civil, por lo que el expresidente no se enfrenta a una posible pena de cárcel, pero sí podría verse obligado a pagar una importante indemnización si es hallado culpable.