El líder progresista Luiz Inácio Lula da Silva regresa al Palacio de Planalto tras hacer historia. Nadie ha ganado nunca unas elecciones brasileñas con tantos votos (60 millones) ni con una diferencia tan minúscula. Lula ha derrotado por la mínima al presidente Jair Bolsonaro. Con el 99,9% escrutado, ha conseguido el 50,9% de los votos frente a un 49,1% de su rival.
El líder ultraderechista lideró en la primera parte del recuento; llegó a tener una ventaja de 14 puntos porcentuales y sólo fue superado por su rival a partir del 67% del escrutinio, cuando comenzaron a ser contabilizados los votos de las pequeñas ciudades y de las regiones periféricas.
De la misma forma, en la primera vuelta, Lula, señalado por los sondeos como el favorito, se mantuvo gran parte del escrutinio en el segundo lugar y tan sólo pasó a liderar cuando el porcentaje de votos contabilizados superó el 70%.
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El dirigente progresista venció en la primera vuelta, el 2 de octubre pasado, con el 48,4% de los votos válidos, pero, como no obtuvo más de la mitad de los sufragios, tuvo que medirse este domingo con el líder ultraderechista, que recibió el 45,2%. El vencedor asumirá el mandato el 1 de enero próximo.
"Intentaron enterrarme vivo y aquí estoy"
Consciente de lo ajustado de su victoria, en sus primeras palabras tras el resultado electoral, desde un hotel de São Paulo, Lula ha querido subrayar su voluntad de gobernar para todo el país. “Gobernaré para 215 millones de brasileños. No hay dos Brasil, hay un solo país, un único pueblo, una gran nación”, ha proclamado. También ha enfatizado lo que representa su vuelta al poder: “Me considero un ciudadano que ha vivido un proceso de resurrección. Intentaron enterrarme vivo y aquí estoy”.
Con su regreso, Lula considera que se revitaliza la democracia en Brasil. “No es una victoria mía, ni del PT, ni de los partidos que me han apoyado, es la victoria de un gran movimiento democrático por encima de partidos, de intereses personales...”, ha señalado. Su prioridad, la misma que en 2003: “Nuestro compromiso más urgente es acabar otra vez con el hambre”. Poco después de certificarse el triunfo, una multitud tomó la avenida Paulista, la principal arteria de São Paulo.
Tensión y polémica
La jornada electoral, al igual que el conjunto de la campaña, ha transcurrido inmersa en una intensa polémica hasta que se han cerrado los centros electorales. El Partido de los Trabajadores ha denunciado la inmovilización de algunos autocares que transportaban votantes a los colegios electorales en zonas que suelen ser favorables a Lula.
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El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, ha tenido que salir a desmentir esta denuncia y ha asegurado que todos los ciudadanos han podido ejercer su derecho al voto. El TSE ha descartado aumentar el plazo para poder votar a pesar de las reiteradas peticiones del bloque de izquierdas.
Otro de los hechos que han tenido lugar estos días y que dan muestra de la división que vive el país fue el incidente que tuvo lugar este sábado entre la diputada brasileña Carla Zambelli, aliada muy próxima del presidente Jair Bolsonaro, y un periodista en las calles de Sao Paulo. Esta le apuntó con una pistola a pesar de estar prohibida la posesión de armas en vía pública en vísperas de unos comicios.
Qué se decide
En estos comicios 156,4 millones de brasileños estaban convocados para elegir presidente y 12 de los 27 gobernadores del país.
Los colegios cerraron oficialmente a las 17.00 hora local (las 21.00 hora peninsular española), aunque las votaciones podrán continuar más allá de ese horario en los centros donde haya colas de electores, que en esta ocasión han sido menores que en la primera vuelta.
El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, indicó en una rueda de prensa, en Brasilia, que los resultados serán divulgados al final de este mismo domingo.
Durante la jornada proliferaron relatos en redes sociales denunciando la presencia de retenes policiales en diversas carreteras del país que estarían obstaculizando a los votantes ejercer su derecho, tal y como ha informado Efe.
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Según la campaña de Lula, esos controles ocurrieron sobre todo en la región noreste, histórico granero de votos del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, motivo por el cual llegó a pedir la detención del director de la Policía Federal de Carreteras, Silvinei Vasques.
De Moraes informó después que Vasques le explicó que esos retenes, que según datos obtenidos por el diario Folha de Sao Paulo se han incrementado un 70% con respecto a la primera vuelta, estaban justificados teniendo en cuenta el Código de Tránsito Brasileño.
"En algunos casos retrasó la llegada de los electores, pero en ningún caso les impidió llegar a las secciones electorales", subrayó De Moraes, también magistrado de la Corte Suprema.
No obstante, matizó que investigarán "si hubo desvío de finalidad o abuso de poder" en la puesta en marcha de esas acciones de la Policía Federal de Carreteras, que, según Folha de Sao Paulo, superaron las 500.