"Armado para el otro mundo": entierran a un delincuente ecuatoriano con un arsenal de pistolas

Ecuador sigue asombrando con escenas impensables hace unos años. Este país latinoamericano ha entrado en los noticieros de todo el mundo por el crecimiento de la peligrosidad. No es nuevo: ya el año pasado hubo toques de queda en alguna ciudad por atentados perpetrados por pandillas. Y el número de muertos ha ido aumentado paulatinamente.

La muestra más salvaje ha sido el asesinato, a plena luz del día y después de un mitin, de Fernando Villavicencio, candidato a la presidencia. Las elecciones del 20 de agosto se celebraron con chalecos antibalas y con la exposición palpable del problema que existe en esta nación, hasta hace poco considerada tranquila. Lo que antes era habitual en el triángulo centroamericano de Guatemala, El Salvador y Honduras, o en países como Colombia o México, ahora ha llegado a Ecuador: los incipientes grupos criminales luchan por mantener su territorio.

Imágenes como las de esas latitudes, donde se venera a los delincuentes, han llegado a Ecuador. En las últimas horas se han propagado en redes vídeos y fotos de la celebración de un funeral a un líder de una pandilla de Mocache, al sur del país. Al sujeto, identificado como Julián Sevillano, de 39 años, se le despidió de una manera muy peculiar. "Armado para el otro mundo", reseñaban algunos testigos.

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De acuerdo con medios locales, los hechos ocurrieron "a plena luz del día, la tarde del 13 de septiembre, en un negocio comercial". Los asesinos dispararon repetidamente al cuerpo del hombre, que estaba a lado de su hija de solo 14 años, según medios locales. "La joven que resultó herida severamente producto del ataque armado, fue llevada de urgencia a un hospital de Quevedo, en Ecuador, donde confirmaron su deceso", apuntaron. Al parecer, Sevillano tenía antecedentes penales por asesinato.

Hasta el momento, la grabación del velorio suma más de 500.000 reproducciones en Twitter, donde se pueden leer mensajes como "lo ven, Ecuador ya se parece a México. Con todo respeto, pero es así…" o "apología del delito, potencialmente ilegal", "un funeral y 17 personas grabando el muerto… que poco respeto. Que bueno, debió ser una mala persona así que no pasa nada" o "si tiran una granada ahí, no se pierde nada bueno".

Las razones de este aumento de la criminalidad en Ecuador está directamente relacionada con la inclusión en las rutas regionales del narcotráfico. En las grandes ciudades y los principales puertos, la situación se ha tornado insostenible: en Guayaquil, los asesinatos han subido un 65% en los primeros meses de 2023 respecto al mismo período el año pasado. Esta ciudad costera ya ha superado en peligrosidad a la mexicana Ciudad Juárez.

Y no queda en la calle. El pasado 23 de julio, por ejemplo, un motín de presos en el mayor centro penitenciario de Guayaquil dejó 31 muertos y una docena de heridos. Con ellos, el número de reos muertos desde 2021 en las cárceles de Ecuador alcanza los 500. La reyerta forzó a dimitir al director del sistema penitenciario del país este mes.

En la ruta del narcotráfico

El incremento de la inseguridad en Ecuador lo explica el nuevo rol que el país ha adoptado en el trasiego de drogas por vía marítima y terrestre. El auge de la producción en Colombia desde 2015, cuando se prohibió la fumigación aérea de los cultivos, ha causado que, en los últimos años, "gran parte de la droga ha pasado a través de Ecuador debido a su frontera porosa y a la débil seguridad portuaria". Hoy, la situación es tal que gran parte de "la cocaína que sale de Colombia pasa por Ecuador", según Antoine Vella, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.