En respuesta al "incremento excepcional de flujos migratorios" que, alega la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, han llegado por las rutas del Mediterráneo, su Consejo de Ministros se vio en situación de decretar el estado de emergencia migratorio a fin de poder "derogar algunas normas del ordenamiento vigente".
Ello permitirá aumentar las estructuras habilitadas para repatriar migrantes o disuadirlos para que no tomen tierra el país de la bota. Un volantazo que no se esperaba Bruselas y que podría costarle un expediente sancionador por primar la ley italiana sobre la legislación europea.
La medida llega pocos días después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reuniera con Giorgia Meloni para exhibir sintonía en las preocupaciones que comparten España e Italia como Estados miembros del sur de Europa, pero Italia parece haber adelantado por la derecha a España. Solo en los primeros tres meses del año más de 30.000 migrantes arribaron a costas italianas, casi cuatro veces más que las cerca de 8.000 de 2022.
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En una declaración, el Consejo de Ministros señaló el problema de hacinamientos que se está produciendo en los centros de primera acogida, en referencia especialmente a Lampedusa, la isla al sur de Italia donde se espera que lleguen miles de migrantes en los próximos meses.
¿Qué es el estado de emergencia migratorio en Italia?
Este marco legal permite la toma de decisiones de forma urgentes, reduciendo los procedimientos y los controles que limitan las arbitrariedades propias de la concentración del poder político. Con el estado de emergencia migratorio el Gobierno prevé construir nuevas instalaciones adecuadas a las necesidades de acogida, reforzar las labores de reconocimiento y repatriación de aquellos migrantes que no cumplen los requisitos parapermanecer en suelo italiano.
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Además, según recoge el medio italiano La Repubblica, se designará a un comisario delegado encargado de encontrar camas para los migrantes y abrir nuevos Centros Permanentes para la Repatriación (CPR). Estos centros de detención administrativa, identificación y repatriación trajeron mucho debate durante la última campaña electoral europea pese a que se remontan a 1998.
La migración por las rutas del Mediterráneo se incrementa durante los meses de verano. Se teme que el estado de emergencia migratorio en Italia disuada a los migrantes de cambiar el rumbo, pudiendo dirigirse a la ruta oriental, hacia Grecia, o la occidental, hacia la Península, Baleares, Ceuta o Melilla.
La frontera sur: en el punto de mira
La ONG Accem, especializada en atención a migrantes, ha manifestado su preocupación en un comunicado en el que recuerda la obligación ética y el compromiso con los derechos humanos que requiere cualquier política migratoria.
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Se refiere a los episodios de los últimos años, en que Italia ha impedido el atraque de embarcaciones de rescate, pidiendo que dispongan puertos seguros donde la asistencia humanitaria esté garantizada. También ha llamado la atención sobre el uso del lenguaje defensivo y la creación de una alarma social que podrían devenir en un recorte de los derechos de las personas migrantes y refugiadas.
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El principio de no devolución está impuesto por la Convención de Ginebra del Estatuto del Refugiado, suscrita por todos los socios de la UE y que los interpela a no repatriar a personas a países donde su vida corre peligro. Desde Accem temen que el Gobierno italiano acelere la repatriación de personas especialmente vulnerables, erosionando este principio básico.