Rusia cuenta por centenares los reclutas movilizados muertos antes de llegar a Ucrania
Muchos fallecieron directamente en los entrenamientos. Otros por problemas relacionados con el alcohol, las drogas o por el suicidio.
3 noviembre, 2022 03:00A finales de septiembre, el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció una movilización militar parcial de 300.000 reservistas para iniciar una nueva campaña estratégica en Ucrania. El llamamiento provocó que muchos rusos huyeran del país, colapsando carreteras y agotando billetes de trenes y avión.
Un mes después del anuncio, el medio Novaya Gazeta afirma que uno de cada cinco de esos reservistas ha fallecido en combate. Según el portal, creado tras el cierre del homónimo medio en Rusia, la mayoría de los fallecidos provienen de la región rusa de los Urales.
Pese a que el medio afirma que no maneja datos completos de cuántos soldados podrían haber fallecido, cifra en más de 100 los muertos que pertenecen a los reservistas que Putin ha enviado a territorio ucraniano. De ellos, 23 murieron durante los entrenamientos y muchos otros lo hicieron por problemas relacionados con el alcohol, las drogas, el suicidio u otros accidentes.
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Los cálculos de Novaya Gazeta únicamente incluyen las muertes confirmadas por el Ministerio de Defensa de Rusia, por lo que las estimaciones de soldados fallecidos en combate, y fuera de él, podrían ser mayores. La edad media de los soldados fallecidos es de 34 años.
El pasado 28 de octubre, Rusia dio por finalizada la movilización. Del número inicial estimado, 82.000 soldados ya se encontraban la semana pasada en la zona de la "operación especial militar", según confirmó el propio Ministerio de Defensa ruso.
10 años de cárcel
Las amenazas, y deseos, de Putin son implacables. Tanto es así que los 300.000 reservistas debían ir a la guerra de forma obligatoria bajo la amenaza de una pena de hasta 10 años de cárcel.
Sólo se les permitía abandonar o no acudir al frente por motivos de salud previo informe médico. También si alcanzaban la edad máxima para servir en el Ejército.
Putin admitió en su momento "errores" en la movilización, que van desde el reclutamiento de padres de familia numerosa, personal sanitario, discapacitados y personas enfermas, así como hombres que no cumplieron el servicio militar, uno de los requisitos contemplados en el decreto presidencial.
Otra de las polémicas se produjo la semana pasada, en la que salieron filtraciones que afirmaban que el Kremlin reclutaba a enfermos de VIH y hepatitis C, y les señalaba con una pulsera para mandarlos directamente al frente.
La campaña militar se extiende
En el terreno de batalla, Ucrania se prepara para "el invierno más difícil de nuestra historia", tal y como ha afirmado recientemente su presidente, Volodímir Zelenski. Después de varias semanas duras de ataques rusos masivos sobre Kiev y sobre las infraestructuras energéticas, los ucranianos han sido testigos de cómo los bombardeos del Kremlin han acabado con el 40% de las infraestructuras energéticas del país.
El Ejército ruso busca afianzarse en sus posiciones actuales, donde se limita a repeler los ataques ucranianos, y ha constreñido sus acciones ofensivas a la región de Donetsk, en el este de Ucrania, mientras espera la llegada del invierno, época más propicia para el movimiento de tanques y blindados que el lluvioso otoño.
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A su vez, las fuerzas rusas han comenzado a minar las costas del río Dniéper y a fortificar la ciudad de Jersón, además de ampliar la zona de evacuación de civiles en preparación de una eventual gran ofensiva ucraniana, un hecho que dificulta de momento una avance exitoso en esa dirección, dándole tiempo adicional a Rusia.
Por otra parte, Putin ha dejado claro que no está dispuesto aún a negociar un alto el fuego con Ucrania. "Vamos a esperar. Puede que (los ucranianos) maduren bajo determinadas condiciones" para poner fin a la guerra, afirmó este lunes, evidenciando así que Rusia no tiene ningún apuro.