Hasta ahora el príncipe Andrés, el tercer hijo de la reina Isabel II, había sido uno de los apestados políticos en las ceremonias del velatorio por la muerte de su madre. Pese a ser uno de sus hijos favoritos, según se dice, el duque de York no ha podido vestir de uniforme militar en la mayoría de los actos puesto que fue apartado de la Casa Real cuando fue acusado de abusos sexuales a una menor. Sólo lo ha hecho en el funeral en Westminster Hall por expreso deseo de su hermano.
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De hecho, uno de los momentos más tensos en las exequias se vivió cuando un joven escocés le gritó varias veces durante el traslado de los restos mortales de Isabel II a la Iglesia de St. Giles, el pasado 12 de septiembre, "viejo enfermo". El joven fue detenido y Andrés siguió caminando dentro de la comitiva, junto con sus tres hermanos.
Ahora, el ojito derecho de Isabel II ha querido romper su silencio para rendir homenaje a su madre y para mostrar sus respetos a su hermano, el rey Carlos III, que no ha querido hacer leña del árbol caído ni con él ni con su propio hijo, Harry.
El príncipe Andrés ha querido transmitir a su "querida Mamá, Madre y Majestad, tres en uno" todo lo que siente para agradecerle su devoción y su "compasión" durante estos años.
"Su Majestad, ha sido un honor y un privilegio servirle. Madre - de la nación, tu devoción y servicio personal a nuestra nación es único y singular; tu pueblo te muestra su amor y respeto de tantas maneras diferentes y sé que buscas honrar su respeto".
Para su "mami" querida, el duque de York ha asegurado que "tu amor por tu hijo, tu compasión, tu cuidado, tu confianza los atesoraré para siempre. He encontrado tu conocimiento y sabiduría infinita, sin límite ni contención".
Sobre todo, como continúa Andrés, "extrañaré tus ideas, tus consejos y tu humor".
El tercer hijo de Isabel II ha querido dejar claro la inmensa conexión que ha tenido con su madre y el amor tan profundo que los ha unido siempre.
"Mientras nuestro libro de experiencias se cierra, otro se abre, y siempre te mantendré cerca de mi corazón con mi más profundo amor y gratitud, y caminaré con gusto en el siguiente contigo como mi guía".
El comunicado del duque de York termina con el devoto apoyo a su hermano, el nuevo rey de Reino Unido y la mítica frase: "Dios salve al Rey".