"En otras partes de Ucrania la llegada de ayuda está mejorando, pero en Mariúpol cientos de miles de personas siguen allí sin electricidad ni agua". Francesco Rocca, presidente de la Federación Internacional de Cruz Roja, anunció desde Siret, en la frontera rumana con Ucrania, que el ejército ruso no permite ni la evacuación de civiles ni el ingreso de la ayuda humanitaria a la ciudad sitiada. El gobierno de Volodímir Zelenski ha rechazado el ultimátum de Rusia sobre la ciudad portuaria, que ya se prepara para un asedio en el que los bombadeos constantes y la falta de alimentos serán la principal estrategia del invasor.
Mariúpol resiste desde hace semanas el asedio sin tregua de los bombardeos rusos. Decenas de miles, cientos de miles de habitantes han salido ya de la ciudad en alguno de los escasos corredores humanitarios que el ejército de Vladímir Putin ha permitido, pero en la ciudad portuaria aún quedan en torno a 400.000 personas que están dispuestas a resistir hasta el final. Por ellos y por el resto de los ucranianos, como dijo Zelenski: "Sólo podremos cumplir el ultimátum cuando ya no estemos".
"Ucrania no podrá cumplir el ultimátum. No podremos hacerlo físicamente. ¿Cómo se puede hacer esto? Tendrían que eliminarnos a todos y entonces su ultimátum se cumplirá automáticamente. [...] Incluso en las ciudades ya ocupadas por los rusos" cuando ellos entran, la gente no se rinde. (Los rusos) levantan la bandera, la gente la baja. Mataron a un hombre, sí, la gente se escondió, pero por la noche salieron y volvieron a quitar la bandera. ¿Qué queréis? ¿Destruirnos a todos?", enfatizó el presidente ucraniano.
Muy incisivo se mostró en esa misma dirección el presidente estadounidense Joe Biden durante una llamada la tarde del lunes con los presidentes de Italia, Reino Unido, Francia y Alemania. En ella, aseguró tener "serias preocupaciones sobre las brutales tácticas de Rusia en Ucrania", en referencia a los ataques contra civiles, según recoge el diario The New York Times.
Más allá aún fue el ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Reznikov, al señalar que la resistencia de Mariúpol está "salvando" a otras ciudades, como Dnipro, Kiev u Odesa. "Los heroicos defensores de Mariúpol han jugado un papel muy importante en la destrucción de los planes del enemigo y en la mejora de nuestra defensa", dijo el ministro, para quien, gracias al "coraje" de los habitantes de esa ciudad, "se han salvado decenas de miles de vidas en toda Ucrania".
Mariúpol es una ciudad clave en el avance ruso. Completamente rodeada por tierra y sufriendo bombardeos también desde el Mar Negro, las tropas rusas necesitan tomar la ciudad para unir por tierra las regiones prorrusas de Crimea y el Dombás. Sin embargo, esas mismas tropas rusas ya han asumido que tumbar las defensas y doblegar la ciudad no será nada fácil.
"No soy tan optimista como para decir que el asunto se resolverá en dos o tres días o en una semana. Lamentablemente, no es así. Se trata de una ciudad grande", dijo Denís Pushilin, líder de los separatistas de la república de Donetsk, quien reconoció que en el interior de la ciudad aún quedan "varios miles de batallones nacionalistas ucranianos".
Sin los suministros centrales de electricidad, calefacción y agua, el abastecimiento de comida será una de los principales problemas de una ciudad a la que hace días que no entra un solo convoy de ayuda humanitaria, tal y como ya ha señalado desde el interior de la ciudad el parlamentario ucraniano Dmytro Gurin. "Rusia no abre corredores humanitarios, no permite que los convoys entren en la ciudad y ahora es cuando estamos viendo el objetivo real de los rusos: empezar a crear hambre en la ciudad para reforzar su posición en las negociaciones. Si la ciudad no se rinde, y no nos rendiremos, no van a dejar salir a la gente", señaló. Recoger agua de lluvia o comer palomas son actividades que se han convertido ya en una rutina.
La situación, sin embargo, no es únicamente desesperada en la propia Mariúpol, sino también en las pequeñas localidades de Manhush y en la también portuaria Melekine. Hasta ambos lugares lograron escapar desde Mariúpol cientos de civiles pero todos ellos están siendo sometidos al bloqueo de alimentos y agua por parte de los rusos tal y como denuncia en su canal de Telegram Pavlo Kyrylenko, Responsable Regional Militar ucraniano.
Ataques a Odesa y Kiev
Por otra parte, las fuerzas rusas bombardearon este lunes un centro comercial en Kiev y, por primera vez en 26 días de guerra, viviendas en Odesa, dos puntos estratégicos en el mapa de la ofensiva rusa junto a Mariúpol.
En la capital, al menos ocho personas murieron en el bombardeo de anoche, que también destruyó seis viviendas en el distrito de Podilsk, en el que hay dos escuelas y dos guarderías, dijo en Telegram el alcalde, Vitali Klitschko.
El portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashénkov, afirmó que el centro comercial servía de almacén para lanzacohetes y munición, y estaba inoperativo, por lo que fue destruido por "armas de largo alcance de alta precisión".
Klitschko decretó seguidamente un toque de queda de 35 horas en la capital y su área metropolitana.
Pese a la falta de avances, Kiev sigue siendo el "principal objetivo militar" de Rusia, de acuerdo con el Ministerio de Defensa británico, que este lunes afirmó que el grueso de las tropas rusas se han estancado a más de 25 kilómetros de la capital.
En el flanco sureste y sur, las fuerzas navales rusas continúan "bloqueando la costa ucraniana y lanzando ataques con misiles contra objetivos ucranianos", según la inteligencia militar británica.
El control de la costa ucraniana es esencial para Rusia en su objetivo de establecer un corredor terrestre desde el Donbás a la anexionada península de Crimea, pasando por Mariúpol (mar de Azov).
Este lunes el buque de desembarco "Orsk", de la Flota del Mar Negro de la Armada rusa, atracó en el puerto de Berdiansk, ciudad controlada por Rusia y a tan solo 77 kilómetros de Mariúpol. Llegó con una carga de equipamiento bélico para reforzar la agrupación militar rusa.
Y también este lunes por primera vez en lo que va de guerra la estratégica ciudad portuaria de Odesa -de 990.000 habitantes-, sufrió bombardeos contra edificios residenciales con artillería disparada desde el mar, señaló la Alcaldía en Telegram.
"Son edificios residenciales donde viven civiles. Que lo sepan los rusos enajenados, a quienes los dirigentes de su país les dicen que aquí no pasa nada de esto", afirmó el alcalde, Gennady Trukhanov. "No dejaremos Odesa y lucharemos por nuestra ciudad", recalcó.
Hasta ahora la región de Odesa había sufrido ataques de misiles lanzados desde barcos rusos cerca de Tuzla, pero no había atacado viviendas.