Hillary Clinton y Bernie Sanders han dejado a las claras sus diferencias en el séptimo debate demócrata de la campaña presidencial, el segundo en el cual son los dos únicos contendientes en el escenario, y el primero tras el cierre de los dos primeros comicios, Iowa y New Hampshire, que dejaron a Clinton debilitada.
Clinton ha sido la realista, y Sanders el idealista.
Ambos roles han quedado muy claros durante los primeros minutos del debate. Mientras Sanders ha desplegado su gran visión socialista para Estados Unidos, Clinton ha insistido, una y otra vez, en que ella era la que tenía las propuestas más realizables.
El debate ha dejado al descubierto unos de los rasgos centrales de la contienda demócrata. Sanders y Clinton difieren sólo marginalmente en su visión de futuro sobre Estados Unidos. Sanders, más progresista, ha desplegado un mensaje que por momentos ha resultado mucho más efectivo, aunque perdió la oportunidad de ser más específico respecto a cómo aplicará sus propuestas. Clinton, más pragmática, ha mostrado un manejo más sofisticado de los matices y los detalles de las políticas.
El debate ha dejado otra diferencia: Clinton ha abrazado por completo la presidencia de Barack Obama y se ha preocupado por remarcar las críticas de Sanders contra el mandatario estadounidense.
Golpes bajos
“No creo que reciba el crédito que se merece por ser el presidente que nos sacó del pozo, nos puso en terreno firme y nos lanzó al futuro”, dijo Clinton sobre Obama. Aprovechó para criticar a Sanders, de quien ha recordado que llamó “débil” al presidente, el tipo de ataque que esperaba de un republicano, no de un demócrata.
“Ese es un golpe bajo”, le recriminó Sanders. “Uno de nosotros compitió con Obama. Yo no fui ese candidato”, le ha dicho.
Otro cruce de la noche ha llegado cuando se ha discutido el financiamiento de la política, y Sanders ha aprovechado para volver a cargar por las contribuciones de Wall Street a las campañas políticas. “No insultemos la inteligencia del pueblo estadounidense. El pueblo no es tonto. ¿Por qué Wall Street hace contribuciones millonarias a la campaña? ¿Porque es divertido?”, se ha preguntado el senador.
Sanders se gana a la clase media
Quizá una de las mejores líneas que ha asestado Clinton tuvo lugar hacia el final de la discusión que, a diferencia de lo que ocurre con los debates republicanos, fue bastante civilizada y diversa en temas.
“No soy una candidata de un tema, y no creo que vivamos en un país de un sólo tema”, señaló Clinton, en clara referencia a la insistencia de Sanders sobre la desigualdad económica.
Ha sido el primer encuentro entre Clinton y Sanders desde las primarias de New Hampshire, en las que el senador socialista le asestó una derrota histórica a la antigua secretaria de Estado de Barack Obama.
El resultado de New Hampsire ha resultado nefasto para los Clinton. Sanders se ha impuesto por un amplísimo margen –60,4% a 38%– gracias a que le “robó” a Clinton la 'coalición' que le dio una victoria en este mismo estado en 2008: le ha ganado entre las mujeres, los jóvenes y la clase media. A Clinton la ha terminado votando la gente mayor y rica. El dato: el 83% del voto joven ha ido para Sanders, una estadística casi idéntica a lo que se registró en Iowa.
Las primarias presidenciales se mueven ahora al sur y el oeste del país, un terreno mucho más propicio para Clinton. El equipo de la exsecretaria de Estado ha hecho circular un memo en el que ha recordado que el electorado allí es más diverso, al tener una mayor proporción de afroamericanos y latinos.
En Carolina del Sur, la próxima gran cita electoral, Clinton le lleva 30 puntos de ventaja a Sanders en los sondeos, según el promedio de RealClearPolitics. Veremos si los pronósticos en esta ocasión se confirman.
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