¿Sabías que en España el porcentaje de personas trabajadoras con molestias o dolor de espalda debido a malas posturas se eleva a un 84%? Esto es precisamente lo que desprende el informe sobre 'La Prevención de los riesgos psicosociales realizado por la Universidad Internacional de Valencia (VIU). Datos que vuelven a recordarnos la importancia para nuestra salud, de tener una buena higiene postural a lo largo del día.
Pero esta vez queremos hablarte de una postura muy concreta de sentarse. Un hábito a menudo asociado al género femenino, pero que también es común entre los hombres. Por si aún no lo has adivinado, nos referimos a la costumbre de sentarse con las piernas cruzadas.
Una posición que aparentemente puede resultar muy cómoda, pero la realidad es que por muy tentadora que resulte esta postura, los estudios reflejan que podría estar asociada a determinados problemas de salud.
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¿Qué ocurre en nuestro cuerpo cuando tenemos las piernas cruzadas?
Como ya te hemos adelantado, la forma de sentarse puede tener importantes consecuencias en nuestra salud y en nuestro organismo. Por un lado, podría afectar a la circulación sanguínea. Y es que, aunque cruzar las piernas no causa varices, no se trata de una postura recomendada si sufrimos Insuficiencia Venosa Crónica (IVC). Sobre todo si permaneces muchas horas sentada en esta postura por ejemplo trabajando, lo mejor es que intentes levantarte y moverte cada media hora para ayudar a mejorar tu circulación.
Por otro lado, esta postura también favorece el aumento de la presión arterial. Algo relacionado con que el gesto de cruzar las piernas provoca que suba más sangre al corazón. Si además mantenemos esta postura demasiado tiempo, puede que la sangre no circule correctamente y aumentemos el riesgo de sufrir trombosis venosa profunda (TVP).
Consecuencias de cruzar las piernas a nivel articular
Descompensación corporal: Al cruzar las piernas provocamos una descompensación corporal y concretamente un desequilibrio pélvico al ejercer más peso sobre uno de los lados de la pelvis. Algo que también provoca la desalineación de la columna y si esto se prolonga en el tiempo incluso una hipertrofia muscular.
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Parálisis del nervio peroneo: en ocasiones mantener esta postura demasiado tiempo puede acabar durmiendo las piernas o los pies. Algo que se debe a que esta postura hace presión sobre el nervio peroneo situado detrás de la rodilla. Pero si pasamos demasiadas horas en esta postura el cuadro clínico puede incluso llegar a complicarse desarrollando la parálisis del nervio peroneo, que impide levantar la parte delantera del pie y de los dedos.
Aumenta la probabilidad de sufrir escoliosis: Sentarse cruzando las piernas durante muchas horas al día también puede acabar provocando escoliosis (alineación anormal de la columna vertebral) y otras desviaciones en la columna.
Beneficios asociados a sentarse cruzando las piernas
Después de enumerar todos los inconvenientes asociados a esta postura, parecería inviable hablar de beneficios, pero la realidad es que cruzar las piernas también puede tener alguna que otra ventaja.
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De hecho, investigadores de la Universidad Centro Médico de Rotterdam, concluyeron que en los hombres y mujeres sentados con las piernas cruzadas aumentaba el alargamiento del músculo piriforme, situado por debajo de la articulación de la cadera.
Un alargamiento que los investigadores relacionan con el aumento de la estabilidad de las articulaciones pélvicas igual que cuando se tensan los músculos abdominales.
Entonces... ¿Es bueno o malo sentarse con las piernas cruzadas?
Lo cierto es que después de descubrir los escasos pros y numerosos contras asociados a esta postura de piernas cruzadas, que incluso pueden verse agravados en situaciones de sedentarismo y sobrepeso, el mejor consejo es que evites permanecer sentada con las piernas cruzadas demasiado tiempo.
Recuerda la importancia de mantener el cuerpo activo y de dedicar al menos una o dos horas al día para caminar o hacer ejercicio. Si por tu trabajo te ves obligada a permanecer demasiadas horas sentada, intenta tomarte cortos períodos de descanso cada media o una hora y así aprovechar a mover y estirar las piernas.