Las varices, o dilatación permanente de una vena, son uno de los problemas corporales más recurrentes. Se estima que "1 de cada 4 personas adultas presenta varices en las piernas y estos datos aumentan si hablamos de arañas vasculares.
Las varices, al igual que la celulitis, se forman por factores tanto genéticos, como hormonales, aunque en su aparición y agravamiento influyen también la alimentación o el estilo de vida sedentario, entre otros. La mala circulación es el factor común en ambos casos, por lo que, ayudando a activarla, podrás notar una mejoría", según explican los expertos de Somatoline.
¿Por qué aparecen? ¿Cómo tratarlas? Lo analizamos con Enric Roche, consultor senior del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital General de Catalunya (Barcelona) y del Hospital Universitario Josep Trueta (Girona).
¿Por qué aparecen las varices?
"Hay varios motivos que determinan la aparición de varices. El primero es la predisposición genética que, siendo un elemento que puede estar ligado a la herencia de padres a hijos, en realidad está más relacionado con la existencia de una labilidad del sistema venoso en cuanto a la inflamación de sus paredes.
Recientemente, se ha demostrado que el origen de la insuficiencia venosa, que supone el origen de las varices, se inicia con la aparición de un acúmulo de células en las paredes de las válvulas venosas que acaban deteriorando su función. Existen otros elementos como aspectos hormonales ligados a las gestaciones en mujeres, el sobrepeso, la propia edad y, en situaciones más extremas, los hábitos de vida".
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El experto confirma que la "prevalencia de las varices aumenta con la edad" y que el género también puede ser una clave: "el motivo fundamental por el que las mujeres son más proclives a tener varices está relacionado con aspectos hormonales inherentes en la mujer. La capacidad de las mujeres de tener hijos conlleva no solo alteraciones sistémicas y cambios hormonales, sino aumento de peso y situaciones de compresión mecánica".
¿Pueden ser "peligrosas" o son meramente estéticas? "Las varices pueden presentar situaciones potencialmente graves como las tromboflebitis, hemorragias y, sobre todo, pueden generar situaciones de gran incapacidad, como son las úlceras vasculares. Estas heridas pueden limitar mucho la calidad de vida, ser dolorosas y hacerse crónicas.
¿Qué tratamientos existen?
"Actualmente, existen diferentes estrategias de eliminación de varices, muchas de ellas son mínimamente invasivas. Las técnicas que, actualmente, están recomendadas en todas las guías de práctica clínica apuestan por los tratamientos endovenosos consistentes en la eliminación de las varices mediante láser (fuente de calor), radiofrecuencia (electricidad), pegamento o escleroterapia. Este último tratamiento consiste en la inyección en la vena de un agente químico irritante en forma de espuma (mezcla de líquido y gas) que genera una reacción de sus paredes con inflamación y consiguiente oclusión" destaca el experto.
Uno de ellos es por ejemplo "el dispositivo Varixio, el primer sistema automático y totalmente estandarizado de preparación de microespuma para el tratamiento de varices y de hemorroides. Este dispositivo, que se ha desarrollado en Barcelona tras 6-7 años de investigación, ofrece a cualquier médico obtener un producto de alta calidad, plena estandarización y mayor seguridad que los métodos actuales que son manuales.
Varixio supone pasar de un método de preparación manual, errático y variable a un método acorde con la innovación tecnológica del siglo XXI, aportando estandarización, versatilidad y mayor seguridad. Estas ventajas favorecen la obtención de mejores resultados y facilitan la labor del profesional".
Los expertos de Somatoline precisan que existen además una serie de hábitos para evitar la aparición y/o el agravamiento de las venas varicosas como reducir el consumo de grasas y mantener una dieta equilibrada rica en fibras, frutas y verduras, evitar bebidas gaseosas, edulcoradas y alcohólicas, no tomar anticonceptivos orales sin supervisión médica, ya que pueden ocasionar retención de líquidos, no llevar ropa muy ajustada, no estar muchas horas seguidas sentada en el trabajo sin hacer descansos o usar un calzado adecuado con una suela mínima de 2 cm y tacón máximo de 5 cm.