Este 19 de junio de 2024 se cumplen diez años de la proclamación de Felipe VI, un día que cambió el destino y el papel en la Corona de Letizia y de Leonor. La primera pasaba a ser la primera plebeya en la corte, su primogénita estaba llamada a ser la primera reina reinante de España en dos siglos. Por eso, analizar el perfil de ambas es ahondar también en el pasado, el presente y el futuro de la monarquía.
No hay duda de que la esposa del Rey ha transformado el rol de la consorte, ha dado un nuevo aire a su agenda y ha formado parte esencial de la educación de la heredera. Asimismo, Leonor se enfrentará a una serie de retos cuando llegue su momento de suceder a su padre y escenificará una serie de hitos importantes para la institución.
Para analizar estos tres aspectos, Magas ha contado con la colaboración de Moisés Ruiz, experto en Liderazgo Político, Cristina Barreiro, profesora titular de Historia Contemporánea en la Universidad CEU-San Pablo, y Ana Polo Alonso, politóloga y escritora especializada en realeza. Junto a ellos desgranamos el protagonismo de Letizia y Leonor, las dos 'L' de la monarquía.
El legado de Letizia
La esposa de Felipe VI nunca quiso ser "un florero" y no lo ha sido. Ese es el legado más importante que deja a su hija, su ejemplo de entrega y trabajo por y para la institución. "Letizia ha sabido construir una personalidad y ha definido el alcance de las reinas del siglo XXI asumiendo responsabilidad y creando agenda propia. Ha definido su papel de reina como una persona que no solo es la esposa del rey, sino una profesional que busca su identidad y su trascendencia. Ha sido un paso adelante en la propia redefinición de la institución", explica Moisés.
Su agenda habla por sí sola. "Se ha implicado en las enfermedades raras y en otra serie de causas que merecían atención porque suponen una preocupación para parte de la sociedad, además de su preocupación por la cultura. De alguna manera su faceta profesional como periodista se ha volcado en su tarea como consorte real", añade Cristina Barreiro.
Su papel como madre de la futura reina también ha sido fundamental para la formación de Leonor como futura jefa de Estado. Así lo ve la profesora de Historia Contemporánea consultada: "Ha sido una madre presente en la educación de sus hijas. Han tratado de proteger la intimidad en los primeros años de Leonor y Sofía, lo que ha hecho que los españoles las hayamos conocido poco".
Y añade: "Pero ahora, desde la mayoría de edad de la Princesa de Asturias, está adquiriendo una gran proyección pública y una imagen fabulosa. Ese es otro punto importante de su legado".
Ana Polo Alonso, escritora de libros sobre realeza como La Reina: La increíble vida de Isabel II, considera que Letizia "ha adecuado su papel de consorte a lo que están haciendo otras royals de su generación".
Además, añade, que "forma parte de una hornada de princesas y ahora reinas que no vienen de familias reales y que han tenido una crianza de clase media que le ha venido muy bien a la institución para dotarla de aire fresco y conectarla más con el ciudadano normal y corriente. Sus 'orígenes plebeyos' son su principal virtud".
Entre sus aportaciones personales a la institución "fue la de crear un verdadero 'cordón sanitario' con su familia política, en especial con Juan Carlos. Fue ella la principal responsable de que la imagen de Felipe se protegiera de tanto escándalo. En ese sentido, creo que la monarquía le debe mucho. Otra gran aportación es que ha educado estupendamente bien a sus hijas. De Letizia se podrán decir muchas cosas, pero como madre es muy buena".
Los retos de Leonor
La Princesa de Asturias se convertirá en Leonor I de España cuando llegue su momento. Se da la circunstancia de que la mayoría de las Casas Reales europeas estarán lideradas por mujeres, salvo en Dinamarca, que tiene como heredero al príncipe Christian. Este detalle es ya de por sí un elemento diferenciador, como bien explica Moisés Ruiz.
"Este es el siglo de la mujer, y ella ya ha entrado en la historia por ser la primera mujer reina desde la abdicación de Isabel II en 1868. Ha sido educada para este compromiso desde su infancia y por ello su preparación para asumir responsabilidades no será complicada. Será una reina que se involucrará más en la ciudadanía. Una de las características del liderazgo femenino es la orientación a las personas y la adaptación al cambio y sobre estas propuestas construirá su futuro reinado", vaticina el experto.
"El principal reto es el de la ejemplaridad, es un elemento esencial en los liderazgos influyentes y dentro de este modelo incluimos el futuro reinado de la princesa Leonor. Otro reto es del conseguir el afecto de su generación, que será la que de manera biológica la acompañe y le dé la autoridad necesaria para liderar. Se hereda el trono, pero el liderazgo se conquista y en ello debe estar ocupada la futura reina Leonor. Y por último debe estar preparada para servir a su nación y a su pueblo con sacrificio y obligaciones", asegura Ruiz.
En el mismo sentido se pronuncia Cristina Barreiro, que hace hincapié en la necesidad de mantener y cumplir con las funciones que le marca la Constitución. "En Historia no podemos jugar con futuribles, porque no sabemos cuáles van a ser las circunstancias políticas a las que se va a tener que enfrentar Leonor", continúa.
Y asegura: "Esperamos que sea una reina para todos los españoles, como dijo en su día su bisabuelo Juan de Borbón, que no pudo llegar a ser rey. Una reina que unifique, que mantenga la unidad de España, que modere en momentos de confrontación política y que se haga querer y conocer, mostrándose cercana. Que vean que la corona está ahí para sumar a España".
Ya es un hito conseguido el hecho de haber iniciado su formación militar: "Es una herencia del canovismo y de esa constitución de 1876, que establecía que el jefe del Estado era también el jefe del Ejército".
Para Ana Polo, el gran reto de la futura Leonor I es "conectar con una generación de jóvenes, la suya, que no es en absoluto monárquica y explicarles cuál es el valor de la institución. No será fácil, pero creo que de momento lo está haciendo muy bien, aunque también soy crítica con la manera con la que se está gestionando su comunicación".
A la escritora le gustaría ver algo menos encorsetado: "Con los actos militares no hay margen para la innovación porque están muy pautados, pero para los actos civiles creo que habría que adoptar un nuevo enfoque, más fresco y cercano a jóvenes de toda condición social. Solo vemos a Leonor y a Sofía rodeadas de militares o de dignatarios. Habría que verlas con jóvenes que les hablen de sus problemas: jóvenes que no encuentran trabajos, o con problemas para acceder a la vivienda, etc.".